Refugiado desde hace casi dos años en el Comité Provincia, Federico Storani está decidido a pelear su vuelta al Congreso encabezando la lista de diputados nacionales del radicalismo. “La idea es recuperar un espacio de progresismo que nosotros consideramos que hoy está vacante”, sostiene. –¿Es posible hacerlo desde un partido en decadencia?–, le preguntó Página/12.
–Depende de si el radicalismo produce una renovación, y nosotros vamos a cargar para que se produzca. Nuestro planteo es de confrontación contra el sector de la cúpula partidaria. Yo recuerdo cuando nosotros nos enfrentamos al Pacto de Olivos: menos de un año después, (Rodolfo) Terragno estaba el frente del Comité Nacional y yo era presidente del bloque. A partir de ahí se profundizó la estrategia aliancista que habíamos diseñado en El Molino, hasta que se logró conformar la Alianza en el ‘97. Si bien el radicalismo está en una situación evidentemente más débil, eso se puede lograr.
El martes pasado, en la sede del Comité Provincia, un grupo de 300 dirigentes se reunió para debatir la crisis que atraviesa la UCR. Allí, algunos le pidieron a Fredi que se candidatee a gobernador: los 60 intendentes, además de los legisladores nacionales y provinciales del radicalismo bonaerense, necesitan ubicar al frente de la boleta a alguien que –aunque no traccione muchos votos– al menos no los aplaste: Storani no es precisamente una topadora electoral, pero es más conocido que otros posibles postulantes, como Francisco Ferro o Margarita Stolbizer.
El ex ministro, sin embargo, prefiere que su nombre figure al frente de la lista de diputados nacionales. “La idea es recuperar el escenario nacional para, a partir de allí, luchar para una renovación partidaria e intentar recrear un radicalismo progresista”, explica.
–La sensación es que luego del fracaso del Gobierno de la Alianza los sectores progresistas se han alejado definitivamente del radicalismo.
–No estoy tan convencido, básicamente porque no veo que haya surgido algo sustitutivo a nivel nacional. Lo de la CTA no se termina de definir, no es lo mismo que Lula en Brasil.
–¿Y el ARI de Elisa Carrió?
–Carrió le he dado una impronta absolutamente personal a su partido, lo cual es muy peligroso. Ha jugado mucho, casi todo, a su destino actual. Yo me pregunto ¿Qué pasa si no le va cómo esperaba? Y en cuanto a la construcción política en los distritos pasa lo mismo: ¿Quién va ser candidato a gobernador bonaerense del ARI?
El plan de Storani consiste en volver al Congreso y a los medios, recuperar cierto protagonismo nacional. Si los números le dan, quizás se anime a pelear nuevamente la jefatura del bloque de diputados, que condujo hasta que Fernando de la Rúa lo designó como ministro del Interior.
En la provincia, el objetivo es armar una fórmula encabezada por un intendente radical, como Ferro, y articular algún tipo de alianza con otros sectores: el Partido Socialista, el Polo Social y los intendentes del Frente Grande, como Oscar Laborde.
–El planteo de ampliar el radicalismo a través de una coalición suena bastante parecido a la Alianza.
–Es que para nosotros el concepto de lo que fue la Alianza no era malo. Fracasó el Gobierno por los protagonistas, el presidente y el vice, aunque más el presidente que el vice. Pero no era inválido el concepto de unidad de los sectores populares, ampliarlo a sectores gremiales y sociales.
–Usted muchas veces marcó una tensión respecto de la cúpula del partido –se opuso al Pacto de Olivos, renunció al Gobierno de la Alianza, apoyó la candidatura de Terragno– pero nunca se animó a abandonar UCR. ¿Esta vez tampoco se va a ir?
–Pero nosotros en la provincia somos el oficialismo. Nosotros conducimos el Comité ¿Por qué nos vamos a ir?
–Pero usted dice que no está de acuerdo con la política del radicalismo a nivel nacional.
–Es cierto. Mientras el Comité Nacional ha tenido un acercamiento con Duhalde nosotros impulsamos una política mucho más de oposición. Por eso el reclamo es una mayor independencia del radicalismo de la provincia. Pero eso no implica irnos.