EL PAíS
› LA PRIMERA DAMA AHORA PODRIA DECIRLE QUE SI A SOLA
Chiche deshoja la margarita
Hay tantas versiones sobre quiénes serán los compañeros de fórmula
de Kirchner y Solá como estrellas en el firmamento. La novedad: la mujer de Duhalde ahora estudia ser candidata a vicegobernadora.
› Por Fernando Cibeira
La saga de los vices –a la par de la de los mellizos Menem– amenaza convertirse en el culebrón del verano, lleno de chismes y desplantes como guerra de vedettes en la costa. Si se tiene en cuenta lo que se dice cerca de Néstor Kirchner y de Felipe Solá, los nombres de sus compañeros de fórmula serán los de dos dirigentes comprometidos con la promocionada renovación peronista. Esto es, en lo posible jóvenes, con sensibilidad social y no necesariamente con peso territorial. Pero si con la otra oreja se escucha lo que se dice en la Casa Rosada, los requisitos son otros. Los elegidos deberán medir bien en las encuestas y tener anclaje en los sectores bajos, en donde ni Kirchner ni Solá hacen pie. A todo esto, la familia Duhalde terminó su retiro en Chapadmalal en silencio. Créase o no, ayer, cerca de Chiche Duhalde volvían a alentar la posibilidad de que se decida a secundar a Felipe: “Yo creo que dice que sí”, especulaba un integrante de su entorno.
Kirchner no dirá el nombre de su vice esta semana. Según le adelantó el gobernador santacruceño a uno de sus colaboradores, lo anunciará recién la otra. Mientras, Kirchner asegura que el nombre ya lo tiene y que también lo sabe el elegido. Habrá que creerle. Igual, cerca suyo ayer especulaban como si no estuviera nada resuelto. “El nombre del vice no depende de las encuestas como tanto se dice. Néstor está buscando alguien que le dé coherencia a la fórmula”, respondían en el entorno del gobernador.
Coherencia, en el credo kirchnerista, sería que el vice compartiera su línea progresista. Ergo, eso alejaría las chances del filomenemista secretario de Turismo, Daniel Scioli, uno de los candidatos preferidos de las encuestas y de Duhalde. “Para nada, Kirchner con Scioli tiene muy buena relación. Además, Néstor propone refundar la Nación y para eso hace falta el consenso de los sectores progresistas, de centro y de centroderecha”, explicaba uno de sus colaboradores.
La candidatura de Scioli echaría por tierra otras dos supuestos requisitos para ser vice: que pertenezca a la provincia de Buenos Aires y que garantice los votos de un distrito grande. “El peso territorial lo evaluamos, pero no es fundamental. Más importante son las características personales del candidato”, remarcaban cerca de Kirchner.
Chiche nuevo
Si Kirchner tiene tiempo hasta el 8 de marzo para completar su fórmula, lo de Solá es más urgente: tiene que anunciar el nombre esta semana. Cerca del gobernador se apresuraban a dar por superado el episodio Chiche. “Se creó una especie de mito en torno a Chiche, pero el tema no afectó tanto a Solá, no hubo un shock”, respondía un colaborador, y volvía a hablar de esas supuestas encuestas que por primera vez ubican a Felipe puntero.
En la gobernación sostenían en primer término que el acuerdo Duhalde-Solá está cerrado, por lo que no depende del nombre del vice. Y si se puede despegar una cosa de la otra, qué mejor que elegir al vice que uno quisiera. Según decían, el perfil de vice que quisiera Felipe sería el de un dirigente joven, no comprometido con el aparato duhaldista. En esa búsqueda, quien andaría mejor sería el intendente de La Plata, Julio Alak. Dos veces reelecto en una ciudad de tradición radical, de 45 años, Alak encajaría en la imagen de renovación buscada. El mayor inconveniente es que tanto le gusta a Solá que se parece a él: ambos son resistidos por el duhaldismo puro, consiguen buena recepción en la clase media, pero son poco menos que ignorados en el populoso segundo cordón del Conurbano. Pero a los amigos del gobernador les gusta porque demostraría que “Solá puede ganar una elección por su propio peso”.
En medio de las especulaciones, hoy los Duhalde vuelven de la costa tras discutir en familia sus próximos pasos. Chiche mandó a avisar que la única verdad sobre candidaturas se conocerá de sus labios en cualquier momento. Según comentaba uno de sus colaboradores, sólo hablará cuando tenga la certeza de su decisión. “¿Pero todavía puede sercandidata?”, preguntó Página/12. “Yo creo que sí”, respondió su colaborador.