La posible responsabilidad de la dirigencia de la Unión Ferroviaria (UF) en el asesinato de Mariano Ferreyra no se limitaría a uno o dos nombres. Al menos eso es lo que surge del testimonio que dio ayer ante la jueza Wilma López el empleado de la ex línea Roca Jorge Hospital, quien señaló a Juan Carlos “Gallego” Fernández –tercero en la línea jerárquica del gremio– como uno de los promotores del armado de patotas y al guarda-tren de Constitución Alberto Carnovale como otro posible reclutador del grupo de choque que atacó a los trabajadores tercerizados y militantes de agrupaciones de izquierda el 20 de octubre, a la par del delegado Pablo Díaz, quien está detenido.

Hospital fue citado por el juzgado para ratificar y ampliar los datos que había dado en una entrevista con Página/12, publicada anteayer. La magistrada, a su vez, estaría cerca de resolver la situación procesal de los siete imputados que tiene la causa.

Hospital es guarda en Llavallol y milita en la lista opositora al líder de la UF, José Pedraza. No estuvo presente en Barracas, cuando fue asesinado Mariano Ferreyra y fueron heridas otras tres personas. Pero ayer, cuando en el juzgado le exhibieron algunas imágenes de los hechos, dice que reconoció entre el grupo de matones de la UF a Carnovale, miembro de la Comisión de Reclamos del gremio, igual que Díaz. Según Hospital, la práctica del armado de patotas se afincó hace unos tres años, cuando la Unidad de Gestión Operativa Ferroviaria (Ugofe) comenzó a explotar la ex línea Roca. Participar y figurar en los aprietes, explicó, se convirtió en un modo de hacer carrera para garantizarse un puesto. Según el testigo, esos nombramientos los manejarían el Gallego Fernández y Díaz. Ni Carnovale ni Fernández aparecen aún formalmente imputados en la causa.

Carnovale, dijo Hospital, habría partido desde Constitución con parte de la banda que pretendía impedir el corte de vías de los tercerizados y desde entonces gozaría de licencia. A su entender, fue quien llevó a Gabriel “Payaso” Sánchez, ex barrabrava de Racing, “ya que forma parte de su círculo”. También sostuvo que era vox pópuli que Sánchez solía llevar un arma calibre 38. El Payaso, precisamente, es uno de los detenidos por el asesinato, tras haber sido señalado por al menos dos testigos como uno de los tiradores. En las filmaciones se ve un bulto debajo de su remera, que según él era un celular. Cristian “Harry” Favale, el acusado quizá más comprometido por testigos que dicen que lo vieron empuñar un arma, dijo que Sánchez fue quien disparó. Según Hospital, varias personas le relataron que Favale llegó a Barracas para atacar a los tercerizados con unos veinte barrabravas de su club, Defensa y Justicia, “en una formación diésel (un tren viejo), desde Florencio Varela”. En la causa hay un tercer acusado de haber portado o repartido armas, el picaboletos Guillermo Uño.

De acuerdo con su relato, otro sector importante de la patota se habría reclutado con apoyo de los delegados de los talleres de Remedios de Escalada. A uno de ellos, Ricardo Arias, dice que lo vio en las imágenes tomadas por C5N. También dijo que según versiones de otros ferroviarios habría tenido un importante papel Aldo Amuchástegui. Hospital declaró que Amuchástegui fue uno de los ferroviarios que lo apretaron cuando intentó repartir volantes para difundir la situación de los despedidos y tercerizados. Los otros, precisó, fueron Gustavo Daniel Alcorcel y Marcelo “Petiso” Suárez. Otros dos nombres que asoció con la “estructura” son los de Jorge Krzaczkowski (a quien identificó en las imágenes) y Miguel Toreta. Por relatos de otros testigos, añadió que un rato antes de la emboscada, en la estación Avellaneda, estuvo el jefe de Transporte de Ugofe, Héctor Hourcade.