EL PAíS › OYARBIDE ORDENó LA DETENCIóN DE LOS DOS JUECES DE MISIONES QUE AUTORIZARON LAS ESCUCHAS ILEGALES
Los jueces fueron destituidos el martes pasado y, en consecuencia, perdieron los fueros. Horacio Gallardo quedó detenido en el sanatorio donde estaba internado por una cardiopatía. A José Luis Rey la policía no lo encontró.
› Por Irina Hauser y Raúl Kollmann
El juez federal Norberto Oyarbide ordenó la detención de los dos ex jueces de Misiones involucrados en las escuchas ilegales. A uno de ellos, Horacio Gallardo, la Policía Federal lo encontró internado con una cardiopatía en un sanatorio privado de Posadas, y quedó bajo custodia. El otro, José Luis Rey, está prófugo y con pedido de captura, aunque su familia salió a decir que viajó a Buenos Aires para presentarse en tribunales. Ambos fueron destituidos esta semana por autorizar las escuchas telefónicas ilegales a Sergio Burstein, de Familiares de las Víctimas de AMIA; a Daniel Leonardo, cuñado de Mauricio Macri; al empresario televisivo Carlos Avila, a otros hombres de negocios, abogados, esposas despechadas y amantes.
Gallardo y Rey habían sido citados a indagatoria el año pasado, pero nunca se presentaron ni podían ser detenidos, porque los protegían sus fueros como jueces. Esta situación cambió el martes último, cuando el jurado de enjuiciamiento de Misiones los destituyó por “falta de cumplimiento de los deberes inherentes al cargo” y por tener una conducta “abusiva” al haber vinculado a personas inocentes en dos expedientes sobre asesinatos, con el solo objetivo de justificar la intervención de sus teléfonos. Los ex jueces están imputados como parte de una asociación ilícita en la que fueron claves el ex jefe de la Policía Metropolitana Jorge “Fino” Palacios y su ladero, el ex policía Ciro James, ambos presos en el penal de Marcos Paz.
Los ex jueces ya tenían prohibida la salida del país. Ayer por la mañana, tras el fallo de la Sala I de la Cámara Federal que lo confirmó al frente de la investigación, Oyarbide dispuso el arresto. Los abogados de ambos pidieron la exención de prisión con el argumento de que su destitución no está firme, pero el planteo fue rechazado en cuestión de horas, según confirmaron allegados a la causa a Página/12.
Gallardo está internado desde el jueves en el sanatorio Boratti, en Posadas, con una cardiopatía de base. Allí se le notificó la orden de detención. De acuerdo con un primer parte médico, recibido por el juzgado, está en condiciones de ser trasladado a Buenos Aires con cuidados coronarios específicos y de ser interrogado, pero le harán una serie de estudios adicionales, cuyo resultado estaría listo hoy. Recién entonces el juzgado resolverá cuándo, cómo y dónde le toma declaración.
Rey tiene pedido de captura nacional e internacional (lo busca Interpol), porque no fue encontrado en su provincia. Para el juez está prófugo. Sus familiares dijeron, ante consultas periodísticas, que viajó a Capital Federal para presentarse ante Oyarbide. Una versión indicaba que estuvo en el estudio de su abogado, César Goldstraj a la espera de que el secretario del juzgado, Gustavo Russo, le diera garantías de que si se presentaba no quedaría detenido, promesa que no recibió. Hasta la noche no había dado señales de vida por Tribunales ni tampoco lo habían encontrado.
La resolución del jury de enjuiciamiento que removió a Gallardo y a Rey esta semana señaló que en la trama de las escuchas ellos firmaron –cuanto menos desde 2007– las órdenes para pinchar teléfonos (la mayoría de Buenos Aires) desde Misiones sin verificar a quién pertenecían ni cotejar la información que surgía de las escuchas, cuyas grabaciones o transcripciones nunca llegaron a sus juzgados. Autorizaban a Ciro James a retirar los CD de oficinas de la SIDE en Buenos Aires y jamás controlaron su trabajo ni el de los policías misioneros que pedían las intervenciones telefónicas. James era policía federal y, a su vez, en 2008 fue contratado por el Ministerio de Educación porteño como asesor, tarea que nunca cumplió. Se presume que ese nombramiento, que coincidió con la escucha al cuñado de Macri, era la pantalla para sus tareas de espionaje. En cambio, pasaba seguido por la Policía Metropolitana.
A partir de la semana próxima empiezan las nuevas indagatorias: pasado mañana le toca al ex ministro de Educación Mariano Narodowski; el miércoles al Fino Palacios; el viernes, al ministro de Seguridad porteño, Guillermo Montenegro; y el 5 de mayo, finalmente, le llegará la hora al jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, implicado según el juez en las escuchas a Daniel Leonardo –casado con su hermana Sandra– y también a Burstein.
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