“El fallo de la Corte es un paso adelante en la vigencia de la ley. Ha declarado plenamente vigente la ley de medios, ha declarado plenamente vigentes los artículos 41 y 161, ha dicho que las medidas cautelares tienen que tener solamente un tiempo razonable: estoy seguro de que los monopolios se acercan a su fin.” Con estas palabras, y un tono mesurado, el ex presidente Néstor Kirchner analizó la decisión de la Corte Suprema de Justicia sobre la nueva norma de Servicios de Comunicación Audiovisual. Fue en el auditorio de la Biblioteca Nacional, repleto con la excusa de una jornada de discusión y debate del Partido de la Concertación Forja, la herramienta partidaria de los radicales que se mantuvieron afines al oficialismo. Kirchner además aseguró que espera que, de todas formas, el proceso de desinversión pueda completarse el año que viene, antes de las elecciones presidenciales, y cargó contra la oposición, a la que acusó de ser “fuerte con los débiles y débil con los poderosos”.

Ante una convocatoria heterogénea, en la que se destacaban ex combatientes de Malvinas y representantes de los pueblo originarios, el titular de la Unasur dedicó gran parte de los casi 40 minutos que duró su discurso a comentar el esperado fallo del máximo Tribunal sobre la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, “un fallo a tener en cuenta”, tal como lo definió. “Si bien creo que por allí lo ideal hubiera sido que fuera aceptado el tratamiento del recurso extraordinario, la Corte, en parte, parece haber escuchado el pensamiento de mucha dirigencia y mucho pueblo, que se movilizó el pasado martes 28 a hacerle sentir su preocupación por las trabas que tenía la ejecución” de la norma, apreció el diputado, que además destacó que “lo que dice el fallo no es lo que dice el multimedio, que como de costumbre está mintiendo”.

Kirchner consideró que lo “fundamental” del fallo es que establece que “las medidas cautelares no pueden ser sine die”, sino que deben tener un tiempo razonable. “Para mí el tiempo razonable es el que dicta la ley”, chicaneó. De todas formas, se mostró confiado de que antes de las elecciones presidenciales del año que viene pueda completarse la única parte del proceso de normalización que aún se encuentra suspendido: la desinversión del principal multimedio, que “se acostumbró a vivir de las medidas cautelares, ayudados por jueces sastre”, que fallan a medida. “Si se tiene en cuenta que esta medida cautelar está desde diciembre de 2009, yo creo que mucho tiempo más no falta para que sea el tiempo razonable –calculó el ex presidente–. El proceso de cumplimiento de la desinversión se puede hacer el año que viene.”

Desde el escenario lo aplaudían las principales figuras de la Concertación Forja, entre las que se destacaban la diputada Silvia Vázquez, el subsecretario general de la Presidencia, Gustavo López, y el intendente del partido bonaerense de Vicente López, Enrique “Japonés” García. Debido a que uno de los puntos fuertes de este armado se encuentra en la Capital, adonde forma parte del sistema de alianzas con las que el kirchnerismo apunta a pelear los comicios de 2011, no extrañó la presencia, entre las butacas, de figuras como el senador Daniel Filmus, el subsecretario de Obras Públicas de la Nación, Abel Fatala (ambos precandidatos a jefe de Gobierno) y el diputado por Nuevo Encuentro Carlos Heller, que encabezó la boleta porteña en las elecciones del año pasado.

A ellos pareció dirigirse Kirchner cuando aseguró que sigue “creyendo firmemente en la Concertación” en tanto “síntesis de las fuerzas nacionales y populares” en vez de “resignarse a los dictados que durante tanto tiempo hicieron las corporaciones”. También reiteró que, hoy en día, la jefatura de la oposición política la lleva el CEO del Grupo Clarín, Héctor Magnetto, a quien pidió que no se lo chiflara porque “hay algunos que se silban solos”. Agregó que, si bien “está claro que hay asignaturas pendientes”, lo prioritario es “recuperar esa alianza policlasista entre trabajadores, clase media y empresarios nacionales para reconstruir el campo de la Nación y llevar adelante un proyecto nacional”.

Por último, defendió la política oficial de lucha por los derechos humanos. “Dicen que nos hemos apropiado de esas banderas: no nos hemos apropiado de nada –se plantó–. Hemos levantado las banderas que otros dejaron caer. Nosotros no tenemos la culpa de que los que brillantemente hicieron el juicio a las juntas después hayan permitido el punto final, la obediencia debida y el indulto”, concluyó.