Eduardo Duhalde ordenó “calentar electoralmente el interior” creando cuanto antes las mesas provinciales de apoyo a la candidatura de Néstor Kirchner. En buen romance: pidió que representantes de los distintos distritos colaboren en el armado de actos de campaña a lo largo y ancho del país para potenciar las chances del santacruceño.
Tras la reunión de gabinete, el Presidente hizo un aparte con su secretario General, José Pampuro, el gobernador de Jujuy y coordinador del armado electoral del interior, Eduardo Fellner, y los titulares del Senado y Diputados, José Luis Gioja y Eduardo Camaño, entre otros.
Duhalde habló del crecimiento del santacruceño en las encuestas. Pero dejó en claro que ningún candidato tiene chances de vencer en la primera vuelta. Por lo tanto planteó la necesidad de ir preparando el terreno para un escenario de ballottage.
No se dijo en la reunión, pero algunos insistieron que para Duhalde el “interior” fue el talón de Aquiles en su aspiración presidencial, allá por 1999. En rigor de verdad, aquel año también sufrió un duro revés en la Capital Federal, donde la Alianza mostró su mayor fortaleza.
Sea como fuere, el Presidente cree que es hora de comenzar con un trabajo de hormiga en las provincias, sobre todo de las “segundas líneas”, que tienen menos temor a mostrar compromiso con algún candidato.
No sucede lo mismo con los gobernadores, que hasta último momento se muestran ajenos a la pela del PJ. Y en esta oportunidad en particular –en la que no habrá internas sino que tres candidatos disputarán directamente en las generales– es probable que ninguno abra la boca hasta el ballottage... o ni siquiera.
“Reutemann en Santa Fe no se va a pronunciar, pero Obeid va a jugar en su provincia para que apoyen a Kirchner”, se entusiasmaba un duhaldista en alusión al diputado que ayer participó del encuentro y que ya mostró su respaldo por el santacruceño.
La idea de “acelerar” el encolumnamiento del interior detrás de Kirchner, con un raid de actos similar al que ahora realiza en la provincia de Buenos Aires, fue avalada por todos los presentes. O casi todos.
–No me puedo meter del todo porque hay gente de mi base electoral que si cuento que estoy con Kirchner se me complica un poco porque ellos están con Menem –se animó a dudar el entrerriano Jorge Busti.
El reproche quedó en manos de José María Díaz Bancalari:
–Vos estás o no estás. No podés estar en misa y procesión –le dijo el duhaldista todoterreno.
Poco antes, el Presidente reprodujo las conclusiones que le acercaron cuatro encuestadores: Ricardo Rouvier, Julio Aurelio, Hugo Haime y Artemio López. De este último rescató el relevamiento que hizo en Catamarca, donde Luis Barrionuevo, a pesar de las impugnaciones, le saca diez puntos de diferencia al segundo.
Lo más sabroso fue, de todos modos, el análisis que Duhalde hizo sobre los “contra” que presentan Roberto Lavagna y Daniel Scioli, sus candidatos para acompañar a Kirchner en la fórmula:
u Del ministro de Economía dijo que más que complementar al santacruceño, cubre las expectativas del mismo sector social; que para ser postulante debe renunciar al Palacio de Hacienda y eso podría producir “demasiado ruido” en la economía; y que en el interior no mide demasiado bien.
u Del secretario de Turismo cree que tiene mejor futuro en la Capital ya que se presenta como la prenda de unidad del PJ porteño, y además sabe que la familia Kirchner no ve de la mejor manera su pasado menemista.
Nadie descarta que Duhalde, tras potenciar las posibilidades de Kirchner en el interior –habrá órdenes a legisladores provinciales para que actúen en ese sentido– también se entretenga con alguna medición extra, quecontemple algún gobernador. Pero no hay dudas de que sus favoritos siguen siendo Lavagna y Scioli.
Otra muestra más la dio cuando en medio de la reunión no olvidó solicitarle a Gioja y Camaño que no hagan olas con los vetos presidenciales y voten sin mayores reparos el paquete impositivo de Lavagna.
Cuando a Kirchner le preguntan por un vice, que ya parece cantado, sigue mostrándose misterioso y hasta se da lugar para hacer chistes: “Les voy a dar una pista: mi candidato puede ser de capital, de la provincia de Buenos Aires o... del interior”.