Teniendo en cuenta que contra todos los pronósticos afirma que va a llegar a disputar la segunda vuelta, las primeras horas de Leopoldo Moreau como candidato a presidente de los radicales no fueron de lo mejor: el gobernador de Mendoza, Roberto Iglesias, manifestó que no respaldará su candidatura porque no encarna la renovación que considera necesaria en la UCR y el socialismo le cerró públicamente la puerta al eventual acuerdo programático que Moreau alentaba entre el radicalismo y ese partido (ver aparte). A pesar de los traspiés, Moreau siguió sus contactos tendientes a encolumnar a sus correligionarios detrás de su postulación y así consiguió que el titular del Comité Nacional y gobernador de Río Negro, Pablo Verani, se comprometiera a colaborar con su campaña.
“Moreau es uno de los tantos dirigentes radicales que deben dar un paso al costado”, destacó Iglesias a Página/12, después de recordar que “yo hice serios planteos en favor de la renovación” y que a uno de los que puntualmente cuestionó fue al ahora candidato. En ese sentido, agregó que la situación en que se encuentra la UCR es producto de “errores de mucho tiempo de algunos sectores que ejercieron la conducción partidaria que tienen que ver con pactos y que han hecho del radicalismo un partido acuerdista que sólo ocupa cargos legislativos”.
El gobernador mendocino se quejó, además, porque “no se ha fijado una estrategia, sino que se convocó a una elección sin ton ni son que encima tuvo características de bochorno” y lamentó que la UCR se haya vuelto “expulsiva”. “Hoy hay personajes que se han perdido, como Elisa Carrió y Ricardo López Murphy”, subrayó Iglesias, quien aclaró de todos modos que no apoyará a ninguno de los dos en las próximas elecciones.
La falta de apoyo de Iglesias a la candidatura de Moreau no es un dato menor: el radicalismo sólo gobierna en cinco provincias y una de ellas, precisamente, es Mendoza. En épocas de campaña contar con el apoyo de una estructura de gobierno no es un elemento para despreciar y mucho menos para el candidato de la UCR, un partido al que ya de por sí nadie le otorga mayores chances electorales.
El respaldo que Moreau no obtuvo de Iglesias sí lo encontró en Verani. “Yo fui el primero en decir que ninguno de los candidatos, ni Moreau ni (Rodolfo) Terragno, me convencían pero ahora se votó y hay que jugarse”, declaró el rionegrino a este diario.
Poco antes, Verani había recibido a Moreau en el Comité Nacional y allí se comprometió a colaborar con su campaña. Una de las cosas que le ofreció fue acompañarlo en sus actos proselitistas y también se acordó instalar el comité de campaña en la sede del radicalismo para “darle una participación institucional al partido”.
Sin mencionarlo, Verani cuestionó la actitud como la de Iglesias. “Lo que tienen que decidir –dijo– es si son radicales o no. Si no lo son se tienen que ir porque es demasiado cómodo ser radical cuando se gana y no cuando se pierde.”