Los chicos de las escuelas de las zonas más pobres de la comuna porteña participan desde 2001 en un programa que prevé la realización de campamentos. Este año, la tijera PRO parecía haberse ensañado y fue recortando partidas hasta obligar a los directivos y profesores a mutilar los miniviajes de egresados: en lugar de cuatro días en Córdoba serían tres en Tandil. Y, además, nada de asado de cierre: las frugales viandas pasarían del aula al aire libre. Después de sucesivos reclamos y ajustes de actividades las escuelas le pidieron a Diego Fernández, jefe de Gabinete del ministro de Educación, Esteban Bullrich, que habilite 50 mil pesos para poder realizar la actividad como estaba prevista. El funcionario pidió tiempo para consultar pero hace diez días que no responde los llamados. Voceros de la cartera reconocieron a Página/12 que es cierto que faltan 50 mil pesos, por eso se garantizan los días y la comida en Tandil. “Estamos evaluando qué posibilidades hay de ir a Córdoba”, repitieron.

La subsecretaria de Educación, Ana Ravaglia, dijo a este diario que “no hubo reducción sino incremento de la cantidad de chicos. Va a haber alrededor de 13 mil chicos contra los 6 mil que participaban cuando empezamos la gestión. Lo que se pidió es que las actividades se reprogramen para que se mantengan dentro del presupuesto. De hecho, los campamentos empezaron el jueves pasado”.

–Los profesores explicaron que el presupuesto aprobado ascendía a 1.549.000 pesos, que se redujo a 1.151.952 lo cual obliga a limitar los días y plantearon que si se garantizan aunque sea 50 mil pesos más se podría cumplir la cantidad de días prevista.

–Me parece que habría que chequear con el jefe de Gabinete, yo no tengo los números precisos. Me parece de sentido común que no sería lógico poner en riesgo un programa de más de 1 millón de pesos por 50 mil.

–El tema es que permanentemente la realidad parece contradecir el sentido común.

–Eso es cierto, por eso hay que chequear los números. Los profesores, la comida, son costos que se mantienen independientemente del lugar, los gastos de los micros son los que pueden variar. La experiencia no corre el riesgo. A lo mejor se modifica la cantidad de días. Valoramos el proyecto inclusivo. Hubo incremento de chicos.

Voceros de Educación admitieron que hay menos presupuesto pero insistieron en que “los días están asegurados y la comida también. En el peor de los casos el destino será Tandil y no Córdoba. Se está evaluando la alternativa de Córdoba pero todavía no está resuelta”.

Del otro lado

El rector de la Escuela Media 2 de Lugano, Mario Franchi, explicó que “a los chicos se les niega una posibilidad, son muy locales, son chicos que no conocen nada, viven en un mundo muy reducido desde el que es muy difícil proyectar la vida”. “Hay que ver la felicidad de esos chicos y ahora por dos mangos están jugando con la ilusión de ellos”, comentó Franchi, uno de los directivos que participaron en las reuniones con el jefe de Gabinete de Bullrich.

En un detallado informe los directores y docentes participantes del Programa de Campamentos Escolares señalaron que “en 2009 el presupuesto fue de 1.549.000 pesos para 10.100 chicos (equivalente a 153 pesos por chico), el primer recorte para 2010 lo llevó a 1.451.000 pesos para 12.100 alumnos (119,93 pesos por chico) y el segundo recorte lo bajó a 1.151.952 pesos para la misma cantidad de estudiantes (95,20 pesos por chico)”.

La directora general de Inclusión Escolar, Macarena Lucero Smith, no participó de las reuniones en las que los directores pidieron que revieran el recorte. La voz cantante la llevó Fernández. Después de varios tires y aflojes el segundo recorte de 300 mil pesos aceptaron reducirlo a 140 mil pesos. En el regateo los docentes reclamaron 50 mil pesos más para poder garantizar el viaje a las sierras cordobesas. “Le pedimos unos 50 mil pesos más para no reducir la cantidad de días en Córdoba, no limitar los alimentos y que queden unos pesos para cualquier emergencia. Todo estaba presupuestado desde el año pasado”, repitieron los directores. Fernández quedó en consultarlo con Smith pero no dio más respuesta.

Ante la insistencia, voceros de Bullrich reconocieron a este diario que todavía no hay una solución para ese tema. Para la jurisdicción más rica del país, 50 mil pesos representa una cifra irrisoria que desnuda una vez más las prioridades PRO. Para chicos que no tienen ninguna posibilidad de viajar, el cambio de destino y los sinsabores por el replanteo de planes tienen un costo que no se mide en pesos.

“Los campamentos (escolares) brindan la posibilidad a aquellos sectores de la población vulnerables de acceder a otros espacios naturales que sin ésta (sic) no tendrían acceso a ellos.” De esa forma describió el gobierno porteño el Programa de Campamentos Escolares incluido en el presupuesto 2010. No hay confusión en el objetivo, el argumento oficial es que se incrementó la cantidad de chicos y, por lo tanto, hay que ajustar los planes con el mismo presupuesto. La misma lógica se aplicó con el programa de reparto de libros: se amplió la cantidad de alumnos, incorporando a escuelas privadas gratuitas, pero como no aumentaron el presupuesto, en lugar de entregar tres libros por año, se prometieron dos.

En el caso de los campamentos, los directores aseguraron, en cambio, que se le puso un tope a la cantidad de chicos y, además, se redujeron los recursos. Por el momento, ni los 50 mil pesos aparecen.