EL PAíS › LA ESTRATEGIA DEL EX PRESIDENTE HACIA LAS ELECCIONES DE 2011
El ex gobernador contrató al semiólogo Eliseo Verón para revertir su imagen negativa e instalarse como rival de Kirchner, con un discurso centrado en “el consenso y las políticas de Estado”. Se acerca a Macri y sigue tensa su relación con De Narváez.
› Por Werner Pertot
Repuesto tras unas vacaciones en Punta del Este durante el fin de semana largo del Bicentenario, Eduardo Duhalde renovó sus recorridas de campaña. Tras mostrarse con los ruralistas la semana pasada, planea una visita a Santa Fe para comienzos de junio. En tanto, contrató al semiólogo Eliseo Verón y al periodista Jorge Raventos para que trabajen con el objetivo de revertir su imagen negativa y de darle un perfil de “estadista”. El ex presidente no abandona tampoco el armado nacional, donde tiene abocados al titular de las 62 Organizaciones Peronistas, Gerónimo “Momo” Venegas, al ex secretario de Seguridad Miguel Angel Toma y al gastronómico Luis Barrionuevo. Duhalde está en vías de aproximarse a Mauricio Macri, mientras sigue tensa su relación con Francisco de Narváez.
El cambio de imagen tiene dos puntos centrales: por un lado, el propósito es instalarse como rival excluyente de Néstor Kirchner y, por el otro, construir un discurso centrado en “el consenso y en las políticas de Estado”. Atrás deberían quedar para esto los llamados de Duhalde a terminar con los juicios a los represores, con los que logró la unanimidad del rechazo tanto de los oficialistas como de los opositores.
A la estrategia discursiva y de imagen viene aportando, desde hace casi un año, Verón. Una de las “vacas sagradas” de la semiología argentina, discípulo de Roland Barthes, es autor, entre otras decenas de libros, de Perón o muerte. Los fundamentos discursivos del fenómeno peronista, donde analiza el dispositivo de enunciación de Perón y de la JP. Verón es profesor plenario en la Maestría de Periodismo de la Universidad de San Andrés y el Grupo Clarín y, en los últimos años, se dedicó a diversas consultorías empresariales: asesoró a Repsol-YPF, Canal 13, T&C, Telecom, etcétera. Cuando tiene tiempo –y no está jugando a las bochas con Umberto Eco– Verón le dedica unas horas de charla a Duhalde.
Sobre el ex presidente, ya dejó algunos lineamientos de sus consejos en una columna que publicó en un periódico dominical. Allí Verón señaló que en sus conferencias en el Movimiento Productivo Argentino “Duhalde evocó algunos momentos clave de su presidencia, subrayando enfáticamente la importancia crucial de la búsqueda de consenso en el proceso de salida de la grave crisis argentina de 2001. Duhalde subrayó también las graves consecuencias de la creciente hegemonía de la función presidencial en América latina, insistiendo en la necesidad de ir construyendo las bases de regímenes parlamentarios”. El semiólogo también dejó algunas comparaciones amigables para el ex mandatario, al mencionar la convicción “tanto de Lula como de Eduardo Duhalde, en la cuestión social; es decir, en el principio central de la igualdad”.
Además de los aportes de Verón, el periodista Jorge Raventos viene trabajando en la redacción de los discursos de Duhalde. Su equipo está desarrollando focus groups y encuestas. Según los duhaldistas, la imagen negativa de Duhalde bajó de un 59 por ciento a un promedio de 39 por ciento. “Y se sigue revirtiendo”, aseguran, se esperanzan, prometen.
El ex presidente se mostró la semana pasada con la Mesa de Enlace, en una conferencia sobre “políticas de Estado del sector agropecuario”. Los ruralistas alabaron a Duhalde por sus políticas en 2002 y exigieron el fin de las retenciones. Como parte de sus recorridas, tiene previsto viajar a Santa Fe el 3 de junio. No parece probable que se encuentre con Carlos Reutemann, cuya candidatura él y su esposa Chiche Duhalde dieron ya por caída, mientras que De Narváez intenta levantarla.
Duhalde tampoco pierde de vista el armado territorial: tiene un comité de campaña que se ocupa de la organización en el interior, integrado por Toma, el ex jefe de campaña de Carlos Menem, Julio César “Chiche” Aráoz, y Barrionuevo. En simultáneo, otro grupo está concentrado en recuperar la provincia de Buenos Aires: lo conducen la diputada Graciela Camaño, el gremialista de estaciones de servicio Carlos Acuña y el “Momo” Venegas, quien tiene una confianza a prueba de balas en Duhalde: “Va a ser el próximo presidente de los argentinos”, remarcó en estos días.
Duhalde, de a poco, también está avanzando con su marco de alianzas. Tras un largo período distanciado de Macri, tanto él como el jefe de Gobierno porteño comenzaron a dar muestras de buscar un acercamiento. El ex presidente lo defendió ante su procesamiento como partícipe necesario de una asociación ilícita –sugirió que todo estaba armado por el gobierno nacional, incluso las escuchas– y Macri lo volvió a elogiar públicamente luego de toda una época de intentar diferenciarse: “Tengo una relación de respeto. Nunca me mintió y fue generoso conmigo porque me ofreció ser candidato a presidente en el 2003”, recordó el líder de PRO.
Con De Narváez, en cambio, la relación sigue tirante. Hace algunas semanas, la mano derecha del empresario, Gustavo Ferrari, lo cuestionó como parte de la “vieja política”. Según los duhaldistas, De Narváez tuvo un encuentro después con el “Momo” Venegas, donde le planteó que, en algún punto, va a ser necesario un acercamiento. En su fuerza, hay quienes buscan esa alternativa: uno de ellos es Alfredo Atanasof, ex jefe de Gabinete de la presidencia duhaldista y actual operador de De Narváez. El otro es el propio yerno de Duhalde, Gustavo Ferri, que milita en las filas del Colorado. Ferri se pronunció a favor de confluir con Duhalde: “No me caben dudas de que, si somos inteligentes y logramos converger en un gran espacio, no van a existir dificultades para que le ganemos al kirchnerismo”.
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