Los senadores del PJ dieron el okey. Sus colegas radicales, salvo uno que otro, coinciden con la posición del oficialismo. En el Gobierno, colaboradores cercanos al presidente Eduardo Duhalde sostienen que la propuesta no tiene reparos y que es cuestión de horas para que el Ministerio de Justicia redacte el pliego. Así las cosas, todo indica que en el transcurso de las próximas 48 horas ingresará a la Cámara de Senadores el proyecto donde se postula al actual presidente de la Cámara alta, el justicialista Juan Carlos Maqueda, como ministro de la Corte Suprema en reemplazo del renunciado Gustavo Bossert.
Si bien ayer el Senado estaba prácticamente vacío, la escasa presencia de senadores no impidió que las negociaciones por la designación de Maqueda se detuvieran. El propio presidente provisional de la Cámara alta mantuvo una extensa conversación con el titular del bloque radical, Carlos Maestro. El tema excluyente fue el próximo destino del senador cordobés.
De acuerdo con los senadores justicialistas que impulsan el paso de Maqueda a la Corte, los radicales ya dieron el sí. Solo hay un senador radical que está reticente todavía a dar el visto bueno. Se trata del chaqueño Eduardo Moro, quien considera que antes de aprobar el pliego del actual presidente del Senado es conveniente consultar al Comité Nacional de la UCR. Algo que sucedería recién mañana.
Pero claro, antes de darle el sí definitivo piden algunas garantías. La más importante es el respaldo a un candidato radical ante una posible nueva vacante en la Corte. Ayer, en los pasillos del Senado se nombraba como probables renunciantes a Antonio Boggiano y Carlos Fayt. “Si quieren garantías se las podemos dar, pero nunca nada por escrito porque la realidad política es muy errática”, confesó a este diario uno de los senadores del PJ que impulsan la candidatura de Maqueda. Lo cierto es que entre los que promueven a Maqueda hay más que entusiasmo y entre ellos se anotan Jorge Capitanich, Jorge Yoma y hasta el mismísimo José Luis Gioja.
Ahora bien, llama la atención tanta buena predisposición para apoyar la candidatura de Maqueda. Según uno de sus impulsores, hay por lo menos dos. Una de ellas es que el cordobés es un hombre que técnicamente tiene el perfil de un ministro de la Corte. Esto lo reconocen no sólo los radicales, sino que varios senadores consultados por este diario coinciden con esta lectura. Ahora bien, la razón más importante –al menos para los legisladores– reside fundamentalmente en el puesto que actualmente ocupa Maqueda. Su condición de presidente provisional del Senado le otorga una cuota de poder importante para la vida interna del Congreso, entonces -como señaló ayer un senador del PJ– “¿quién se atreve a votar en contra del presidente del Senado que, si no ingresa como juez de la Corte, se transforma en tu enemigo?”. Allí no termina el razonamiento: “Si lo votás y es nombrado juez, tenés un amigo o al menos un conocido en la Corte. Y no es poca cosa”.
Estas razones, dicen sus impulsores, son los que tienen en cuenta incluso los menemistas para acompañar la postulación del cordobés. Ahora bien, también es cierto que el apoyo a Maqueda por parte del menemismo se produce porque no está en juego la llamada mayoría automática del alto tribunal. Distinto será el día que deban discutir, por ejemplo, el posible reemplazo de Fayt.
En principio, el tratamiento del pliego del presidente provisional está previsto para la sesión del próximo 26 de diciembre. Pero para que esto se produzca el gobierno central debe remitir la propuesta al Senado en estos días y, como consideraban ayer legisladores del justicialismo y la UCR, sería conveniente que en la sesión de mañana al menos se informe al cuerpo de la presencia del pliego.
El pase de Maqueda a la Corte abre un nuevo debate en la Cámara alta, y se trata de su reemplazo. Por ahora, los que impulsan su nombre –en sumayoría no menemistas– consideran que lo más conveniente es dejar vacante ese puesto hasta tanto se resuelva la interna partidaria y sobre todo los comicios presidenciales del 27 de abril. Si esta es la postura que prevalece, el salteño Marcelo López Arias, vicepresidente primero del cuerpo y menemista, se haría cargo del manejo administrativo de la Cámara hasta tanto se definan las elecciones presidenciales. Pero por ahora esto es pura teoría.