Está de bermudas, sandalias y una camisa suelta. Lleva puesto el sombrero con el que suele jugar al golf. Detrás de él aparecen los cerros de la sierra del Ambato, está calmado, tranquilo, como si el ruido del agua que corre por una acequia cercana le afinara ese perfil polémico y verborrágico que cultiva. Luis Barrionuevo, el candidato a gobernador del PJ, recibió a los medios nacionales en El Rodeo, una villa veraniega ubicada a 40 kilómetros al oeste de la capital catamarqueña. Lo hizo para explicar lo que sucedió el domingo cuando militantes del PJ evitaron que se desarrollaran los comicios donde no pudo participar por estar inhabilitado por la Justicia. “No fue bueno lo que pasó”, dijo a manera de arrepentimiento. Pero no pudo con su genio y reconoció que se emocionó cuando se suspendieron las elecciones y que casi llora de alegría.
Barrionuevo está de buen humor y recurre a las anécdotas. Cuenta que la decisión del gobernador Oscar Castillo de ponerles fin a los comicios lo sorprendió hablando por teléfono con el ministro del Interior, Jorge Matzkin. “En mi casa había como 30 personas y de repente se escuchó un griterío ensordecedor”, recordó. Matzkin, preocupado, le preguntó qué pasaba: “Creo que Boca metió un gol”, cuenta haberle dicho Barrionuevo. “Pero si a esta hora no hay partidos”, le retrucó el ministro. Fiel a su estilo, el gastronómico disparó: “Entonces suspendieron las elecciones”, y largó una carcajada.
–A partir de lo que sucedió el domingo, ¿va a insistir con su candidatura?
–Espero que en las próximas horas o días la Corte Suprema defina la cuestión de fondo para saber si estoy en condiciones de ser el candidato.
–¿Está dispuesto a acatar a la Corte si le dice que no?
–Totalmente. Quiero elecciones y no intervención. Acá algunos la piden, pero mi deseo es que la gente vote. Si la Corte me dice que no, no seré candidato. En ese caso, quiero tener tiempo para elegir a la persona que me reemplazará. No voy a correr el riesgo de ir a una derrota cuando hoy estamos 15 puntos arriba del Frente Cívico.
–¿Y quién cree que puede ser su reemplazo?
–Recién venía en el coche, me di vuelta y vi a Raúl Jalil, un empresario exitoso, de confianza, y le dije: “Me parece que te estoy viendo como gobernador”. El contestó “no, no me meta en este lío”. No sé, vamos a tratar de elegir lo mejor. Quiero ganar, a mí no me gusta perder ni a las figuritas y por estar en Catamarca fíjense que Chacarita de 9 puntos sacó apenas uno.
–¿Por qué tanto apuro para que vuelvan a llamar a elecciones?
–Porque creo que hay que resolverlo rápido. Necesito resolver algunas cosas antes de que se vaya Duhalde. La provincia debe 800 millones de dólares, está fundida. Y el otro tema es que no quiero que venga a parar a ellos un crédito por 25 millones de dólares que está por venir del Banco Mundial. O sea, hay razones muy fuertes para poder resolver cuestiones muy importantes para la provincia. Además, yo tengo más afinidad con este gobierno que con cualquiera de los candidatos.
–¿Qué costo político tuvo para usted la suspensión de las elecciones?
–El costo es el que muestran todos los medios a nivel país. Lamentablemente en una democracia que viene lastimada, que haya sido mi persona la tapa de los diarios. Ustedes saben que soy tapa de diario por ser célebre con algunas frases que con el tiempo fueron ciertas. Pero uno viene del campo sindical, viene de ser dirigente de un club de fútbol y todo esto hace que quizá mi personalidad sea fuerte y con lo que sucedió se me haya inculpado de todo esto. Yo no me siento culpable, creo que fue una reacción espontánea de todos aquellos que se sentían perjudicados. Creo que se defendió la democracia.
–¿Cuáles fueron los errores del Frente Cívico?
–Creo que el haber convocado a elecciones con tanto tiempo de antelación sobre todo cuando el gobierno está quebrado, fundido. Segundo, fue la desprolijidad de los jueces. Pagan un costo político muy alto. Ellos saben que, a esta altura, se tienen que ir.
–Así las cosas, ¿considera que Castillo debe seguir como gobernador?
–Sí, debe seguir. Tampoco debe renunciar después de las elecciones que seguramente va a ganar el Frente Justicialista. Tiene que ser el responsable de entregar el gobierno.
