El jefe del bloque de senadores radicales, Gerardo Morales, sorprendió ayer al admitir que con vistas a las elecciones del año próximo, los integrantes de la oposición “no estamos bien parados”. El jujeño –que había bajado el perfil de sus declaraciones tras varios cruces públicos con funcionarios y con otros opositores– volvió al ruedo al sostener que “por vanidades personales”, los miembros de la oposición terminan “peleados todos contra todos”. También aprovechó la ocasión para criticar al Gobierno al sostener que es el más corrupto desde la recuperación de la democracia y que superó en hechos de corrupción al menemismo.

“El desafío el año que viene es garantizar la gobernabilidad. El Congreso va a quedar partido en tercios: un tercio va a estar representado por el kirchnerismo, otro por el Peronismo Federal, De Narváez, Macri y esos sectores, y otro tercio que denominaría el panradicalismo”, analizó Morales. En ese sentido, consideró al Peronismo Federal como un posible aliado de su sector para acordar políticas públicas. Aunque admitió que “los radicales somos complicados”, Morales estimó que el vicepresidente Julio Cobos y el diputado Ricardo Alfonsín podrían llegar a representar al espacio panradical en 2011. Lo mismo aseguró de Elisa Carrió y del gobernador santafesino Hermes Binner como una alternativa para lograr “una fuerza política potente, no sólo para competir sino para gobernar”.

“No estamos bien parados –aseguró el jujeño sobre los que enfrentan al oficialismo–, nos corrimos del eje. Hasta octubre o noviembre veníamos bien, nos desarticulamos y terminamos peleados todos contra todos por cuestión de vanidades personales”, afirmó. Morales señaló al debate por el uso de reservas para el pago de la deuda pública como responsable del deterioro de la política, y que tanto oficialismo como oposición descendieron “al quinto subsuelo” con el conflicto.

El senador también insistió en criticar al Ejecutivo al calificarlo como “uno de los gobiernos más corruptos que hemos tenido en la era democrática” y que supera “totalmente” al menemismo. El legislador además acusó al Gobierno de construir una “nueva oligarquía” sustentada en el uso de fondos públicos para los “amigos del Gobierno” y señaló a Venezuela, al caso contra el ex secretario de Transporte Ricardo Jaime, a las imputaciones al ministro de Planificación Julio De Vido, y al manejo de subsidios como ejemplos de “un gobierno altamente corrupto”.