En Proyecto Sur prefirieron no opinar sobre la decisión de Mauricio Macri de bajarse de la disputa presidencial e ir por su reelección como jefe de Gobierno porteño, “al menos hasta que la noticia se confirme”. Pero cerca de Fernando “Pino” Solanas comenzaron a evaluar la situación que “cambia el escenario en la ciudad: no es lo mismo enfrentar a (Gabriela) Miche- tti que al propio Macri”, afirmaron algunos de los dirigentes que apostaron a que el cineasta pelee electoralmente en la Capital. Por ahora, la principal preocupación en la fuerza que lidera Solanas es saber si la ex ministra Graciela Ocaña logra superar los obstáculos legales para ser candidata porteña y terminar de cerrar el acuerdo que la catapulte como la compañera de fórmula de Pino.

Solanas fue el primero en bajar línea a su propia tropa: “No vamos a opinar sobre Macri hasta que él mismo confirme que irá por su reelección”, sostuvo. Pero no pudo evitar que varios dirigentes de su espacio esbozaran un primer análisis sin exponerse públicamente. “Macri ha seguido los consejos de sus asesores internacionales (por Durán Barba) de que no tiene posibilidades en el orden nacional y que peligra su predominio en la Ciudad si él no es el candidato”, arriesgó uno de ellos.

“Macri consolida el piso del 30 por ciento de un electorado conservador en la ciudad, que es una ventaja de partida importante, pero tiene una diferencia muy estrecha entre su piso y su propio techo. Tampoco cuenta con escenarios favorables, como el voto contra la experiencia de gobierno del progresismo en 2007, ni la bronca contra el kirchnerismo en pleno conflicto con el campo”, definió otro de sus legisladores nacionales.

Aunque la preocupación de Proyecto Sur está puesta en su propio armado electoral porteño. Sus asesores legales analizan si Ocaña, a quien quieren como compañera de fórmula de Solanas, podrá sortear con suerte “los escollos legales sobre domicilio y residencia para ser candidata en Capital”. Según sus propios sondeos, la ex ministra de Salud suma votos en una franja etaria en la que Pino no está tan sólido: los mayores de 50 años. Una cosecha que Ocaña recoge de su paso como interventora del PAMI durante la gestión kirchnerista.