La líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, abrió la puerta de salida del Acuerdo Cívico y Social y, amenazando con cruzarla, les lanzó dardos envenenados a todos sus socios políticos. Al gobernador Hermes Binner lo tildó de “ambiguo” y le atribuyó “tener relación con ministros corruptos”, al radical Ricardo Alfonsín le endilgó “falta de experiencia política” y a Margarita Stolbizer la acusó de oportunista y de pedir su renuncia durante el gobierno de la Alianza. Cada uno por separado prefirió dejar a la chaqueña sola con sus declaraciones y no profundizar el enfrentamiento. Por lo bajo, sin embargo, hasta los radicales más cercanos a Lilita empiezan a dudar de la conveniencia de seguir apostando a una alianza con la líder de la Coalición Cívica. “Si tenemos que ir a una interna abierta, lo haremos, pero si estorbamos o molestamos nos iremos con otro esquema”, amenazó ayer la chaqueña, desmintiendo a algunos medios que empezaban a hablar de un acercamiento con la UCR.

Una nueva crisis se desencadenó entre los dirigentes que conforman la alianza que en las últimas elecciones reunió al radicalismo, a la CC, al GEN y al socialismo. Pero a diferencia de las tantas peleas anteriores, los sectores que hasta ahora se mostraron más afines a Carrió empezaron a marcar distancia, cansados de los ataques de la diputada. “Esta es la última oportunidad, la próxima se cae del colectivo”, decían con fastidio dirigentes del ala radical cercana a Lilita.

“Somos una fuerza difícil, porque nunca hemos sido ambiguos. Siempre hemos luchado contra la corrupción, no hemos tenido relaciones con ministros corruptos, tenemos posiciones muy claras, muy precisas, somos auténticos, no somos ambiguos”, aseguró ayer Carrió, en un raid por varias radios porteñas. Fuentes de la CC aseguraron que ella decidió salir a responderle así a Binner porque estaba cansada de sus declaraciones. El gobernador santafesino había dicho el martes que no compartiría una fórmula con Carrió y la consideró una dirigente “complicada”.

La diputada reconoció que en eso de complicada Binner “tiene razón”, pero afirmó que gracias a ella existió la oposición “cuando todo el mundo era kirchnerista”, incluyendo a los socialistas. Al enterarse de los dichos, el gobernador decidió no replicarle a Carrió. Sin embargo, a los socialistas les llamó puntualmente la atención la acusación de tener “relaciones con ministros corruptos”.

En el entorno de Carrió explicaron que se refieren a los encuentros que Binner mantiene con el ministro Julio De Vido para analizar obras para la provincia. Según los lilitos, cada vez que Binner se va a juntar con el ministro de Planificación Federal previamente lanza críticas a la líder de la CC, a modo de ofrenda política. “Denunciar es muy fácil. Construir lleva tiempo y destruir es rápido”, se limitaron a decir, en estricto off, fuentes cercanas al gobernador.

Pero no contenta con pegarle al mandatario socialista, Carrió también cargó contra los radicales. Recordó que mientras la UCR votaba a favor, ellos se opusieron a los plenos poderes para Domingo Cavallo, a la reforma laboral y a la rebaja del 13 por ciento a los jubilados. Sin levantar el tono, dirigentes radicales se preguntaban si la ex ministra de Trabajo de De la Rúa, Patricia Bullrich, seguía siendo su mano derecha en el Congreso o si pensaba romper su alianza política con el diputado ex kirchnerista Felipe Solá. Incluso si pensaba expulsar de su fuerza a Alfonso Prat Gay, director del Banco Central de Eduardo Duhalde.

Especialmente Lilita volvió a cuestionar la presencia de Alfonsín en un acto en Chascomús junto a la presidenta Cristina Fernández. “Es un ser adorable, pero sin experiencia política”, dijo, desestimando la capacidad del diputado bonaerense. Según Carrió, ella trató de “preservar” de los Kirchner al vicepresidente de la Cámara de Diputados “porque no son normales”.

“A Carrió la experiencia política le sirvió para darse cuenta de que lo mejor que hay en la política es Felipe Solá, un oportunista a quien si Kirchner le hubiera dado la presidencia de la Cámara todavía estaría votando con ellos”, aseguraba un radical que comparte con ella en el Congreso. El hijo del ex presidente Raúl Alfonsín, en cambio, prefirió el silencio. En su entorno consideraron “poco inteligente” entrar en el juego de Carrió y prefirieron hablar de la necesidad de que el gobierno nacional otorgue el 82 por ciento móvil a los jubilados. Un encumbrado dirigente del Comité Nacional fue un poco más allá: “Ella misma está generando su propio aislamiento, donde ella se siente más cómoda y nosotros también”, admitió.

La jefa del GEN, Margarita Stolbizer, fue otro de los blancos de la chaqueña. Dijo que la bonaerense pidió su renuncia durante la Alianza y que ahora tiene un ensañamiento con ella porque quiere cargos de diputados el año que viene. Stolbizer, que había salido a defender a Alfonsín en su momento, no le respondió.

Habrá que esperar para ver los alcances de esta nueva pelea. Por el momento, ni Binner, ni Cobos, ni Stolbizer, ni buena parte del radicalismo están dispuestos a soportar más sus agresiones. Los poquitos radicales que la bancaban se lamentaban ayer de que Carrió “les está dando a razón a los que nos piden que la cortemos”.