La rama política CGT desembarca en el sinuoso territorio de la provincia de Buenos Aires. Omar Plaini acaba de lanzar el primer espacio del Movimiento Nacional Sindicalista en el distrito de Lomas de Zamora, su tierra de origen pero también pago chico de Eduardo Duhalde. Esa corriente que se plantea como expresión del proceso que empezó en septiembre del año pasado, se inscribe dentro de las doxas kirchneristas, vertebrado en el peronismo, vuelve a hablar de la “clase” como condición política del movimiento obrero y promueve el salto al terreno de la política de sus hombres. También de Hugo Moyano.

“Nosotros acompañamos el proyecto político que empezó con Néstor Kirchner, continúa con Cristina Fernández de Kirchner –dice Plaini a Página/12– pero no sólo acompañamos, sino que queremos profundizarlo.”

Secretario general del gremio de los vendedores de diarios, vocal del consejo directivo de la CGT e integrante de la Comisión de Trabajo en el Congreso, Plaini es uno de los moyanistas que impulsa –con Emilio Pérsico, del Movimiento Evita– el Centro de Estudios Laborales. Ese centro de formación sindical es un espacio de construcción política que tiende a construir redes entre el peronismo ortodoxo y el peronismo de izquierda. En ese camino, ese sector de la CGT le abre terreno a Moyano en la provincia de Buenos Aires, donde buena parte de los caciques del PJ miran, atribulados, los espacios ganados a nivel nacional por el líder de los camioneros.

Desde la convalescencia de Alberto Balestrini, al PJ bonaerense empezó a inquietarle la posibilidad de que Moyano –hoy vicepresidente primero del justicialismo– se haga cargo de la presidencia. Esa chance, en pleno debate, tensada entre quienes quieren hacerle lugar y los muchos que quieren neutralizarlo a través de una mesa de transición amparada por Daniel Scioli, hace inquietante cualquier movimiento, incluso el lanzamiento de una corriente sindical que se viene abriendo camino desde el año pasado. “Buscamos ser actores y protagonistas del modelo de país que queremos”, indica Plaini. “Porque si tenemos doctrina por qué no pensar en que en Argentina surja un hombre en la fila del movimiento de los trabajadores; no significa que no estemos de acuerdo con Cristina, pero mientras vamos acompañando queremos ser protagonistas.” El primer acto del año de la corriente se hizo el 5 de marzo en Neuquén, en un estadio con miles de personas.

Así como sucedió ayer en Lomas de Zamora, la Corriente se irá abriendo camino con presentaciones cada quince días en distintos distritos del conurbano. Están previstos lanzamientos en San Martín, Tres de Febrero, Morón, Lanús, Avellaneda, Esteban Echeverría y La Matanza. En los últimos meses, Moyano habló con varios intendentes de su proyecto político, “del movimiento”, como le dicen los más recelosos. Con ellos, las tensiones están dadas por cuestiones de origen, entre los que arman desde los territorios y no desde los gremios. El otro eje de problemas es la basura, un ítem que mantiene a los jefes comunales entre dos frentes volcánicos: los vecinos y el sindicato de Moyano.

El nuevo dato político de la corriente es que se inscribe en la tradición “frentista” del PJ, se presenta como parte del kirchnerismo pero parado “vertebralmente” en el PJ. Desde allí, dice Plaini, abrirán su espacio. “Te imaginás –dice–, sumamos a todos los sectores nacionales y populares no sólo del peronismo, nos abrimos a las corrientes políticas que indudablemente estén de acuerdo con el círculo virtuoso de producción y salario. ¡Pero ojo, no estamos para sustituir a nadie!”

La CGT viene abriendo distintos ámbitos. Los cuadros sindicales más jóvenes están tomando cursos de formación política con Juan Manuel Abal Medina, el vicejefe de gabinete que está a cargo del Instituto de Formación Política del PJ bonaerense. Y en el último mes y medio, Moyano personalmente mantuvo un encuentro con un grupo de referentes de Carta Abierta, interesados en construir un espacio filokirchnerista. Por la casa de uno de ellos pasó Milagro Sala pero también Fernando “Chino” Navarro, del Movimiento Evita, o intendentes del conurbano como Francisco “Barba” Gutiérrez o Darío Díaz Pérez. Y en alguno de los encuentros estuvo Juan Schmidt, del moyanismo. Que esto indique que Moyano quiera empezar a tallar en primera persona como candidato de la vida política del PJ nadie lo duda. La pregunta es con qué alianzas y a partir de cuándo.

“No sabemos cuándo”, dice Plaini. “No estamos haciendo evaluaciones electoralistas. Moyano es un dirigente que ha trascendido el marco sindical, expresa una representación más allá de lo sindical, demostró lo que es capaz de hacer, en materia de salud, de salarios; expresa claramente al peronismo, pero si estamos pensando en una construcción es a mediano y largo plazo, no estamos hablando de 2011.”

Alberto Descalzo es el intendente de Ituzaingó, referente de la ortodoxa estructura de la FAM de la provincia de Buenos Aires y consejero del PJ. “Enfrentamiento con Hugo no hay”, advierte. “Y además todo el mundo lo conoce, viene del Movimiento Nacional Justicialista, puede presentarse, es obvio, no es nada raro, no está mal.”

No es la posición mayoritaria. En off the record muchos de los intendentes recelan de esa posibilidad, y también lo hacen referentes políticos de los espacios transversales del kirchnerismo. Otra es la posición del Movimiento Evita. El Chino Navarro arriesga: “No creo que se quiera presentar ahora, más bien pienso en un mediano plazo; lo veo bien, no hay que olvidarse que cuando Menem era intocable fue Moyano el que estaba en la calle enfrentándolo, no es un invento de nadie, él se creó a partir de hechos concretos, está determinado por la historia, se paró a defender a Kirchner con la 125”.