EL PAíS
› LOS HOMBRES DEL EX PRESIDENTE VAN AL CONGRESO
De visitante también se juega
› Por Diego Schurman
Carlos Menem finalmente enviará a sus representantes al Congreso justicialista. Así lo confirmó ayer a Página/12 su compañero de fórmula, el gobernador Juan Carlos Romero, quien todavía cree que es posible revertir la decisión mayoritaria de suspender las internas. “Vamos para terminar con la hegemonía duhaldista que quiere impedirnos votar, llevando al peronismo a la época de las cavernas”, dijo.
Menem hizo saber su decisión a sus íntimos poco antes de volar a Chile, adonde se trasladó el fin de semana al encuentro de su mujer Cecilia Bolocco. Pero evidentemente su ausencia produjo problemas de coordinación de todo tipo entre sus hombres.
La primera quedó al descubierto cuando su hermano y su sobrino, Eduardo y Adrián Menem, dejaron traslucir ayer por la mañana que el menemismo no concurrirá al Congreso del PJ del viernes, al tildarlo de “antidemocrático”. Aludían a lo que seguramente será la anunciada decisión de abortar las internas y reemplazarlas por un sistema de “neolemas” para que todos lo candidatos se presenten por separado.
Romero aclaró por la tarde que la decisión es finalmente concurrir y pelear con “la razón” lo que considera un “atropello” del duhaldismo. La tarea no será sencilla: la suspensión de las internas se logra con los dos tercios de los presentes, una cifra que el duhaldismo parece tener asegurada. “Ahora argumentan que históricamente hubo una sola interna. Pero es obvio, porque antes estaba Perón y no tenía quien le compita. Ahora está claro que le tienen miedo a Menem”, explicó.
El otro cortocircuito que se produjo en el equipo del ex presidente es sobre la manera de “fortalecer” la presencia menemista en Lanús, un territorio duhaldista por excelencia y que desde hace años está bajo el dominio del intendente Manuel Quindimil. Voceros cercanos al ex mandatario anunciaron raudamente una movilización de “10 mil militantes” hacia Lanús. El dato fue confirmado a Página/12 por el ex funcionario menemista Antonio Riccilo.
“Estamos preparando una gran movilización con compañeros de la provincia de Buenos Aires. A diferencia de congresos anteriores, donde fuimos pasivos, vamos a concurrir con congresales y también con una movilización para reclamar que se vote. Y, además, vamos a hacer responsable a Eduardo Duhalde de cualquier inconveniente que se suscite en el lugar”, señaló.
Sin embargo, otra vez Romero enfrió a punto nieve esa posibilidad. “Ni Carlos Menem ni yo estamos enterados de una movilización. De esa manera, creemos que puede haber un enfrentamiento y eso es inútil”, dijo tajante y hasta sospechando que la noticia se había originado en la Casa Rosada y no en las usinas menemistas.
En verdad, los partidarios del ex presidente imaginaban que con la presencia de gente en la calle muchos congresales –por supuesto los no menemistas– desistirían de su presencia y otros, en especial la franja de indecisos, pensarían más de una vez hacia dónde inclinar su voto. En ese lote ubicaban a cordobeses y santafesinos, ya que tanto José Manuel de la Sota –quien declinó de su candidatura (ver página 5)– como Carlos Reutemann dieron libertad de conciencia a sus congresales. Pero evidentemente la jugada para embarrar la cancha no prosperó.