–¿Cree que Castillo podría alentar una intervención con tal de no entregarle el poder a usted?
–Sí, porque prefiere irse en víctima. Castillo no quiso ser el gran perdedor, por eso lo dejó a (Eduardo) Brizuela del Moral.
–¿Tuvo alguna señal del gobierno nacional sobre una posible intervención?
–No del Gobierno, pero sí escuché que algunos juristas y senadores están diciendo que cabe la posibilidad de una intervención. También hay algunos funcionarios de Castillo que la piden para no irse por una derrota electoral.
–El domingo usted se jactó de que no necesita ni de Duhalde ni de Menem. ¿Es tan así?
–Lo dije porque hubo distintas acusaciones. Antes de la elección hablaban de que Menem nos estaba ayudando y por otro lado decían que el Gobierno había tenido incumbencia y nos ayudaba. Ninguno de los dos me ayudó. Nadie me ayudó, lo que yo conseguí en mi vida lo hice siempre solo, nadie me regaló nada. Acá yo me gané la confianza de la gente y con ellos busco el objetivo electoral para ayudar a Catamarca.
–Al decir que nadie lo ayudó, ¿lo hace como un reproche?
–No. Lo digo porque hay mucha hipocresía, hay muchos que se adjudicaban que Menem estaba ayudando, que Duhalde también.
–¿Este no pegarse a nadie puede estar enmarcado en un proyecto político que puede ir más allá de las fronteras de Catamarca?
–Sí, por supuesto, no quiero depender de nadie.
–¿Existe ese proyecto político personal para disputar el poder nacional dentro del PJ?
–Está relacionado con la región y es un eslabón de la cadena que hace al poder y sólo con poder se pueden conseguir cosas para la gente, la provincia. Está el ejemplo de los riojanos, cuando Menem los ayudó. Si hoy están mal es porque no lo administraron bien. Con un 20 por ciento de lo que Menem le dio a La Rioja yo digo que a Catamarca la sacamos adelante de taquito, sin problemas.
–Menem lo hizo porque era presidente. ¿Usted quiere ser presidente?
–No, no es necesario ser presidente para conseguir eso. Le digo que no está en mi mente para nada.
–Volviendo a lo que ocurrió el domingo...
–(Interrumpe.) No fue bueno lo que pasó. Para nada. Yo tampoco estoy conforme con esto pero esperemos que, en poco tiempo, podamos revertir esta situación y que en Catamarca se pueda votar con tranquilidad. Yo estaba feliz de la convocatoria a elecciones. Eran las primeras del país y sabía que iba a tener cobertura de los medios nacionales. Lamentablemente la tuvimos al revés de lo que yo quería. Pensé que iba a tener una buena ayuda de mis compañeros, de los gobernadores, e incluso del gobierno nacional. No sabía que iba a suceder lo que pasó. Es una pena. Pero también es importante que se haya evitado la proscripción del peronismo.
–¿En estas últimas horas habló con Duhalde?
–No, no hablé para nada. Mire, yo trato de no molestar nunca a los presidentes. Con Menem lo mismo, jamás participé de la carpa.
–¿El apuro por ganar tiene que ver también con el futuro presidente?
–Por supuesto, yo tengo mucha más afinidad con este gobierno, pero cualquiera que gane seguramente me va a necesitar. El que gane va a llegar tan débil que me va a necesitar.
–Alberto Kohan fue uno de los tantos que condenó los hechos de ayer.
–Ese no tiene autoridad moral ni política para hablar. No tiene ni siquiera una unidad básica. Es lo que es gracias a Menem, o sea tiene que cuidarlo todos los días para que no se le enferme y se le muera porque él por sí solo no existe.
–El ministro de la Producción, Aníbal Fernández, dijo que lo que ocurrió el domingo fue una chanchada y los responsabilizó a usted y a Castillo.
–(Piensa unos segundos antes de responder.) Puede ser, yo creo que sí. No fue bueno, para nada. Creo que lo de ayer, más allá de la emoción de lo que tuvimos todos los que militamos, fue un parto con mucha alegría pero no fue completa porque no se votó.
–¿Cuándo se va a definir el PJ de Catamarca sobre las presidenciales?
–Nosotros convocamos para el 20 de abril al congreso del peronismo para definir a quién apoyamos. Lo vamos a hacer orgánicamente.
–Y a título personal, ¿a quién prefiere?
–Ninguno de los tres. Usted sabe que yo quería que Duhalde terminara su mandato. Y soñaba que la interna fuera entre Menem y Duhalde, porque el peronismo no puede tener dos cabezas.