El ministro del Interior, Florencio Randazzo, admitió ayer la posibilidad de que Néstor Kirchner renuncie a su banca de diputado nacional para ejercer su cargo de secretario general de la Unasur. “En lo personal, creo que debería renunciar (a su banca) y finalmente ejercer todas las funciones plenas de la Unasur”, comentó Randazzo, aunque pidió “no ponerse impacientes” y esperar una resolución por parte del ex mandatario. El destino de la banca de Kirchner viene generando tironeos entre el oficialismo y la oposición en el Congreso.

En declaraciones radiales, Randazzo opinó que Kirchner “deberá renunciar a su banca” aunque aclaró que en última instancia se trata de “una decisión personal” que el ex mandatario “seguramente tomará en los próximos días”.

Su postura contrastó con la del jefe de la bancada oficialista, Agustín Rossi, quien el jueves sostuvo que ambos puestos no eran excluyentes entre sí. “No encontramos una incompatibilidad manifiesta entre ser secretario de la Unasur con ser diputado nacional”, expresó el Jefe del bloque K en aquella ocasión, para luego argumentar que “las incompatibilidades previstas en la Constitución nacional y en el reglamento tienen que ver cuando uno, siendo legislador, ocupa un cargo legislativo”.

Los bloques opositores adelantaron que exigirán la renuncia de Kirchner a su asiento en la Cámara baja, aduciendo que el artículo 10 del tratado del organismo regional establece que “durante el ejercicio de sus funciones, el secretario general tendrá dedicación exclusiva” en el cargo. Esta posición fue encabezada por la peronista disidente Graciela Camaño y Horacio Piemonte, de la Coalición Cívica, quienes luego sumaron la adhesión de los radicales y el PRO.

Randazzo cargó contra esos bloques por criticar la designación de Kirchner al frente de Unasur y los acusó de “falta de grandeza”. “Es una lástima para el país tener dirigentes de la oposición con tanto nivel de mezquindad, con tanta pobreza”, expresó el funcionario.

Mientras tanto, el kirchnerismo baraja una tercera opción, que no implica ni quedarse ni renunciar al puesto: que el santacruceño intente retener su banca y pedir licencia por los dos años que dure su mandato al frente del bloque regional. Sin embargo, un pedido de licencia impediría que asuma otro diputado en su lugar –Dante Dovena, quien sigue en la lista– y le restaría un voto clave al Frente para la Victoria.