EL PAíS › LOS ESTUDIANTES MARCHARON PARA RECLAMAR MEJORAS EDILICIAS
Varios miles de estudiantes fueron desde el Ministerio de Educación nacional al de la ciudad para exigir las obras en las escuelas, mayor presupuesto educativo, viandas y becas.
“Queremos estudiar en condiciones dignas.” Con esa consigna sobre una bandera amarilla desplegada a lo ancho de la calle marcharon varios miles de estudiantes secundarios hasta el Ministerio de Educación porteño, en reclamo de mejoras edilicias, mayor presupuesto educativo, viandas y becas. Un cordón de jóvenes encabezó la movilización. Y con cánticos en ritmo murguero, entre bombos y redoblantes, los secundarios junto a estudiantes universitarios alzaron por el centro porteño banderas coloridas con frases como “Defendamos la educación pública”.
Bajo el sol de media tarde comenzaron a llegar los jóvenes a la plaza frente al Ministerio de Educación de la Nación. Las banderas de los colegios Falcone, Cortázar, Mariano Acosta, Nicolás Avellaneda, Fader, Joaquín V. González, entre otros, empezaban a transformar la fisonomía del lugar. Con distintas melodías y acompañados por el son de los bombos, los jóvenes cantaban “por el presupuesto, enfrentamos al gobierno, acá estamos los estudiantes, a Mauricio lo vamos a echar”, en la espera del resto de los colegios.
Los secundarios marcharon para exigir que “de una vez por todas se firme el plan de obras para todos los colegios que están movilizados y los que no también”, contó un estudiante del Pedro Esnaola. Además, pidieron que las obras empiecen este año y exigieron formar parte de comisiones de control y fiscalización de obras. En las columnas de los distintos colegios aseguraban que, si no había respuestas favorables, volverían a las tomas.
Con pelucas de colores, caras pintadas y máscaras de teatro llegó por Paraguay una caravana con banderas coloridas de estudiantes del Instituto Universitario Nacional del Arte (IUNA). Algunos sobre zancos e incluso otros haciendo dramatizaciones arribaron a la plaza para reclamar al gobierno nacional por mejoras edilicias y porque “no tienen edificio propio”, contó Julia, del centro de estudiantes. Uno de los principales problemas, dijo, es el hacinamiento en las sedes, ya que no están preparadas para la cantidad de jóvenes que estudian allí.
Sus reclamos quedaron reflejados en carteles y también en pequeñas actuaciones en plena calle: un joven que corre detrás de un título de graduado que no logra alcanzar o un hombre en traje que se pasea con un maletín de presupuesto educativo, lleno de billetes.
“Queremos bailar y no que nos bailen”, denunciaban los carteles en témpera del instituto artístico, que tiene la sede de Audiovisuales con toma. Hoy habrá una asamblea en Artes del Movimiento y Folklore y mañana en Visuales; ambas podrían sumarse a la medida de fuerza. Cantando sus consignas, con bombos y redoblantes, ellos se sumaron a los secundarios como los universitarios de Ciencias Sociales de la UBA (ver aparte).
Con varios estandartes y bajo la consigna “La educación del pueblo no se vende, se defiende”, se unió la columna de Sociales y la de FUBA para poner en marcha la movilización que avanzó por Rodríguez Peña hasta el Congreso Nacional y de allí hasta Plaza de Mayo. “Lo que los secundarios han puesto a la luz es una crisis de la educación más general, muy profunda, que tiene que ver con un déficit de infraestructura a nivel nacional, no sólo escuelas secundarios, sino también en las universidades”, manifestó en diálogo con Página/12 Alejandro Lipcovich, presidente de la FUBA.
Las pancartas estudiantiles detuvieron el tránsito y sus cánticos atrajeron la atención de comerciantes porteños y de algunos vecinos que miraban por los balcones. Varios de los jóvenes en protesta estaban con cascos de obra amarillos como metáfora de los riesgos que corren por estudiar en edificios con peligro de derrumbe o en otros donde ya se cayó parte del techo. Entre la caravana se distinguían remeras estampadas con la consigna “Polo educativo ya” y se veían algunos guardapolvos de maestros y banderas del gremio docente Ademys y de UTE.
“Creemos que es una lucha que hay que defender, es por la educación pública”, dijo Elsa, una docente jubilada que con fuerza sostenía una bandera. Para ella, con este movimiento estudiantil “hay una recuperación de la conciencia política”. Patricia, una maestra de primaria, señaló que “el debate político es indispensable” y se mostró a favor de que “los chicos discutan por la cuestión pública, por una sociedad mejor y por una educación mejor”. En medio de las banderas, se veía a un grupo de madres en apoyo “al reclamo de los chicos”. “Me parece muy bien que apoye a sus pares. Prefiero eso y no la indiferencia”, sintetizó una de ellas. Pero, aclararon que no están a favor de las tomas.
Con la caída del sol, el cordón de estudiantes llegó a las puertas de Paseo Colón. Frente al Ministerio de Educación porteño flamearon las banderas y carteles de alrededor de 60 colegios de la ciudad y universitarios en defensa de la educación pública. “A todos o a ninguno”, se escuchaba entre los jóvenes que aguardaban afuera para conocer la respuesta del gobierno para cada colegio.
Informe: Soledad Arréguez Manozzo.
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