EL PAíS › EL VOTO FAVORABLE DEL SOCIALISMO Y LA ABSTENCION DEL GEN SALVARON EL PROYECTO EN LA VOTACION EN PARTICULAR
El socialismo y el GEN habían apoyado el dictamen de minoría que incorporaba como fuente de financiamiento la restitución de los aportes patronales, pero en el momento de votar apoyaron la iniciativa de la UCR, el PJ disidente, la CC y PRO.
› Por Miguel Jorquera
La oposición logró darle ayer en la madrugada media sanción en la Cámara de Diputados al proyecto para elevar los haberes jubilatorios, que ahora debe atravesar con éxito su paso por el Senado para convertirse en ley. Con 135 votos a favor, 89 en contra y 17 abstenciones, el Grupo A –UCR, PJ disidente, CC y PRO– impuso su dictamen a favor de la implementación del 82 por ciento del salario mínimo, vital y móvil para las jubilaciones mínimas y la actualización del resto de acuerdo con los fallos de la Corte Suprema en los casos Badaro y Sánchez. En el debate en particular sobre la incorporación de fuentes de financiamiento al proyecto, los votos favorables del socialismo y la abstención del GEN salvaron de un traspié al núcleo duro opositor, pese a que ambos bloques habían apoyado el dictamen de minoría de Proyecto Sur que restituía los aportes patronales de las grandes empresas. El jefe del bloque kirchnerista, Agustín Rossi, afirmó que “a los opositores les importan muy poco los jubilados y el 82 por ciento. Lo único que les importa es tratar de infligirle una derrota al Gobierno”.
La votación en general fue a las tres de la madrugada, después de más de doce horas de debate en las que pocos se privaron de hablar. Con 135 votos a favor (que incluyeron a socialistas, GEN y parte del interbloque de Proyecto Sur), el Grupo A comenzó a paladear un triunfo parlamentario, pero aún debía sortear un obstáculo importante: convencer a los bloques de centroizquierda de que no insistan en incorporar otras fuentes de financiamiento a la iniciativa por fuera de los recursos de la Anses. En especial la restitución de los aportes patronales al sistema previsional al mismo nivel que en el ’93, cuando el menemismo los redujo a la mitad. Así como la propuesta de Nuevo Encuentro de gravar parte de la renta financiera para incorporar otros recursos que hagan sustentable el aumento a los jubilados.
Las negociaciones que se sucedieron a lo largo de la jornada del miércoles, y hasta avanzada la madrugada del ayer, dieron sus frutos a la hora de votar las fuentes de financiamiento: fueron 121 votos a favor, 107 en contra y 5 abstenciones. La decisión del socialismo de votar a favor del dictamen de mayoría y la abstención del GEN le garantizó el triunfo al Grupo A. Al mismo tiempo que evitó una derrota en la votación que obligaba al núcleo duro opositor a discutir la restitución de los aportes patronales que proponía el dictamen de minoría de P. Sur, que el PS y el GEN habían firmado y respaldado.
La oposición festejó unida el triunfo legislativo en la Cámara baja. El proyecto que ahora pasa al Senado establece como única fuente de financiamiento de los haberes jubilatorios los recursos de la Anses, más el superávit que arroje los rendimientos anuales del Fondo de Garantía de Sustentabilidad del Sistema Previsional (las inversiones para preservar el valor del fondo) y reducir los recursos de ese mismo Fondo de Garantía (para cumplir con el pago de las jubilaciones) a sólo un año.
Cruces en el recinto
Antes de la votación, y cuando se extinguía la lista de oradores, el debate se recalentó con acusaciones cruzadas entre oficialistas y opositores.
Los radicales estuvieron entre los últimos y Ricardo Alfonsín fue uno de ellos. El diputado y precandidato presidencial prefirió, a su manera, devolver los golpes que los legisladores oficialistas le habían asestado en sus discursos a las administraciones radicales y sus políticas previsionales. “Se ha expresado aquí que gracias al hecho de que se hubiera derogado el sistema perverso de saqueo a los trabajadores (las AFJP), se puede discutir ahora lo que estamos discutiendo. Es cierto, pero lo que no se dice es que este sistema perverso de saqueo no nació de un repollo ni por generación espontánea, sino que fue aprobado en este recinto. No quiero atribuir mala intención a quienes en su momento aprobaron la iniciativa. Seguramente lo hicieron creyendo que hacían lo que era más conveniente. Quiero creer eso”, soltó Alfonsín.
“Legislamos para que se sancionen las leyes y sean promulgadas. No legislamos para voltear gobiernos, sino para mejorar la calidad de vida de los argentinos. Ojalá que hoy podamos dar sanción a este proyecto y que cuando se obtenga la sanción del Senado, la Presidenta revise esta cuestión. Nadie quiere ir al default, y no vamos a ir al default aumentando a los jubilados”, sumó la Cívica Fernanda Reyes.
El jefe del bloque radical, Oscar Aguad, también cargó contra el Gobierno. “El tema de las jubilaciones da para analizar todo lo que ha hablado el presidente (Néstor) Kirchner y después su esposa, la señora presidenta (Cristina) Fernández de Kirchner. A mi juicio, estamos frente a uno de los ejemplos del modelo agotado. La Presidenta ha dicho en un discurso que el país crecerá este año a un 9 por ciento, y es muy probable que así sea. Lo que no dijo es que el empleo en blanco crecerá el 0,5 por ciento. Ahí está el fracaso: un modelo solo de crecimiento, que no logró de- sarrollar la economía”, sentenció Aguad.
Las respuestas llegaron a través del jefe de la bancada K. Agustín Rossi defendió la política oficial desde los aumentos por decreto a los jubilados “después de diez años de congelamientos” y “rebajas del 13 por ciento”; la reestatización de las AFJP “que no acompañaron con su voto ninguno de los bloques opositores, salvo sectores de centroizquierda”; la incorporación de dos millones de amas de casa y trabajadores mayores “que estaban excluidos del sistema previsional” y la implementación de una fórmula para darles movilidad a las jubilaciones dos veces al año.
“Nosotros estatizamos el sistema de jubilaciones y pensiones, y si fracasamos en la administración van a querer volver a privatizarlo. Van a hacer lo que hicieron con las empresas del Estado: las corrompieron, las hicieron deficitarias y después quienes las corrompieron y las hicieron deficitarias las privatizaron”, insistió Rossi hasta que los gritos de algunos diputados opositores que recordaban la etapa menemista del peronismo sacaron a Rossi: “¡No me hago cargo de (Carlos) Menem un carajo! No me hago cargo porque nunca fui menemista. ¡Los que están con ustedes en el Grupo A fueron los menemistas! Ahí están, búsquenlos en ese lado”.
Después, Rossi acusó a Clarín de “no rendir” las ganancias del diez por ciento de las acciones del grupo económico que el Estado heredó de las AFJP, y soltó una ironía para los peronistas disidentes: “Así que les encargo a los compañeros que en la próxima cena que tengan con el compañero (Héctor) Magnetto (el CEO de Clarín) le transmitan que si nos quiere pagar el diez por ciento que les corresponde a todos los argentinos, será bienvenido”.
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