Se sabía que la red de escuchas ilegales montada en el seno de la administración porteña llegó a espiar al mismo cuñado de Mauricio Macri, y que en las computadoras de la empresa de seguridad de Jorge “El Fino” Palacios había, incluso, informes sobre el jefe de Gabinete Horacio Rodríguez Larreta. Ahora, la diputada Gabriela Michetti, ex vice del Gobierno de la Ciudad, denunció, a través de Twitter, que su “casilla d mails” (sic) fue infiltrada. “¡Qué lindo es vivir así, con tanta seguridad y tanta paz!”, ironizó la legisladora, que avisó que los expertos van a identificar de dónde viene la “pinchadura”. ¿Habrá sido otra tarea de Ciro James, Palacios y compañía?
El nerviosismo de la senadora oficialista Adriana Bortolozzi, tras sentarse en su banca de la Cámara alta contra la decisión de su bloque, tuvo derivaciones inesperadas en la sesión del miércoles pasado en el Senado. Luego de habilitar a la oposición para que lograra el quórum de 37 integrantes, la legisladora debía colocar su tarjeta electrónica en la ranura frente a su escritorio, el dispositivo que se encarga de registrar las votaciones de cada senador. Visiblemente alterada, Bortolozzi insertó en cambio su tarjeta de débito Maestro del Banco Nación. Afortunadamente, se dio cuenta antes de que tuviera lugar la votación y pudo buscar en su portafolios la tarjeta adecuada
Varios asesores del bloque opositor se pararon al lado de la senadora Bortolozzi para escuchar qué le decían los miembros del bloque oficialista, pidiéndole que se levantara de su banca. Lo más curioso fueron los indisimulados gestos que Samuel Cabanchik, ubicado en la otra punta del hemiciclo, le hacía a su asesor para que escuchara atentamente los diálogos entre la senadora y sus interlocutores
Algunos legisladores de la oposición cuestionaron la actitud del diputado radical Ricardo Gil Lavedra en la maratónica sesión del miércoles pasado en Diputados. No fue por su alocución a favor del rechazo del decreto que creó el Fondo de Desendeudamiento, sino por su “falta de respeto” a la diputada oficialista Sandra Mendoza, mientras exponía en el recinto de la Cámara baja. A varias bancas de distancia veían con disgusto cómo el ex ministro de Justicia de la Alianza se reía con sorna y codeaba a sus compañeros de bloque ante el llamativo discurso de Mendoza, que por momentos se desvió del tema en cuestión
El publicista Fernando Braga Menéndez adora los focus group. En esa materia es un obsesivo. Esos espacios le permiten capturar las ideas de la calle con las que más tarde ensaya y corrige los borradores de sus publicidades, incluso con los jefes máximos del kirchnerismo. En esas lides de captar ideas frescas andaba cuando se topó con el intendente de Lanús, Darío Díaz Pérez, que intenta insuflarle espíritu a la militancia y terminaba de organizar una jornada de capacitación para funcionarios. Se lo llevó al politólogo Atilio Bordón para hablar sobre el marco latinoamericano; a Juan Manuel Abal Medina, a cargo del Instituto de Formación del PJ bonaerense. “Che, ¿puedo ir yo?”, quiso saber, palabras más palabras menos, Braga Menéndez. “¡Pero cómo no!”, dijo Pérez. “Imaginate, es un honor”. Braga quería escuchar a los muchachos, pero los muchachos terminaron escuchándolo a él. En lo que podría pensarse como una suerte de coaching político, la idea era explicarles cómo discutir de política en el almacén. Bajar las políticas oficialistas a la calle, cómo y por qué, por ejemplo, los números de la inflación no son los que dicen los grandes medios, por qué no hay que reformar el impuesto al cheque, por qué pagar deuda con reservas, en fin, dar debate. Menos mal que estaba Abal Medina, dijeron algunos asistentes. Braga le pone tanto espíritu a la cosa y hasta emociona con las imágenes, pero a la hora de hablar es por demás complejo para el diálogo nacional y popular
A la asunción del segundo mandato del rector de la UBA, Rubén Hallú, faltaron muy pocos invitados. A las autoridades académicas y consejeros de los claustros se sumaron los funcionarios nacionales e, incluso, embajadores de distintas nacionalidades. Hasta los estudiantes de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) se presentaron sin invitación y reclamaron en contra de Hallú. Pero entre decanos y secretarios del rectorado se preguntaban extrañados sobre la ausencia de representantes del Gobierno de la Ciudad, teniendo en cuenta que la UBA es la universidad más grande del país y se encuentra en la Capital y, además, hay funcionarios del propio rectorado que integran las filas macristas –como el secretario de Hacienda, José Luis Giusti, ex Franja–. “Se les mandaron invitaciones a todos los ministros, pero ni siquiera mandaron una carta saludando a Hallú”, contaban funcionarios académicos
Un duro cruce pasó inadvertido en medio de la sesión de la Cámara de Diputados que resolvió rechazar el DNU 298/10. Se trató de las acusaciones de la legisladora de la Coalición Cívica Fernanda Gil Lozano, durante la exposición del sanjuanino Ruperto Godoy, del Frente para la Victoria. El diputado oficialista estaba describiendo el crecimiento de los índices económicos y sociales de los últimos años, lo que exasperaba a la legisladora: “En 20 años de gobierno lo único que crecieron fueron los prostíbulos”, le dijo indignada Gil Lozano, quien hace semanas realizó una denuncia sobre la prostitución y la trata de personas. Intervino el titular de la bancada kirchnerista Agustín Rossi y finalmente el agua no llegó al río
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