Alicia Kirchner subió al escenario con una chaqueta roja y brillante. La única bandera de la Colina, la flamante Corriente de Liberación e Integración Nacional que encabeza, quedó amarrada contra una pared en medio de la espesa presencia de las enormes pancartas con los nombres de los intendentes bonaerenses. Delante suyo subieron Daniel Scioli, Néstor Kirchner y el intendente de Esteban Echeverría y anfitrión de la casa, Fernando Gray. Detrás, se acomodó en hilera la tropa de intendentes de la poderosa tercera sección del conurbano, con un gesto ordenado de bienvenida al territorio a la hermana del ex presidente. El inesperado dato político de la tarde, sin embargo, estuvo poco más alejado. Enviado directamente por Hugo Moyano, el diputado Juan Carlos Plaini se hizo espacio en el palco para sentarse entre los intendentes. Kirchner le hizo lugar. Durante el brevísimo mensaje, recordó el acto por el aniversario de la muerte de Eva Perón y encontró un hueco en el discurso para subrayar la presencia de Camioneros y la Uocra.

El predio de descanso del Sindicato de Plásticos, a la vera del Camino de Cintura, entre calles de tierra y las viejas piletas de agua salada a las que acudía hace cincuenta años la clase media suburbana, fue la sede del encuentro. El primer desembarco de Alicia Kirchner después del lanzamiento de la semana pasada en el Teatro Coliseo se hizo en el territorio de Gray, ex vocero de la ministra durante casi cuatro años, uno de los que reconocen haber ganado el distrito con su apoyo, y quien se puso a preparar el encuentro como devolución de favores.

“Vecinos y vecinas”, dijo Gray cuando arrancó el encuentro. “Compañeros, compañeras”; mencionó a Scioli, a Kirchner y pidió un aplauso por los intendentes. “Teníamos el hospital tomado –recordó los primeros días de gestión–, el municipio devastado y en dos años salimos adelante.” Señaló la ayuda de “Néstor”, de “Cristina”, de “Scioli” y de “la ministra Alicia Kirchner, que nos ayudó y nos llama todos los días”.

El encuentro se había suspendido dos veces, pero había empezado a pensarse veinte días atrás, cuando Alicia lo llamó para pedirle “una mano” con los intendentes de la tercera sección, recelosos con el avance autónomo de los movimientos sociales y las organizaciones sobre sus territorios. Ellos estuvieron, todos, salvo algunos de los más fuertes: Julio Pereyra, de Florencio Varela y la FAM, ausente por viaje; lo mismo que Fernando Espinoza, de La Matanza, y Darío Giustozzi, de Almirante Brown. Por esa presencia, todo un dato y un esfuerzo, Gray pidió el aplauso.

Scioli habló enseguida. Mientras los bombos de los diferentes partidos y de la Uocra atronaban el galpón, se paró detrás del atril con corbata dorada. Subrayó lo que los intendentes intentaron repetir sobre el encuentro: no es parte de ningún lanzamiento sino parte de las reuniones periódicas de la tercera sección, revitalizadas tras las elecciones. Habló de los logros de la provincia, que había duplicado el PBI y reducido la deuda. Luego, entonces sí, mencionó a Alicia por “su labor al frente de la cartera”.

“Olé, olé, oláaa”, se oyó entonces entre los bombos. Alguien ya le había arrojado una remera negra con las letras de la JP a Néstor Kirchner. El ex presidente se acercó a donde estaban los militantes. Una lluvia de papeles le cayó encima. Y habló, poco, atorado por la presencia abrumadora de los bombos. No se refirió a Alicia en forma directa y le dedicó dos guiños a Hugo Moyano.

“Quiero decirles que las medidas que hoy tomó la Presidenta –dijo–, como el aumento de las jubilaciones, las asignaciones y llamar al Consejo del Salario, van para los que más las necesitan: los pibes y los viejos.” Dijo que la Presidenta quería acercarse a Esteban Echeverría. Pidió a los vecinos del sur del Gran Buenos Aires “luchar con fuerza para consolidar el trabajo, las inversiones, para seguir desendeudando la Patria y generar empleo”. Explicó que “desde acá llamamos a todos los argentinos no a la confrontación, sino a la convivencia”. Y después de recordar que “hace pocos días” se conmemoró a Eva Perón, agregó que “la mejor manera de hacerlo es tomar medidas como lo hizo Cristina, al servicio de los que menos tienen”.

Atrás, el diputado Plaini empezaba a pararse. “Pero ¿cómo no iba a estar acá? –dijo el dirigente de la CGT–. Vine para que vean que los peronistas estamos todos juntos.” Después del faltazo de los intendentes al acto de Moyano, Plaini llegó para intentar bajar la confrontación. En medio de la discusión por la conducción del PJ bonaerense y la decisión del líder de los Camioneros de ocupar la presidencia, los jefes de distrito y parte de la cúpula del sciolismo se resisten. Pidieron a Kirchner una intervención para apaciguarlo. A la noche, Alicia Kirchner mantuvo una reunión durante más de dos horas con diez intendentes. Al término del encuentro, un intendente advertía sobre las aspiraciones de Moyano: “No es posible el camino de diálogo, al menos dentro de la tercera sección: no hay agenda común”.