EL PAíS › BONAFINI HIZO SU PRESENTACION
› Por Sebastian Abrevaya
Conocida la noticia de que la titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, presentaría ayer un pedido de juicio político y una denuncia penal en su contra, el vicepresidente Julio Cobos mantuvo un encuentro con sus hombres de máxima confianza para analizar la estrategia a seguir luego de los duros cuestionamientos que recibe por actuar a contramano del gobierno nacional. Preocupados por la movilización en su contra convocada para el próximo jueves, su grupo de diputados cruzó el Congreso en medio de la sesión del miércoles y lo fue a visitar al Senado. Cobos consideró que se trata de una operación de desgaste para que abandone el cargo, pero sus allegados relataron que “cuanto más lo cuestionen, más se va a aferrar a su cargo”. “Las Madres, como siempre, seguimos denunciando a quienes traicionan a la Patria”, afirmó Bonafini ayer por la mañana al salir de Tribunales con su escrito.
La denuncia de las Madres de Plaza de Mayo quedó a cargo del juez federal Marcelo Martínez Di Giorgi, con intervención del fiscal Luis Comparatore. En la presentación, acusaron a Cobos de “violación de los deberes de funcionario público” y solicitaron que “oportunamente se condene al denunciado, como asimismo a todos los que –en calidad de partícipes necesarios– tuvieron intervención en la media sanción ‘ficta’ de la pretendida modificación a la ley del cheque”. Al salir de los Tribunales, un grupo de madres se dirigió a la Cámara baja, donde le hicieron llegar a Eduardo Fellner el pedido de juicio político, algo de difícil implementación dada la relación de fuerzas entre el oficialismo y la oposición.
Por su papel en esa controvertida media sanción, Cobos se ganó una nueva ola de críticas que fueron desde la presidenta, Cristina Fernández, hasta los gobernadores kirchneristas y los titulares de las bancadas del Frente para la Victoria, Agustín Rossi y Miguel Pichetto, pasando por el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. Sin embargo, y a diferencia de otras oportunidades, se sumaron ahora las denuncias penales de los abogados Antonio y Darío Liurgo y ayer la de Madres de Plaza de Mayo. Y por último, la marcha convocada por Internet en su contra.
Sobre la denuncia de los Liurgo (padre e hijo), el juez federal a cargo de la causa, Daniel Rafecas, solicitó la versión taquigráfica de la sesión donde el vicepresidente avaló la media sanción por mayoría simple. Los denunciantes también pidieron los testimonios de Pichetto, el jefe del bloque radical en la Cámara alta, Gerardo Morales, y del senador Carlos Menem.
En este contexto, los diputados que responden al vice –Daniel Katz, Horacio “Pechi” Quiroga, Mario Barbieri, Ricardo Manzur, Sergio Pintos, Norberto Erro y Gustavo Serebrinsky– se acercaron al Senado para analizar con él la marcha en su contra para el jueves 29 y la denuncia penal que presentó Bonafini. En medio de la sesión del miércoles, Cobos los recibió y juntos estudiaron la posibilidad de hacer alguna movida política para contrarrestar la movilización, que fue especialmente convocada para el día del animal.
“Obviamente que le cae muy mal, pero no va a responder las acusaciones de Hebe”, le dijo a Página/12 uno de los hombres que sigue al detalle las declaraciones del vicepresidente y también de la titular de Madres de Plaza de Mayo. La misma fuente señala que en el historial Bonafini ya se tienen varias alusiones poco felices a la madre de Cobos, además de la denuncia que concretó ayer patrocinada por el constitucionalista Eduardo Barcesat. En el escrito, Bonafini solicitó además que se le imponga al vicepresidente “el máximo de la pena privativa de libertad y la condena accesoria de inhabilitación para el ejercicio de la función pública”.
En paralelo, el titular de la Convención Nacional de la UCR, Hipólito Solari Yrigoyen, responsabilizó al Ejecutivo por cualquier atentado que pudiera realizar algún “exaltado del justicialismo” en contra del vicepresidente. “Exaltados hay en todos los lados, pero quien ha puesto en la mira al vicepresidente es el justicialismo, no hay más que agarrar los diarios y ver de dónde parten los pedidos de renuncia”, advirtió el presidente de la Convención radical. Fuentes del Congreso relataron que Cobos se agarró la cabeza con preocupación cuando vio las declaraciones de Solari Yrigoyen y mandó a aclarar que no recibió ninguna amenaza y que su custodia sigue siendo la habitual.
De todas maneras, el vicepresidente percibe que se profundizan los cuestionamientos en su contra y reconoce la baja en las encuestas, producto del desgaste en su doble rol de titular del Senado y líder opositor. Sin embargo, sus asesores sostienen que su caída coincide con el descrédito del resto de la dirigencia política, mientras que a la hora de capitalizar alguna de sus acciones políticas, el vicepresidente recupera con creces el terreno perdido, retomando su ventaja relativa.
A raíz del conflicto con el oficialismo, en Mendoza se estaba preparando una movilización de apoyo a Cobos. Según sus voceros, en cuanto se enteró de la marcha llamó a sus caciques Alfredo Cornejo, Juan Carlos Jaliff y César Biffi para que no alienten ninguna movida en ese sentido.
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