EL PAíS › EL SECRETARIO DE POLíTICA CRIMINAL DEL GOBIERNO PORTEñO CONFIRMó QUE RECIBIó A CIRO JAMES POR PEDIDO DE PALACIOS
Ante la comisión investigadora de la Legislatura, Agustín Gamboa reconoció que como miembro del Ministerio Público Fiscal se reunió con el comisario Ontiveros y con James. El ex jefe de la Metropolitana Jorge Palacios los había enviado como sus delegados.
El secretario de Política Criminal del gobierno porteño, Agustín Gamboa, confirmó ayer frente a la comisión investigadora de la Legislatura que se reunió de manera oficial con el policía Roberto Ontiveros y con el espía Ciro James por pedido del comisario Jorge “Fino” Palacios. La explicación del funcionario sobre el contenido y los motivos del encuentro no logró conformar a los legisladores opositores, mientras el macrismo trataba de disimular el protagonismo que le habían dado a James. Gamboa tampoco pudo justificar por qué una vez que tomó estado público la causa de las escuchas no se presentó ante la Justicia. En tanto, los diputados votaron que todos los funcionarios de la Universidad de La Matanza sean hoy llevados a declarar por la fuerza pública, ya que volvieron a negarse a comparecer ante la comisión.
La primera declaración, que puso finalmente en marcha la ronda de testimoniales en la comisión investigadora, contradijo la versión oficial del macrismo y complicó la estrategia del PRO de desvincular a Mauricio Macri del espía James. Poco después de las 11.30, el secretario general de Política Criminal del Ministerio Público Fiscal se presentó ante los legisladores y en casi dos horas de interrogatorio reconoció que Palacios, en tanto jefe de la Metropolitana, acordó con él la reunión en la que también participó James. Aduciendo que no recordaba ni la fecha ni la hora ni si alguno de sus asesores había sido testigo del encuentro en su despacho, Gamboa terminó por admitir que la reunión revistió un carácter formal, algo que el macrismo siempre había negado.
Poco antes de empezar con las preguntas, y ante la lectura por parte de la secretaría de las sorpresivas ausencias de los cinco funcionarios de la Universidad de La Matanza, los legisladores votaron ratificar que sea la fuerza pública la que los lleve a la sesión prevista para hoy. Los directivos de la casa de estudios bonaerense argumentaron que debido a “altos cometidos” en los que se desempeñan, estaban impedidos de concurrir a la citación. Hasta el domingo, habían confirmado su asistencia mediante contactos informales con las autoridades de la comisión (ver aparte).
Fue entonces cuando los legisladores que responden a Macri enfatizaron su postura contraria a “la judicialización de la comisión”. Martín Ocampo, uno de los especialistas en sacar de quicio al presidente del cuerpo Martín Hourest, intentó en vano interrumpir la votación. Su objetivo fue señalar que se encontraba “menoscabado” en su función como legislador, ante la participación del secretario del juzgado a cargo de Roberto Gallardo, que estaba sentado a la mesa del Salón Montevideo para tomar juramento al testigo y dar cuenta de las ausencias. No pudo seguir hablando, la secretaria de la CIE, Gabriela Cerruti, le sacó el micrófono de la mano. Fue el único cruce entre macristas y opositores, ya que todo el bloque del PRO permaneció callado durante el interrogatorio.
El primer interrogador fue el ibarrista Eduardo Epszteyn, que tuvo varios cruces con el testigo durante sus intervenciones. El legislador de Diálogo por Buenos Aires preguntó acerca de los antecedentes laborales de Gamboa, sus vínculos con funcionarios judiciales del fuero federal que estuvieron vinculados con la causa AMIA, y su participación en el armado de un plan integral de seguridad. También cuestionó la participación del funcionario en una ONG denominada Unidos por la Justicia.
Luego, el testigo pasó a explicar el punto central de su convocatoria: la reunión con Roberto Ontiveros y Ciro James. “Estas dos personas me vinieron a ver por solicitud de Palacios. Me comentaron que ellos iban a formar parte de la Policía Metropolitana. De ellos no recibí ninguna tarjeta”, dijo Gamboa, cuyo testimonio cobró relevancia para el juez Norberto Oyarbide, al descubrir en un allanamiento en la casa del espía una tarjeta personal de Gamboa. En ese marco, relató que en una ocasión en la que el ministro de Seguridad y Justicia, Guillermo Montenegro, se reunió con integrantes de Ministerio Público Fiscal, se encontró allí con Palacios, a quien conocía de su paso por la Justicia Federal. Gamboa indicó que Palacios, que ya estaba a cargo de la Metropolitana, le habló sobre la importancia de que sus integrantes pudieran interiorizarse sobre la función de los fiscales y de qué manera podían interactuar. Su jefe, el fiscal general Germán Garavano, estuvo de acuerdo en delegarle la función de interactuar con los miembros de la futura fuerza, declaró. También recordó que, posteriormente, Palacios le pidió vía telefónica que recibiera a Ontiveros para profundizar el tema y que cuando finalmente la reunión se llevó a cabo, Ontiveros se presentó acompañado por una persona que se identificó como Ciro James.
“La reunión fue en mi despacho. La única vez que lo vi a James fue en el marco de esta reunión, que no duró más de media hora. Le comenté a Garavano que habían venido a verme dos personas, yo no le di relevancia. Ellos me dijeron que querían saber las actuaciones de los fiscales.” Ante la insistencia de los legisladores de conocer si había quedado registro de la visita, el testigo dijo no recordar siquiera el mes en que se realizó, y mucho menos si una tercera persona había presenciado la llegada de los visitantes. “En esa reunión les expliqué el trabajo de los fiscales, y que en el futuro deberíamos trabajar en conjunto con la PM para hacer un trabajo coordinado”, aseguró Gamboa. “Ontiveros era con quien más me relacioné porque sabía que era policía, James no sabía ni quién era”, dijo Gamboa, que describió que el espía no interactuó ese día. “De alguna manera fue una reunión oficial”, terminó por confesar el funcionario, aunque al final de la sesión, el macrista Fernando De Andreis trató sin éxito que quedara asentado que el testigo había hablado de un “encuentro informal”.
Uno de los puntos recurrentes entre los legisladores de los distintos bloques opositores fue el cuestionamiento acerca del motivo por el que Gamboa no acudió a la Justicia a declarar su encuentro con James, apenas desatado el escándalo. “Yo me enteré de todo esto por los diarios”, trató de despegarse. “Si el jefe de Gobierno decía que era un simple aspirante a la fuerza, pero usted lo había recibido, en carácter formal, en su despacho y por orden de Palacios, es claro que hay una contradicción flagrante”, denunció Epszteyn a los gritos. “Yo no fui testigo de ningún ilícito”, reiteró una y otra vez Gamboa para justificarse. “Los testigos no se autoconvocan. Yo no puedo presentarme en el juzgado porque no sé qué carácter tiene la investigación de Oyarbide”, remató sin terminar de convencer. Gamboa además aprovechó para criticar la manera en que se había integrado la Metropolitana: “Los controles en una fuerza nueva no deberían dar lugar a ningún tipo de mala interpretación. Se debería conformar con personal con idoneidad ética y moral”, disparó. Tanto De Andreis como Ocampo se miraron entre sí, incrédulos.
Informe: Gabriel Morini.
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