EL PAíS
› EL ABOGADO DE LOURDES DI NATALE DUDA DE LAS CAUSAS DE SU MUERTE
“A mí no me cierra el accidente”
Rodolfo Chimeri Sorrentino consideró que la muerte de su cliente es “un muerto más en una cadena de decesos misteriosos que ocurren detrás de hechos notorios como IBM-Nación, la causa armas y los siete testigos fallecidos en el caso del hijo del ex presidente”.
› Por Adriana Meyer
”No me cierra que haya sido accidental, quizá podríamos decir inducida”. El abogado de Lourdes Di Natale, una de las secretarias del poder menemista que apareció muerta el sábado al caer de un décimo piso, tampoco se inclina por la hipótesis de un suicidio y pidió que la causa sea recaratulada como “muerte dudosa”. Aunque aún no se arriesga a hablar de homicidio, Rodolfo Chimeri Sorrentino afirmó ante Página/12 que se trata de “un muerto más en una cadena de decesos misteriosos que ocurren detrás de hechos notorios como IBM-Nación, la causa armas y los siete testigos fallecidos en el caso del hijo del ex presidente, por nombrar algunos”. Este diario pudo saber que la ex secretaria de Emir Yoma había dejado hace tiempo a sus familiares sobres con documentación e instrucciones en los que hay “nombres, apellidos y precisiones”. Según su abogado, tenía interés en declarar en la causa armas y estaba en perfecto estado de salud mental. En diciembre le había dicho que iba a ser madre, pero recientemente le comunicó que ya no estaba embarazada. De hecho, durante la autopsia no fue detectado ningún indicio de gravidez.
–¿Qué impresión tiene la familia?
–Ellos no creen que haya sido un accidente. Aún no pudieron ver el cuerpo ni les permitieron participar de la inspección ocular al departamento. Quieren llevarla al sur, pero la necesitamos para profundizar la investigación con mi equipo, integrado por el perito en criminalística Roberto Lockles y el médico legista Guillermo Basile.
–La Justicia se inclina por la hipótesis del accidente. ¿Por qué no creen que haya sido así?
–Ella era una ferviente católica, de modo que no se suicidó. Quizá tenía problemas económicos, pero la gente de la zona la ayudaba. Era una persona muy cautelosa, tenía vértigo. Hacer una maniobra como la que dicen me parece extraño. No tomaba psicofármacos, sólo polivitamínicos.
–Entonces queda el homicidio.
–O una muerte inducida. Lo dirá el juez.
–¿Usted qué cree que ocurrió?
–A mí no me cierra la muerte accidental, pero es una intuición. El conocimiento lo voy a tener después con las pruebas. Es una muerte extraña, evidentemente. A los familiares también les suena infantil esa circunstancia de querer cortar un cable, no cierra.
–Los investigadores dicen que estaba sola en el departamento.
–Tenemos que ver las pruebas. En principio esto arroja dudas en cuanto a todo lo que está sucediendo, la muerte de tantas personas en hechos de resonancia pública, que murieron en accidentes, un brigadier que se mata con la mano derecha y era zurdo, y durante años fue caratulado suicidio...
–El diagnóstico de Di Natale habría sido estrés crónico, al igual que el de la diputada que se suicidó en enero, Martha Meza.
–Ahí tiene. Esta chica estaba en perfecto estado de salud mental. Lo documenta un testimonio que tengo del doctor Mariano Castex, que le hizo una pericia psiquiátrica y determinó que es una persona normal, acorde con la edad que tiene, que no es ninguna mitómana ni fabuladora, y que tenía su neurosis propia de la situación que atravesaba.
–Pero en el expediente civil sobre la tenencia de la hija otros peritos habrían determinado que necesitaba tratamiento psiquiátrico.
–Yo no manejo la parte civil. En realidad, ella no estaba tan agotada. La hermana me decía que había aumentado de peso, estaba contenta, tenía mucho interés en presentarse ante el juez en lo penal económico (Julio) Speroni para declarar en la causa armas, o sea que no se entiende por qué podría haber querido quitarse la vida. Nunca la vi deprimida, a veces la encontraba caída pero físicamente. El tema de la hija había avanzado, iba a acordar un régimen de visitas y eso le daría alivio espiritual.
–¿Cómo fue el momento en que las separaron?
–Extrañamente ocurrió en feria judicial, cuando no se hace nada civil. Ella me contó que fue un acto muy compulsivo, tiraron la puerta blindada abajo, llegaron con un equipo estilo Halcón, y asustaron mucho a la nena.
–¿Por qué ya no tenía custodia?
–No lo sé. Ella vivía con reparos, las persianas bajas, no quería hablar por teléfono. Al principio era escéptico pero comprobé que había cosas ciertas. Una vez me mostró desde el departamento unas personas paradas en la vereda y me anticipó que nos iban a seguir. Salimos y, efectivamente, nos siguieron. Era como si dijeran ‘estamos acá’.
–¿Cómo supo que estaba embarazada?
–En diciembre tenía que declarar en la causa por extorsión que le inició Emir Yoma y me trajo un certificado de una empresa prepaga de salud que indicaba que el test había dado positivo. No me lo comunicó como un hecho social sino como un impedimento físico porque le indicaban reposo. También estaba citada por el cuerpo médico forense para evaluar su estado mental. Por ella supe después que el embarazo no continuó, mucho antes de este hecho. No sé si estaba en pareja. Había una persona de vigilancia que la cuidaba un poco, pero nada más.
–¿Estaba imputada en otras causas?
–Sí, la denunciaron los vecinos por daños, disturbios y exhibición de arma de fuego. En enero del año pasado ella disparó al aire porque vio que una persona trataba de ingresar a su cocina.
–¿Qué más podía contar Di Natale sobre su paso por el poder? ¿Alguien se beneficia con su muerte?
–Sí, pero no me pregunte quién porque es obvio.
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