Parte del gabinete de Daniel Scioli volvió a ratificar la voluntad del gobernador de la provincia de Buenos Aires de pelear por su reelección en los comicios de 2011. El escenario esta vez fue la regional de la CGT Mar del Plata, y uno de los voceros del proyecto fue Javier Mouriño, el secretario general de la gobernación, que por estas horas viene ocupando algunos de los roles de articulador territorial que cumplía Alberto Balestrini, hasta que sufrió un accidente cerebrovascular.

“Que no quede la menor duda: Daniel Scioli va por su reelección como gobernador de la provincia y esperamos contar con todos ustedes para librar esta batalla”, confirmó Mouriño, al hablar ante un plenario de 450 dirigentes nucleados en el Hotel 13 de Julio.

De la charla participaron los ministros de Trabajo y de la Producción bonaerenses, Oscar Cuartango y Martín Ferré. Mouriño pidió a los gremios de la CGT regional aportar “miles de compañeros militando” y agregó que las primarias “dan la enorme oportunidad de la unidad”.

El debate siguió la dinámica de los encuentros territoriales que el gabinete de Scioli diseñó tras la derrota de junio pasado para recuperar espacios perdidos. Pero se dio, además, en medio del debate provincial por la posible asunción de Hugo Moyano al frente del PJ bonaerense, en lugar de Balestrini, un escenario que debaten algunos intendentes. En ese contexto, la reafirmación de la candidatura de Scioli parece también una demostración de fuerza, aunque en la provincia lo desestiman: pese a las tensiones en la mesa chica del PJ por la posible asunción de Moyano, dicen que Scioli considera al líder de la CGT como socio con todas las letras.

Otro de los hombres de Scioli que hablaron de candidaturas fue Alberto Pérez. En un mensaje destinado a Eduardo Duhalde, Felipe Solá y Francisco de Narváez, el jefe de Gabinete bonaerense aseguró que “van a arrugar, no creo que se animen” a competir en las primarias del justicialismo para enfrentar a Néstor Kirchner y Scioli. Para el PJ local, el problema de los disidentes es que “están acostumbrados a ganar con el aparato”. Esta vez, dicen, deben someterse a la voluntad popular.