El primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, suspendió la visita que iba a hacer mañana a Buenos Aires, ofendido porque el gobierno de la ciudad no autorizó el emplazamiento de un busto del fundador de la república turca, Mustafá Kemal Atatürk, denunciado como uno de los responsables del genocidio armenio. El anuncio del homenaje finalmente fue cancelado, iba a ser encabezado por Erdogan y había generado quejas de la comunidad armenia. El gobierno nacional acusó al macrismo de torpeza, por haber autorizado inicialmente el acto –en el que según los funcionarios estaría presente Mauricio Macri– para dar marcha atrás 24 horas antes de la visita del mandatario.

Erdogan estaba en Río de Janeiro, como Cristina Kirchner, participando del III Foro de la Alianza de las Civilizaciones, cuando decidió levantar el viaje, que iba a convertirse en la primera visita de un presidente turco al país en cien años. “Hay sólo dos países que reconocen el genocidio armenio: Canadá y Argentina. Que el primer ministro viniera era todo un gesto de parte de él”, apuntaban ayer en la Cancillería, donde querían comerse crudo a Macri. Le recriminaban no haberse comunicado “nunca” con el gobierno nacional por el tema. “Nos enteramos de todo a través del embajador turco. Anoche (por el sábado), en Río de Janeiro, antes de despegar el vuelo, el canciller turco le dijo a (su par argentino Jorge) Taiana que había un cambio de agenda porque Macri no autorizaba el acto”, relató un hombre del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Los turcos aseguran que el macrismo, a través del ministro de Ambiente y Espacio Público porteño, Diego Santilli, había autorizado instalar el busto cuatro meses atrás, y que por eso avanzaron con la organización, hasta que el sábado recibieron la sorpresiva contraorden. Incluso sostienen tener una carta firmada por Santilli autorizando la instalación.

“Para un presidente miembro del G-20 es difícil de bancar que un jefe de Gobierno te haga esto”, se quejaron en la Cancillería. “Lamentamos que las marchas y contramarchas del Gobierno de la Ciudad hayan provocado esta situación”, dijo Taiana.

Consultado por Página/12, Santilli aseguró que nunca dio tal autorización. “Ellos vinieron a verme. Dijeron que querían poner un monumento (en Figueroa Alcorta y Sarmiento) y aseguraron que allí ya había habido un busto de Atatürk. Le dije al embajador que si había habido uno eso era factible; hemos tenido monumentos vandalizados en las plazas que se repusieron. Pero buscamos los antecedentes y no había habido un busto de Atatürk, sino un monumento a un egipcio. Las leyes nos dicen que una autorización como la que se necesita por este caso tiene que pasar por la Legislatura”, argumentó Santilli, dejando cuidadosamente a un lado el costado político del conflicto. El funcionario no dio las razones sobre por qué la desautorización fue comunicada a los turcos recién el viernes; pero sí habló el secretario de Gobierno porteño Marcos Peña (ver aparte).

La comunidad armenia publicó una solicitada en repudio a la visita del primer ministro, en la que denunciaron su “vergonzante intento de inaugurar un busto del genocida turco Mustafá Kemal Atatürk”. “Mustafá Kemal fue el continuador del plan de exterminio iniciado en 1915 por el imperio turco-otomano –que tuvo el trágico saldo de más de 1.500.000 víctimas–, y el responsable de inaugurar la política de negación del genocidio de los armenios, sostenida por el actual gobierno de Turquía”, señalaron.

Suspendida la visita, Cristina Kirchner y Erdogan hablaron por teléfono, según confirmó Taiana. “Erdogan expresó que en estas condiciones no podía venir” y le pidió a Cristina “que lo entienda y que se verían en Toronto”, durante la reunión del G-20.

Para el gobierno nacional el tema en discusión no es el genocidio armenio. “El año pasado recibimos al primer ministro del Líbano y a la semana siguiente al presidente de Israel. El sábado, en el acto de las colectividades, desfilaron la colectividad armenia y la turca. El principal valor que tiene el país, de desenvolverse con independencia y respeto, fue tirado por la borda por Macri.”