Las llamativas declaraciones de Francisco de Narváez sobre Mauricio Macri, a quien calificó de “bipolar” y “derechoso”, levantaron tanta polvareda que al diputado del Peronismo Federal no le alcanzaron las tibias disculpas que intentó el domingo a última hora y debió difundir ayer por la tarde una carta en la cual tuvo que admitir que sus dichos “tienen poco que ver con el estilo político y de vida” que intenta transmitir. Antes, el jefe de la bancada PRO en la Cámara baja, Federico Pinedo, había dicho que al colombiano “se le debe haber pelado un cable”, mientras que el jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, aseguró que ese tipo de declaraciones “solamente le convienen a Kirchner”. Aunque para ayer a la noche en ambos bandos intentaban dar por zanjada la cuestión, algunas heridas quedaron abiertas y tanto Macri como De Narváez se reunieron cada uno con su mesa chica para analizar las repercusiones de este episodio.

“Quiero expresar mis disculpas más sinceras a Mauricio Macri y al espacio del PRO en su totalidad. Mis declaraciones de ayer tienen poco que ver con el estilo político y de vida que nuestro espacio promueve y que yo intento aportar a diario a la política de nuestro país”, dice la carta pública que difundió De Narváez después de haber establecido contacto directo con el jefe de Gobierno porteño para aclarar el malentendido. Aunque el domingo a la noche, algunas horas más tarde de que se conocieran sus polémicas declaraciones, el diputado ya había aceptado que la “intención no fue ofender a Macri”, eso no pudo evitar la avalancha de respuestas desde el PRO, algunas en un tono casi tan fuerte como el de las suyas, por lo que decidió hablar directamente con su ex socio (y luego difundir una carta) para detener la sangría.

“Las declaraciones de De Narváez no son buenas, no le hacen bien a nadie. Habría que preguntarle a él si es un problema de egos. Las declaraciones fuera de lugar las hizo él. Este tipo de divisiones solamente le conviene a Kirchner”, había asegurado un rato antes Rodríguez Larreta, que no dice nada que no pase por el filtro de su jefe político. Menos diplomática fue la diputada macrista Gladys González, que atribuyó el exabrupto a que “existe nerviosismo” en las filas del peronismo disidente por el “crecimiento de Mauricio Macri” en la encuestas de intención de voto a presidente. Aunque el que mejor representó el asombro que generaron en el PRO las novedades fue el legislador bonaerense Daniel Tagliaferro: “No entendemos por qué De Narváez agravia de esta manera a quien fue su socio político en las últimas dos elecciones”, confesó.

“Lo que quiso decir Francisco es que hay dos posiciones en el PRO, algunos que tienen una actitud más derechosa y otras más peronista, o liberal y progresista, como quieran llamarlo. Quizá las declaraciones fueron encaminadas a ayudar que Mauricio se defina”, intentó explicarle a Página/12 un cercano colaborador del colombiano en la provincia.

Por su parte, Daniel Amoroso, que llegó a la Legislatura porteña de la mano del jefe de Gobierno, pero desde hace un tiempo juega para De Narváez, reconoció ante este diario que el diputado “se pasó de rosca” pero también recordó que en otras ocasiones Macri fue muy duro con él y se dio vuelta la página, por lo que no imagina daños permanentes a la relación. “Quedó todo debidamente aclarado. Se saldó la cuestión. Borrón y cuenta nueva –zanjó el tema el diputado provincial Gustavo Ferri, que forma parte de la mesa chica del colombiano–. Se reconoció un error, se pidieron disculpas de forma pública y privada y han sido aceptadas por Mauricio.”

Sin embargo, y aunque no quieren dilatar mucho el asunto, en las filas PRO todavía había heridas sin cerrar. “Creo que las disculpas solamente se refirieron al uso del concepto bipolar, pero el resto de los conceptos los sostuvo”, remarcó Larreta. Sobre la relación entre los dos espacios que fueron juntos en las elecciones legislativas del año pasado, mantuvo las expectativas abiertas. “No es que nos alejamos ni nos acercamos. Nosotros estamos construyendo el PRO en todo el país, ese es hoy nuestro objetivo.” Más pragmático, Pinedo pidió “dejar pasar un poco de tiempo para asimilar la desubicación”, pero consideró que “en pocos días esto va a quedar atrás y no va a quedar ningún recuerdo porque es un disparate”.

Para el jefe del bloque PRO, Macri y De Narváez tienen “que cumplir con un deber que es unificar la oposición y generar alternativas de poder importantes para las elecciones” de 2011, en las que una atomización opositora podría beneficiar al oficialismo. “La Argentina –agregó, con un guiño a sus interlocutores peronistas– necesita tener pocas y fuertes alternativas electorales para cambiar la situación que estamos viviendo en este momento. El camino es la unidad, y hacer lo que decía Perón: primero la Patria, después el movimiento y por último los hombres.”

Desde el lado del Colorado intentaron restarle importancia al entredicho y aseguran que siguen “integrados en el mismo espacio”. “Hay muchos puntos de coincidencia”, sostuvo Amoroso. “Las relaciones existen institucionalmente y desde los dos sectores hacemos todo por que continúe”, agregó. “Durante el fin de semana quedamos un poco desconcertados, pero vamos a intentar reestablecer el buen diálogo. El problema está acotado a esto que pasó. Estamos integrados en el mismo espacio y venimos trabajando juntos”, completó Ferri. Pero juntos no es pegoteados. En el segundo párrafo de su carta, De Narváez se cuidó de aclarar: “El es un dirigente del PRO y yo, un dirigente justicialista”.