La mayoría de los encuestadores vaticinan una segunda vuelta entre dos candidatos peronistas, con Néstor Kirchner y Carlos Menem como los de más posibilidades. En ese sentido, creen que el fallo de la jueza María Servini de Cubría que resolvió que el 27 de abril el PJ competirá dividido en tres boletas no hizo más que confirmar algo que ya se presumía, por lo que no modificará en mucho el escenario electoral. Eso sí, ratificó que con semejante atomización tanto Elisa Carrió como el ascendente Ricardo López Murphy también son serios aspirantes al ballottage. Los analistas pronostican, además, un horizonte de fractura para el PJ.
“El fallo de Servini no cambia nada, ratifica y consolida la división”, explicó el sociólogo Rosendo Fraga, en una frase que sintetiza lo que opinan sus colegas consultados ayer por Página/12. El fallo no cambiará las perspectivas del electorado que ya hacía sus pronósticos imaginando varios peronismos. Y eso no perjudicará a ninguno porque con tanta vuelta a la gente ya se le habían dio las ganas de participar de la interna.
En este escenario fracturado, la candidatura de Menem presenta sus pro y sus contra. “Menem es diez años de la política argentina. Es cierto que tiene un altísimo nivel de rechazo, pero aun aquellos que lo rechazan lo reconocen como una opción de gobernabilidad. Menem probablemente llegue a la segunda vuelta por derecho propio”, analizó Enrique Zuleta Puceiro. “Menem representa hoy una primera minoría muy sólida. Es el que tiene más chances de llegar a la segunda vuelta”, agregó Rosendo Fraga, en una opinión que no comparten todos los consultores.
Por ejemplo, para Analía del Franco, directora de la consultora Analogías, quien tiene más posibilidades de llegar al ballottage es Kirchner. Eso sería gracias a que consigue un nicho del electorado diferente al que, supuestamente, comparten Menem y Adolfo Rodríguez Saá. El gobernador de Santa Cruz manda en la clase media, mientras que el riojano y el puntano coinciden en las preferencias de los sectores bajos, aunque a Menem también lo votan los ricos.
Es obvio que la desventaja del ex presidente es el elevado nivel de rechazo que provoca, que oscila entre el 70 y el 80 por ciento de la sociedad. “Es muy probable que a la segunda vuelta lleguen Kirchner y Menem, y ahí a Menem le juega en contra su imagen negativa”, sostuvo Artemio López, de la consultora Equis.
Kirchner, convertido ahora en el candidato del oficialismo, deberá ingeniárselas para mantener un perfil progresista y diferenciado de los líderes ortodoxos, un discurso que le había permitido ganarse las simpatías del electorado independiente. “Kirchner consiguió el apoyo de Duhalde gracias a que en las encuestas tenía el 12 por ciento, pero eso se lo daban los independientes. Ahora tiene que articular esos votos suyos con el apoyo del PJ bonaerense, que es uno de los aparatos políticos peor vistos”, explicó Zuleta Puceiro. Según surge en las encuestas, la gente todavía no ve en Kirchner a un líder –como sí lo identifica a Menem– y considera que el poder del santacruceño es delegado.
Aunque Kirchner y Menem surgen como los dos principales protagonistas de la competencia, nadie se anima a vaticinar un escenario polarizado. “Hay cinco candidatos con posibilidades y, hoy por hoy, todas las probabilidades están abiertas”, sostuvo el analista Manuel Mora y Araujo. Sin polarización, no habría que perderle el ojo a la evolución de Carrió y López Murphy. La candidata del ARI mantiene un nivel de popularidad oscilante que hoy –según los números que manejaban los consultores– la ubica peleando el tercer lugar con Rodríguez Saá. López Murphy se mantiene quinto, pero es el postulante de mayor crecimiento en los últimos tiempos, con un lento pero sostenido ascenso.
“Con los tres candidatos del PJ, a Carrió y a López Murphy se les abren muchas posibilidades. Este es el momento ideal para que aparezca una fuerza política emergente”, precisó Zuleta Puceiro. “A la segunda vueltapuede llegar un candidato que junte el 18 por ciento de los votos, una cifra que tanto Carrió como López Murphy pueden conseguir”, avaló Fraga.
No todos coincidieron. “La división del peronismo era un dato conocido y eso hasta ahora no hizo que Carrió o López Murphy superaran a los candidatos peronistas”, respondió Artemio López. “El peronismo tiene mayor imagen de gobernabilidad. Como están dadas las cosas, no veo posibilidades de crecimiento de los candidatos no justicialistas”, lo apoyó Del Franco. Ambos pronostican un ballottage entre Kirchner y Menem, adjudicándole al santacruceño más chances de llegar a la Rosada. “Kirchner gana en todos los escenarios de segunda vuelta”, remarca López.
A excepción de Mora y Araujo, el resto de los consultados vaticinó que el peronismo sufrirá algún grado de fractura luego de las elecciones. Si bien quien resulte ganador seguramente arrastrará a algunos de los sectores que ahora le juegan en contra, también habrá facciones irreconciliables. “Si gana Kirchner, los menemistas no lo van a apoyar, y si gana Menem, muchos se van a ir”, explican. De acuerdo al análisis de Zuleta Puceiro, el próximo presidente será uno de los más débiles de los últimos tiempos y deberá lidiar con un Congreso muy fragmentado. “Vamos a un sistema de partidos a la europea, con liderazgos soft y una ideología cambiante según el candidato de ese momento”, dijo.