EL PAíS
› SOLA HABLO EN LA LEGISLATURA
Un aval a Kirchner
“Como gobernador de la provincia quiero transmitir la importancia que asigno a la postura que el próximo presidente de los argentinos tenga frente a los problemas de Buenos Aires”, afirmó Felipe Solá y cosechó aplausos intensos de su bancada. Fue el tramo más aplaudido de su discurso de inauguración del período de sesiones ordinarias de la Legislatura bonaerense. El gobernador tampoco descuidó su propio proyecto reeleccionista que pondrá en juego en los comicios provinciales del 14 de septiembre.
Solá habló de la “lucha por la seguridad” como prioridad de su administración, léase la actual y la que pretende iniciar el 10 de diciembre. “La seguridad no es de izquierda ni de derecha, progresista ni conservadora, garantista ni autoritaria; es una condición indispensable para la convivencia civilizada y democrática”, enfatizó. Arremetió, sin nombrarlos, contra sus contrincantes Aldo Rico y Luis Patti al señalar que reducen el problema a “una fórmula simplista” y esconden su “fracaso personal” en el tema. El gobernador recordó que el presupuesto de seguridad para este año superará los 1100 millones de pesos, lo que significa un aumento de 160 millones con respecto al 2002. También destacó la reducción del déficit fiscal en 700 millones de pesos, la inversión social superior a los 2 mil millones y su compromiso de poner fin al recorte salarial que afecta a los empleados provinciales con sueldos superiores a los 1200 pesos.
La gestión de Daniel Scioli, flamante compañero de fórmula de Néstor Kirchner, recibió los elogios de Solá, que recordó los “62 mil puestos de trabajo directos y los 170 mil indirectos” que generó el turismo en la provincia. El alineamiento con Eduardo Duhalde, a quien reconoció “condiciones de un jefe de Estado que supo estar a la altura de las circunstancias”, fue explícito. Los dardos envenenados tuvieron un destinatario privilegiado: Carlos Menem, de quien Solá fuera secretario de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación. “Veamos dónde quedaron los presagios apocalípticos”, desafió el gobernador, que recibió con indignación el proyecto de división de la provincia de Buenos Aires lanzado por el ex presidente y su compañero de binomio, Juan Carlos Romero, difundido por Página/12 el pasado domingo.
El hemiciclo de la Legislatura bonaerense fue el escenario escogido ayer por Felipe Solá para dejar su huella en una ajetreada campaña presidencial que entra en la recta final y para asomarse a una campaña bonaerense que recién comienza, pero se presume igual de competitiva.