EL PAíS › RICARDO ALFONSíN ENCABEZó UN ACTO EN MAR DEL PLATA
El precandidato presidencial de la UCR, Ricardo Alfonsín, encabezó ayer un acto en la peatonal de Mar del Plata, en el que defendió las internas de afiliados e independientes convocada para el 30 de abril, en las que enfrentará al senador Ernesto Sanz. “Nos dicen que nos gustan las internas, es una manera equivocada de ver las cosas. Somos uno de los pocos partidos republicanos y democráticos. No somos un cuartel, un regimiento o una empresa”, sostuvo el hijo del ex presidente, en uno de los escenarios que había utilizado su padre durante la campaña que lo llevó al gobierno en 1983. Acompañado por los dirigentes del Morena, Alfonsín criticó con dureza al gobernador Daniel Scioli, con menos énfasis al gobierno nacional y recibió una adhesión del gobernador socialista Hermes Binner, quien se perfila como su compañero de fórmula.
Minutos antes de salir a escena, Alfonsín reunió a la mesa chica del Morena en el hotel donde se alojó y donde se encontraba el plantel de Estudiantes de La Plata. Estaban el presidente del Comité Nacional, Angel Rozas, los jefes de los bloque legislativos, el senador Gerardo Morales y el diputado Ricardo Gil Lavedra, los titulares del comité Capital, Carlos Más Vélez, y Provincia, Miguel Bazze. Además, diputados como Juan Pedro Tunessi y María Luisa Storani.
“Nos dicen que no tenemos diferencias. Hay un núcleo que compartimos, pero hay aquí proyectos diferentes”, dijo en alusión a su disputa con Sanz y sin dar demasiados detalles. Durante el primer pasaje de su discurso, Alfonsín se dedicó a responder las críticas que le llegan tanto desde dentro como fuera de la UCR: que habla demasiado de filosofía y teoría política, que los radicales sufren el poder, que viven haciendo internas y que tiene un discurso filo kirchnerista. El diputado bonaerense no negó ninguna de esas críticas. Dijo que habla de filosofía porque en política hace falta “más filosofía y menos encuestas”, que nadie puede gozar del poder si tiene la responsabilidad de decidir sobre millones de personas, que son un partido horizontal y no esos “partidos ordenaditos con un déficit democrático que luego se traduce en el gobierno” y que van a continuar lo que se hizo bien y terminar con lo que se hizo mal. Esa alusión a los partidos “ordenaditos” fue un tiro para la Coalición Cívica de Elisa Carrió, que permanentemente contrapone el “desorden” radical con la prolijidad de su partido.
Un largo tramo de su extenso discurso fue para las promesas electorales: un ingreso universal a la vejez; la recuperación de los ferrocarriles; el “plan crianza”, de guarderías infantiles; además de las habituales de mejorar la educación, la salud y el trabajo en blanco. “Necesitamos una provincia prolija para el 2011”, le advirtió Alfonsín a Scioli, a quien acusó de dar un “espectáculo bochornoso” con la inversión en publicidad oficial. La crítica al bonaerense fue una de las pocas novedades que incorporó el diputado en su discurso.
La presencia de Rozas generó malestar en sectores del radicalismo. Cecilia Moreau, diputada provincial e hija de Leopoldo, le enrostró que reemplazó a Sanz “para llevar adelante un proceso interno y no debería estar en el acto de un sector”. El ex gobernador chaqueño le replicó que apoya a Alfonsín y que “cuando tenga que actuar con la ecuanimidad que se requiere, tanto Sanz como Cobos saben que así lo haré”.
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