EL PAíS › LA OPOSICIóN NO CONSIGUIó LOS VOTOS NECESARIOS PARA VOLVER A LLEVAR LA DISCUSIóN DEL TEMA A COMISIóN
Los opositores reunieron quórum para sesionar, pero no los dos tercios para forzar un nuevo dictamen. El Ejecutivo se manejará con la previsión presupuestaria del 2010. Hubo nuevos cruces por las denuncias de Elisa Carrió, Patricia Bullrich y Cynthia Hotton.
Una de cal y una de arena para el conglomerado opositor en la Cámara de Diputados. Ayer logró reunir el tan ansiado quórum propio con un número ajustadísimo –apenas los 129 necesarios– y consiguió abrir la sesión especial. Pero tuvo que desistir de emplazar a la Comisión de Presupuesto para rediscutir el proyecto de cálculo de ingresos y egresos de 2011 que el Gobierno envió al Congreso, porque no alcanzaría de ninguna manera los dos tercios necesarios para forzar un nuevo dictamen. Así se clausuró la disputa parlamentaria por el Presupuesto y el Ejecutivo tendrá que “reconducir” el de 2010. “Quedó palmariamente demostrado que la voluntad de la oposición era que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner no tuviera Presupuesto en el último año del primer mandato”, sentenció el jefe de la bancada K, Agustín Rossi. “El Gobierno se salió con la suya”, replicó el radical Oscar Aguad, resumiendo el ánimo opositor.
Sobre el filo de las once de la mañana, y habiendo pedido ya una prórroga de quince minutos para conseguir quórum, el misionero Ramón Puerta, enrolado en el Peronismo Federal, ingresó corriendo al recinto y se tiró sobre su banca: con 129 diputados sentados se abrió la sesión. Los opositores aplaudieron sorprendidos por su propio logro.
Pero enseguida llegó el primer traspié de la oposición. El diputado del GEN Gerardo Milman –uno de los impulsores de la sesión especial junto al socialismo y Proyecto Sur– quitó el primer punto de la convocatoria: el emplazamiento a la Comisión de Presupuesto para que volviera a discutir la estimación presupuestaria para 2011. “Buscábamos una mesa de diálogo, una mesa tendida, pero con comensales dispuestos a sentarse. Dejemos otra imagen distinta del Congreso a la que mostramos estos últimos días. Sin posibilidad de acuerdo desestimamos el tema”, se justificó Milman. En realidad, la oposición sabía que no conseguiría los dos tercios que el reglamento de la Cámara baja exige para que una comisión legislativa emita dictamen después del 20 de noviembre, cuando culmina el año parlamentario para el trabajo en comisiones.
El Peronismo Federal había informado el martes que daría quórum, pero que había un sector de su dividida tropa que no lo haría si el resto de la oposición volvía a insistir con modificar el proyecto del Presupuesto oficial. Las divergencias en el PJ disidente tiraron por tierra con la estrategia del resto de las bancadas opositoras.
“Es mentira que no queríamos cambiar ni una coma del Presupuesto, muchos bloques de la oposición con quienes hablamos lo saben”, planteó desafiante Rossi. Después recordó el derrotero oficialista para “cumplir con todos los pasos constitucionales”: el Gobierno entregó el proyecto de Presupuesto al Congreso el 15 de septiembre, dos meses de debate en comisión por donde desfilaron “todos los funcionarios” que propuso la oposición, la firma de los dictámenes –donde el oficialista fue mayoría– y la sesión espacial para tratarlo. “Después de 14 horas de debate montaron un escenario con denuncias totalmente infundadas para frustrar la sesión. Volvimos a llamar a una nueva sesión especial donde juntamos 117 diputados sin el aporte de ningún bloque opositor. Esto demuestra la voluntad del Ejecutivo de tener presupuesto”, sentenció Rossi.
“No pongo en duda la palabra del jefe de la bancada oficialista, pero no me consta que hayan admitido la posibilidad de hacer cambios”, recogió el guante Aguad. Luego el radical cordobés soltó su particular definición del Presupuesto: “Es el monto de dinero que el Estado le va a sacar al sector privado y cómo lo va a gastar” y reiteró los cuestionamientos. “No íbamos a aceptar las estimaciones mentirosas del Presupuesto”, concluyó Aguad. El emplazamiento quedó desestimado con el voto a mano alzada de la mayoría abrumadora de la Cámara.
Antes de seguir con la sesión, el oficialismo devolvió las cuestiones de privilegio con que Elisa Carrió, Patricia Bullrich y Cynthia Hotton denunciaron “presiones” para cambiar el voto de diputados opositores durante la frustrada sesión en la que se debatía el Presupuesto, y por la agresión de Graciela Camaño a Carlos Kunkel.
“Con sus manifestaciones públicas, Carrió, haciendo uso de la amplia garantía de inmunidad, afectó el trabajo de esta Cámara y atentó y manchó la honra de los legisladores”, dijo el oficialista chubutense Juan País y pidió que la Comisión de Asuntos Constitucionales evaluara la conducta de Lilita. Bullrich pretendió defender a su jefa política y quiso frenar las cuestiones de privilegio. La postura sacó a Rossi: “Que venga”, le gritó desde su banca en referencia a Carrió, que se fue del recinto para no escuchar los cuestionamientos oficialistas. La lista de oradores continuó y siguieron las críticas de los kirchneristas.
Camaño, de trajecito verde loro furioso, escuchó todos los cuestionamientos desde su banca con la vista puesta en otro lado. Solo giró la mirada cuando Edgardo Depetri recordó que durante el debate de la ley de medios, los opositores pidieron “80 cuestiones de privilegio oportunistas para frenar el debate” y que Kunkel “no faltó a la verdad” cuando asoció a Camaño con su marido, el gastronómico Luis Barrionuevo: “Para nosotros, Carlos es Kunkel y Graciela es Barrionuevo”.
Todas ellas deberán dar explicaciones sobre su comportamiento ante la Comisión de Asuntos Constitucionales. Pero eso será el año que viene.
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