El presidente de la Nación está entusiasmado con la reforma política y hoy usará la cadena oficial, a las 20.30, para explicarla. Ayer, Duhalde dijo que la reforma es “histórica y sirve para fundar la segunda república”. En realidad, las cosas no serán tan sencillas: el proceso de votación en el Congreso, en las legislaturas provinciales y en los concejos deliberantes promete ser difícil y largo. Aunque nadie quiere salir en contra de la reforma, legisladores de las provincias chicas han hecho trascender que no aceptarán reducciones de diputados nacionales, en tanto que en otros distritos no faltan quienes se oponen a que los concejales de ciudades chicas no tengan sueldo. Paralelamente, hay proyectos como el de la senadora Cristina de Kirchner, que proponen que la reforma sea aún más tajante: en lugar de reducir la Cámara de Diputados en 64 bancas, el proyecto de Kirchner propone suprimir 101. Y en la provincia de Buenos Aires, el gobernador Felipe Solá ya adelantó que su propuesta es que haya 22 senadores y 42 diputados bonaerenses menos.
Por ahora la Reforma Política es una especie de compromiso que firmaron el Presidente y 23 gobernadores –.no participó San Luis– por el cual se propone reducir en un 25 por ciento la cantidad de diputados, se proyecta una baja gradual de los gastos legislativos, hay una prohibición de hacer publicidad privada en radio y televisión durante las campañas electorales, se convierten en obligatorias las internas abiertas y se intentará realizar elecciones, no cada dos años, sino cada cuatro.
Ayer Duhalde se mostró entusiasmado con el texto firmado y por eso exageró con la fundación de la segunda república. En verdad, el Presidente está convencido que la llamada reducción del gasto político es un reclamo prioritario de la gente y considera que esta reforma va en ese sentido. Lo que sucede es que todo dependerá de lo que se concrete finalmente, porque hasta el momento hubo centenares de proyectos y nunca se votó ninguno. “A quienes quieren el cambio, les pido que me acompañen, porque esto no es fácil, pero con el apoyo de la gente vamos a lograr lo que se reclama –dijo el primer mandatario ayer en su espacio radical–. Yo creo que la reducción del gasto será de más de mil millones de pesos”, redondeó con un exagerado optimismo. Los especialistas en materia presupuestaria creen que si el ahorro es de 400 millones sería un éxito extraordinario ya que se trata de una cifra más que significativa.
En el proyecto oficial está, por ejemplo, la propuesta de bajar la cantidad de diputados nacionales, con lo que algunas provincias chicas perderían proporcionalmente más legisladores. En esos distritos, ya hay dirigentes de los partidos mayoritarios que no están de acuerdo. No es el caso de Kirchner, ya que en su propio proyecto, Santa Cruz perdería dos de sus cinco bancas en la Cámara baja. La idea de la legisladora es que igualmente las provincias chicas y grandes mantengan la proporción actual: o sea que la Patagonia, que hoy tiene el 9 por ciento de los legisladores, siga teniendo ese porcentaje. Esto habrá que ver si es aceptado por las provincias grandes.
La idea de que los concejales de ciudades chicas trabajen ad honorem también tiene apoyos y rechazos. No faltan quienes consideran que esos concejales son punteros políticos y por ello vitales para las estructuras partidarias. Por ello, habrá polémicas y tal vez maniobras para trabar la aprobación de una norma de ese estilo.
Es muy probable que surjan igualmente propuestas sobre la cuestión electoral. Kirchner, por ejemplo, propone una medida que tiene relación con las elecciones de octubre pasado: si los votos en blanco, recurridos e impugnados son la primera fuerza electoral deberá llamarse a una nueva elección. También el senador Raúl Baglini presentó bases para una reforma política en los que hay criterios similares a la propuesta oficial, pero que pone especial énfasis en la reducción de dietas y gastos de las legislaturas.
Lo real y concreto es que la reforma requiere de votaciones e iniciativas en las provincias: habrá que ver si allí se estanca o si efectivamente se avanza en lograr un sistema más democrático, transparente y menos costoso.