Lun 26.04.2010

EL PAíS

Mensajes de texto

Muzrella prhibida

La primera sorpresa en la visita del jefe de la Policía Metropolitana, Eugenio Burzaco, a la Legislatura fue cuando habló del programa de entrenamiento para los nuevos agentes: “A bajar las panzas que lamentablemente hemos visto”, definió. Luego tuvo un cruce cómico con Aníbal Ibarra, cuando anunció que la Metropolitana se iba a trasladar a su barrio. “Lo cuidaremos al vecino Ibarra”, dijo Burzaco. “No sé si ponerme contento o no”, frunció la frente el ex jefe de Gobierno. Pero el remate vino cuando la kirchnerista Gabriela Alegre le preguntó si ocuparía el lugar de Guillermo Montenegro en el Ministerio de Justicia, si éste renuncia. También quiso saber a quién elegiría como su reemplazante. Tras las risas de los macristas, que tienen por detrás una interna de vieja data, Burzaco, sonriente, sólo respondió: “Lo único que voy a decir es que elegiría a un civil”. “Borrelli”, gritaron desde el fondo, en alusión al titular de la Comisión de Seguridad, Martín Borrelli. “Y... el casco ya lo tiene puesto”, remató Burzaco, mientras todos se reían del peinado del legislador macrista.

Patota cltural

En la inauguración de la Feria del Libro, parece que Mauricio Macri no quiso correr riesgos, acaso recordando el escrache docente que sufrió el año pasado. Esta vez, un estricto operativo controló el ingreso al acto inaugural, donde estuvieron diversos funcionarios del Gobierno y representantes de la Fundación El Libro. Macri no lució su capacidad oratoria y leyó su discurso con alguna dificultad, pero eso no desalentó a unas cuantas personas dispersas entre el público, que no lucían un aspecto muy PRO pero aplaudían a rabiar a cada palabra del jefe de Gobierno porteño, y que, cuando él terminó de hablar, se levantaron y se fueron, con la satisfacción de la misión cumplida. “Se vino con la patota cultural”, se burlaban algunos espectadores.

Pulseada rionegrna

El radicalismo K ganó ayer una pulseada en Río Negro. El sector que responde al gobernador Miguel Saiz consiguió aprobar en la Convención Provincial del partido el apoyo a una reforma constitucional. Pero todavía debe alinear a todos los legisladores, ya que varios se resisten a acompañar la iniciativa del mandatario. El radicalismo rionegrino se encuentra dividido entre los cobistas, que responden al senador Pablo Verani, y el sector de Saiz, que mantiene una excelente relación con la Casa Rosada. En ese contexto, Saiz logró un respaldo a su reforma, que aunque no contempla la re-reelección, algunos radicales plantean la modificación para que el gobernador obtenga un tercer mandato.

Pndo cn Chche

“Una amnistía para un Bicentenario sin presos políticos” se titulaba el reclamo que diversas ONG, encabezadas por la estridente Cecilia Pando, iban a llevar a Tribunales el martes pasado, 20 de abril, el día del cumpleaños de Adolf Hitler. Finalmente, Pando y otras esposas de militares presos por violaciones a los derechos humanos no realizaron la marcha. En cambio, realizaron otra actividad: estuvieron en un despacho del Senado de la Nación, donde llevaron su pedido de libertad para represores. Fueron atendidas por los atentos oídos de... Hilda “Chiche” González de Duhalde.

Chno emcionado

El jueves pasado, a la noche tarde, Fernando “El Chino” Navarro volvía de uno de los locales del Movimiento Evita en San José, al sur del conurbano. Estaba conmovido. Había estado filmando para el relanzamiento de su programa de TV, el 9 de mayo, por Canal 26, con una idea de Polito, el hermano de Fabián Polosecki. El Chino Navarro, actual diputado del FpV en Buenos Aires, pieza clave del Evita, esta vez saldrá al aire con ocho programas grabados. Y en eso andaba el jueves. Los pibes del taller de música que dirige Marcelo Boccanera terminaban de cantar sus temas, con letras que surgen de las historias del barrio. Tula era uno de ellos, un vecino que toma y pide limosna en las calles para seguir tomando. Que cuando no toma, duerme en el umbral de alguna puerta o camina. Pobre hombre con su pobreza y su tristeza, decían los pibes. De ojos tristes y sonrisa alegre. En la canción se cuenta que una de las mujeres, cuando lo veía, escondía a su hija porque tenía miedo que Tula la lastimara. No la escondas, le decía él, no la escondas, no la voy a comer, no la voy a comer, yo la quiero, yo la quiero.

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