EL PAíS › LA BIOGRAFíA DE EMILIO MIGNONE, FUNDADOR DEL CELS
La vida de Emilio Mignone, justicia, catolicismo y derechos humanos fue presentado ayer. “El líder más importante del movimiento de derechos humanos en Argentina”, lo definió Verbitsky.
› Por Ailín Bullentini
Igualdad. Solidaridad. Acción política. Lucha. Compromiso. Las exposiciones de aquellas personas que, tanto desde la forma pautada como desde la improvisación, hablaron de Emilio Mignone, utilizaron, algunas más otras menos, esas palabras para definir a uno de los fundadores del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). El contexto en el que “el líder más importante del movimiento de derechos humanos en Argentina” fue mencionado –homenajeado– por el presidente del CELS, Horacio Verbitsky, y la historiadora Hilda Sabato, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, familiares, amigos y compañeros de ruta militante y pública, fue la presentación en la ciudad de Buenos Aires de su biografía, narrada palabra por palabra por el escritor y periodista Mario del Carril.
“Este momento fue muy esperado. No sólo porque siempre es necesario presentar el trabajo terminado ante todos los que sirvieron de guía y apoyo durante el proceso, sino sobre todo porque ese proceso de producción fue muy largo”, rompió el hielo el autor, yerno de Mignone, desde el centro de la mesa ubicada en el escenario. El lazo familiar que lo unió al hombre biografiado está lejos de ser, por caso, la razón que explica la producción literaria. “La manera de ser de Emilio contaba con una virtud muy rescatable: se sentaba a hablar con todos, escuchaba a todos”, sostuvo a la hora de señalar uno de los tantos disparadores que el fundador del CELS llevaba en la piel, en la postura, en su forma de vivir. Para Del Carril, esa virtud “es un modelo interesante para trabajar en la manera de resolver los problemas que pueden aquejar a la sociedad argentina”.
A un costado del autor, Sabato fue la primera en hilar comentarios sobre La vida de Emilio Mignone, justicia, catolicismo y derechos humanos. La historiadora fue la prologadora de la producción literaria que vio la luz hace pocos días y, desde detrás del micrófono, reforzó las ideas que esboza en las páginas de entrada a la biografía de Mignone. Aquellas que plantean que lo interesante del trabajo de Del Carril es que desmenuzan “el cómo” un hombre como el protagonista de la biografía se convirtió en una figura pública, una vida no ordinaria. “Su fundamental participación en el movimiento de derechos humanos nacional es el punto de llegada de la biografía, que desanda el camino complejo y en muchas ocasiones contradictorio de la vida de Mignone, de las decisiones que tomó y que lo llevaron a ese destino”, remarcó.
Antes de crear el CELS, Mignone participó en grupos de choque católicos que se enfrentaban a los republicanos durante la Guerra Civil Española; fue funcionario del gobierno bonaerense en la primera gestión de Juan Domingo Perón y apoyó activamente el golpe que lo derrocó. Desde Estados Unidos integró el área de educación de la OEA, fue asesor de la Conade y subsecretario del área de educación en el gobierno de Onganía, cuando se afilió al Partido Justicialista. “Fue un hombre de acción”, sentenció Sabato.
En 1976, una de sus hijas, Mónica, fue detenida por comandos de la Marina y aún permanece desaparecida. Sin embargo, el prólogo del libro prefiere salvar la creación del CELS de una reacción directamente proporcional a esa tragedia personal. Pablo, uno de los nietos de Mignone, destacó que “los derechos humanos, lo que había pasado en la dictadura, la desaparición de mi tía, siempre estuvieron presentes en la familia de una manera muy natural”. Pero añadió: “La solidaridad y el sentido de la igualdad de mi abuelo excedían ese tema en particular”.
El presidente del CELS, compañero y declarado admirador de Mignone, el periodista Horacio Verbitsky, discutió aquello por lo que la historiadora distinguió la obra: por “no idealizar al personaje, no volverlo heroico”. Y justamente lo hizo desde la cercanía que lo unió al protagonista: “Nosotros somos herederos de Emilio. Nosotros sí lo idealizamos y lo amamos y queremos llevar adelante el legado que nos dejó”.
Al igual que lo hizo cuando la Secretaría de Derechos Humanos nacional bautizó con el nombre del creador del CELS a su salón auditorio, Verbitsky recordó que Emilio “fue el mayor expositor de lo que estaba ocurriendo acá (en referencia a la última dictadura y el rol que Mignone cumplió en los vínculos entre los organismos de derechos humanos locales y los internacionales entonces)”.
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