A veintisiete años de colocarle la banda presidencial a Raúl Alfonsín, el último dictador Reynaldo Bignone escuchará el martes su primera sentencia por crímenes de lesa humanidad en Campo de Mayo. Lo acompañarán cuatro generales retirados del Ejército, incluidos Santiago Riveros y Fernando Verplaetsen, condenados por el asesinato de Floreal Avellaneda. También el ex jefe del Batallón de Inteligencia 601, coronel Carlos Tepedino, y un ex comisario de la policía bonaerense. A las 9.30 los imputados podrán hacer uso de sus últimas palabras ante el Tribunal Oral Federal N° 1 de San Martín. Para las 16.30 está prevista la lectura del fallo de los jueces Marta Milloc, Héctor Sagretti y Daniel Cisneros. El escenario será la sociedad de fomento José Hernández, en Hipólito Yrigoyen 4591, en Florida. Bignone & Cía. están imputados por 56 casos de secuestros, tormentos y homicidios en Campo de Mayo, el mayor centro de torturas y exterminio del país durante la dictadura. El Ministerio Público Fiscal y la mayor parte de las querellas solicitaran 25 años de prisión para los tres imputados mencionados, y algunos años menos para Tepedino, los generales Jorge Osvaldo García y Eugenio Guañabens Perelló. La Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos pidió penas que van de 42 a 50 años de cárcel. La posibilidad de decir las últimas palabras antes de la sentencia comenzó la semana pasada con García, internado con conjuntivitis en el Hospital Militar. Para garantizarle el derecho se amucharon en su habitación cuatro jueces, dos secretarias, dos fiscales, el defensor y los dos policías que graban los testimonios. García, que va por su segunda condena, dijo que estaba cansado y que para privilegiar su “tranquilidad espiritual” no iba a declarar. La foto quedará para la historia como ejemplo del respeto por las garantías constitucionales para quienes menos las respetaron. Antes de su primera sentencia, Riveros y Verplaetsen reivindicaron sus trabajos sucios.