Hebe de Bonafini está orgullosa de su templanza. Un día después de entregarle en mano al escritor Mario Vargas Llosa una carta para poner a prueba la coherencia del Nobel, en la que le pide que apoye el reclamo para que Cablevisión no censure canales ni programas en su grilla, la titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo cuenta que antes de la conferencia “los de Clarín estaban locos para que hiciera quilombo”. “Una persona que mandaba (Joaquín) Morales Solá desde la primera fila me preguntaba ‘¿Se va a subir al escenario? ¿Lo va a atropellar? ¿Lo va a interpelar si no le gusta?’ Tenía ganas de que hiciera lío”, sonríe.

–¿Cómo surgió la idea de la carta?

–Bueno, venía circulando un pedido que estaban firmando y apoyando muchos compañeros. Cuando sucede lo de (Horacio) González, debate en el que no participamos, se me ocurrió hacerle una carta a él, ya que hablaba tanto sobre libertad de prensa. No quise decirle nada a nadie, no quise hacer lío ni que nadie fuera, quería ir discretamente.

–¿Cómo fue el contacto?

–Yo tenía una invitación especial, por el stand de Madres, y él me mandó a una persona para que le entregara la carta. Yo le expliqué que se la quería entregar en mano, personalmente. Y así fue. Aunque no la leyó, le dije que Cablevisión tenía un monopolio y que no permitía que determinados canales estuvieran en su grilla, y en esa censura incluían al programa La Clementina, que hacemos con Teresa Parodi.

–¿Recibió alguna respuesta?

–No, me dijo que la iba a leer con detención.

–¿Tiene esperanzas de que Vargas Llosa respalde el pedido?

–No, no, lo que quise fue ponerlo más al desnudo todavía, mostrar que es un falso, un mentiroso, porque él dice una cosa pero lo trae el monopolio, lo trae Clarín, se reúne con los más fachos, con lo peor de la política, entonces todo lo que dice es mentira.

–¿Es cierto que lo llamó “profesor”?

–Claro, porque no sabía cómo dirigirme. No le podía poner amigo, entonces puse “profesor fulano de tal”. No sé qué es, no le voy a poner Premio Nobel o esos títulos. Para no equivocarme puse profesor. Es una carta de una Madre, los chicos de prensa querían retocarla pero les dije que la dejaran así. Es una carta de una Madre a un tipo que dice lo que dice, a quien le dieron un Nobel, entonces que se ponga las pilas.

–¿Cómo fue el comentario de Vargas Llosa sobre las Madres?

–Yo le dije “mire que me voy en un ratito, no se crea que me levanto por otra causa, pasa que vivo en La Plata y la autopista y bla bla”, y él me responde “no, está bien, yo escribí mucho sobre las Madres”. La verdad es que nunca lo leí, no sé si es verdad, lo sabrán sus lectores, eso le dije. “Soy pobre, no tuve oportunidad de comprar libros. Ahora tengo más libros pero me dedico a estudiar historia argentina”, le conté.

–¿Escuchó la conferencia?

–Me quedé un rato largo, toda la primera parte, hasta que empezó el diálogo con la gente y con un periodista. Después me fui, tenía que volver.

–¿Qué le pareció la exposición?

–¿Sabés qué pasa? Es un tipo mentiroso, no le podés creer. Había llevado gente a aplaudir. Hablaba de la inquisición y unos tarados empezaron a aplaudir, entonces se tuvo que apurar para dejar en claro que estaba criticando a la Inquisición.

–¿Había tenido alguna vez contacto con Vargas Llosa?

–No, jamás, y no recuerdo que haya apoyado ningún pedido de las Madres. Sí tuvimos contacto con Borges, contra lo que mucha gente cree. Una vez nos firmó una carta, un pedido, que tengo guardado. No es que lo quiera, pero un grupo de Madres fue a verlo y firmó, y la firma pesa. Las Madres fuimos a todos lados.

–Muchos escritores e intelectuales apoyaron pedidos de Madres en distintas épocas. ¿Recurrieron alguna vez a Vargas Llosa?

–Tenemos firmas de muchos, pero ése era un trabajo que hacían los compañeros que estaban afuera. El no me dijo “firmé tal solicitada para las Madres”, así que seguro que no lo hizo, porque me lo hubiera enrostrado.