EL PAíS › EL MINISTERIO DE EDUCACIóN PORTEñO EMPEZó AYER A DESPEDIR DOCENTES A CONTRATADOS Y A REDUCIR SALARIOS
Ya suman un centenar los contratos rescindidos. El ajuste alcanza con fuerza al área que diseñó los contenidos para el Bicentenario censurados por el ministro Bullrich, que se defendió diciendo: “Redujimos contratos de nuestra gestión”. Protesta gremial.
› Por Nora Veiras y Werner Pertot
El gobierno de Mauricio Macri volvió a apelar al ajuste de personal: esta vez focalizado en Educación. Al anochecer de un día agitado en que los distintos gremios denunciaron rescisiones de contratos y reducciones salariales, el ministro Esteban Bullrich twitteó: “La decisión que tomé fue reducir los contratos de nuestra propia gestión, la estructura política, no estamos reduciendo planta docente”. Sus colaboradores, en diálogo con Página/12, precisaron que “por ahora, son unos cien” y apuntaron al ex ministro Mariano Narodowski: “Se nombraron 930 personas en los últimos dos años, una barbaridad”. Los dichos de Bullrich se contradicen con la realidad de los contratos dados de baja en las áreas de Currícula, Evaluación, Inclusión Social, Infraestructura Escolar, entre otras, donde todos pertenecen a personal técnico. Hoy, por la mañana, se movilizarán frente a la cartera educativa, en Paseo Colón al 200, y exigirán una entrevista con Bullrich.
En el edificio de Esmeralda 55, donde funcionan las direcciones generales de Planeamiento Educativo y de Educación Estatal –el corazón pedagógico de la gestión–, los rumores de despidos habían empezado el lunes. “Reducción de Presupuesto” fue el motivo esgrimido por los responsables del área en la que a principios de año estalló el escándalo por la censura a los textos sobre el Bicentenario, elaborados por la Dirección de Currícula. Los rumores mutaron en información ayer por la mañana, cuando empezaron a comunicarse en forma oficiosa las rescisiones de contratos. Roberto Araujo, delegado de la junta interna de Educación de ATE en Esmeralda 55, explicó que “primero decidimos cortar la calle entre las 14.30 y las 19. Es falso que sean contratos políticos. Son contratos de locación que el macrismo flexibilizó como una forma de precarización. Además, en otros casos, se redujeron en un 30 por ciento los montos que no llegaban ni a 2000 pesos mensuales”. En la Dirección General de Planeamiento, a cargo de Mercedes Miguel, ya habían recortado el sueldo de cuatro de los directores de área en sumas que oscilaron entre los 1600 y 3000 pesos al no contabilizarles la antigüedad docente.
En febrero pasado, Página/12 detalló los despidos que habían comenzado en Infraestructura Escolar y que “en el gobierno porteño, la orden de Bullrich y del subsecretario de Gestión Económica, Mario Terzano, es reducir un 30 por ciento”. Apenas asumió Macri, despidió a 2400 contratados y ante la ola de protestas prometió revisar “caso por caso”. “Si hay algún caso puntual que cambió de tipo de contratación, se va a tomar en cuenta. Vamos a revisar caso por caso”, repitió ayer la muletilla un estrecho colaborador de Bullrich. “Hoy hay un estilo de gestión que establece que trabajemos con menos gente. Queremos optimizar al máximo el uso de recursos”, comentó otro cortertulio del ministro abonando la tesis de descargar responsabilidades sobre Narodowski.
El argumento en este caso también se cae al confrontarlo con la realidad. Los contratos son anuales, es decir que la gestión de Bullrich, que asumió en la primera semana de enero, fue la encargada de revisar, hace seis meses, todas las designaciones que tienen una duración anual. Bullrich, afecto a las nuevas tecnologías, apeló a Twitter para fijar su posición y asumir como propia la decisión de aplicar el ajuste. Sin embargo, otros funcionarios señalan que la orden de achicar proviene de Hacienda. Señalaron a Andrés Ibarra, quien abandonó el Ministerio de Educación luego de varios meses de frío con Bullrich. Ibarra es un hombre del Grupo Macri que acompañó al jefe de Gobierno en su gestión en Boca y ahora estará al frente de todas las decisiones de personal.
En Hacienda, en cambio, negaron que hubieran dado ninguna orden a Educación y recordaron que Ibarra acababa de asumir ayer. “Bullrich no lo atendió a Ibarra en todo el tiempo que estuvo en el ministerio y ahora se acuerda de que existe”, se quejaban en el entorno del ministro de Hacienda, Néstor Grindetti. Otros macristas afirman, no obstante, que este recorte se va a repetir en diversos ministerios.
Llamados telefónicos informales fueron avisándoles a docentes contratados en distintas áreas de Educación que no se presentarán más a trabajar. La decisión política requiere una instrumentación formal: los contratos son refrendados por el propio ministro y necesitan de algo más que una voz administrativa que al otro lado de la línea informe el imprevisto cambio de condiciones para abandonar el trabajo. Alejandro Demichelis, secretario adjunto de la Unión de Trabajadores de la Educación, calificó de “inexplicable” la decisión porque “estábamos trabajando en un cronograma de estabilidad para los docentes contratados y hacen esto”. El dirigente detalló que con el recorte se afecta especialmente las áreas de Inclusión Escolar, que trabajan con los chicos de las zonas más vulnerables, Infraestructura Escolar, Currícula y Evaluación. Demichelis estimó que “serán entre doscientos y trescientos los despedidos”.
La asamblea de trabajadores de la sede de Esmeralda 55 fue acompañada por dirigentes de UTE, ATE, Ademys y por los legisladores Francisco “Tito” Nenna (Frente para la Victoria) y María Elena Naddeo (Diálogo por Buenos Aires). La subsecretaria de Educación Ana Ravaglia y el asesor del ministro, Sergio Siciliano, se acercaron a intentar justificar la medida pero no lograron convencer.
En la sede de Infraestructura Escolar, el área que se caracteriza por la menor ejecución presupuestaria del gobierno porteño –un uno por ciento de los recursos disponibles se usaron en el primer trimestre– se formalizaron cambios y se esperan más reducciones. Néstor Oscar Gasparoni fue reemplazado por Claudio Viola. El nuevo director es un arquitecto tucumano, proveniente de Recrear, estrecho colaborador de Pablo Walter, la mano derecha de Bullrich que entró a la política seducido por el represor Antonio Domingo Bussi. Walter fue diputado provincial y nacional por el bussismo y cuando el general perdió poder por la reactivación de los juicios de lesa humanidad recaló en Recrear. En esa fuerza, creada por el ex ministro de Economía y Defensa de la Alianza Ricardo López Murphy, surgió Bullrich. Viola tendrá que aplicar una reducción de contratos que ronda el 30 por ciento.
“Es una decisión propia de reducción de la planta macrista”, argumentaban anoche los hombres de Bullrich. Una explicación que, por un lado, parece poner en evidencia la ineficiencia de la propia gestión y por otro, no deja dudas de las desavenencias internas de PRO. En ese escenario es donde las lealtades políticas hacen agua y se impone la decisión de ajustar en educación.
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