Mié 16.03.2011

EL PAíS  › LA JUSTICIA BUSCA UN PERITAJE COMPARATIVO DEL HELICOPTERO

La investigación por la muerte de Menem junior

› Por Raúl Kollmann

A dieciséis años de la muerte de Carlos Menem junior, el juez Carlos Villafuerte Ruzo busca un acuerdo con una agencia federal francesa para que realice un peritaje comparativo entre el video obtenido minutos después de la caída del helicóptero, las fotos que sacó la Junta Nacional de Accidentes de la Fuerza Aérea, la empresa Bell, fabricante del aparato y la Gendarmería. Esta última fuerza sostuvo que en el helicóptero había rastros de proyectiles, asentándose además en un análisis químico. Contradijo así el dictamen emitido por la Junta y la Bell. Con nueva tecnología, Villafuerte pretende saldar esa polémica y la agencia francesa convocada es la misma que hizo el peritaje en el reciente juicio por la caída del Concorde en el aeropuerto de París. Al mismo tiempo, la madre de Junior, Zulema Yoma, y su abogado, Juan Gabriel Labaké, desistieron del pedido de realizar una nueva autopsia para determinar si el cuerpo inhumado en el Cementerio Islámico es efectivamente el del hijo del ex presidente.

El estatus jurídico de la causa no es que se reabrió, sino que el expediente fue desarchivado. Villafuerte Ruzo nunca cerró el caso, sino que lo envió a archivo por inexistencia de delito. La conclusión de su investigación –sostenida después por todas las instancias de la Justicia– fue que Junior venía jugueteando con el helicóptero por encima de la ruta y esa forma de pilotear imprudente terminó cuando se llevó por delante los cables del tendido eléctrico. La base de esa conclusión fueron los peritajes realizados por la Junta de Accidentes Aéreos de la Fuerza Aérea y la Bell, pero además la declaración de unos 50 testigos independientes –de estaciones de servicio, gomerías, conductores de vehículos– que sostuvieron que Junior venía bajito, jugueteando y en normal control del aparato.

Desde el primer día, Zulema Yoma no aceptó esa versión de los hechos y siempre calificó la muerte de su hijo y de su acompañante, el piloto automovilístico Silvio Oltra, como un asesinato, producto de un ataque terrorista. Después de algunos cambios en la hipótesis de lo ocurrido, Yoma llegó a la conclusión que hubo uno o dos francotiradores que dispararon contra el helicóptero y lo bajaron.

A raíz de que la Justicia argentina, con fallos de las Cámaras de Apelaciones, archivó el expediente, Zulema recurrió a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). El Estado argentino decidió no confrontar, sino buscar una solución amistosa y la CIDH sugirió realizar una nueva autopsia porque uno de los puntos que Zulema sostenía era que el cuerpo inhumado no era el de Carlitos. La Corte aceptó esta sugerencia y lo propio hizo el juez Villafuerte Ruzo, quien ordenó que se preparara todo para hacer la nueva autopsia. En 1997, Villafuerte ordenó que quedaran en la morgue una parte de los huesos del cráneo de Junior por si había que realizar estudios de ADN. El juez ahora ordenó que se ensamblara nuevamente el cuerpo y se concretara la autopsia. Sin embargo, Zulema –por consejo de Labaké– desistió del pedido por tratarse de algo muy doloroso e impactante para una madre. Queda pendiente la realización de un análisis de ADN, pero no está claro si se va a hacer o no.

En forma paralela, el juez decidió que se haga un estudio comparativo de imágenes para determinar si hubo impacto de proyectiles o no. Hoy en día hay tecnología que no existía hace 16 años para realizar esa comparación. La comparación iba a ser encargada al FBI, pero éste se negó a raíz de que los peritos de la Bell integraban una agencia federal norteamericana y que por lo tanto ninguna otra agencia federal podía revisar el trabajo de otra agencia. Villafuerte Ruzo está intentando ahora acordar con la agencia francesa, similar a la Gendarmería, que estuvo encargada de hacer el peritaje en el accidente del Con-

corde en el aeropuerto de París. En ese estudio se determinó que el avión supersónico francés se vio afectado por una pieza caída de otro aparato que despegó minu-tos antes.

Uno de los argumentos que esgrimió Villafuerte en su dictamen final fue que ningún testigo vio o escuchó a francotiradores. Sólo había testigos que dijeron que cuando el helicóptero dio contra los tres cables de alta tensión, allí se produjo una explosión. Labaké afirma que no hay explosión en ese caso y que el sonido tiene que ser muy distinto. Por esta razón, Villafuerte convocó al Instituto Balseiro para que establezca el sonido que se produce cuando un helicóptero choca contra los cables.

A 16 años de la muerte de Junior, todavía se buscan respuestas.

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