El huracán Lucho parece que no dejará nada en pie. Las dantescas escenas que ayer se vivieron en el Senado, cuando se discutía la exclusión del senador catamarqueño Luis Barrionuevo, parecen destinadas a repetirse el miércoles que viene en Diputados. “Yo no tengo problemas en votar la expulsión de Barrionuevo el miércoles, si el jueves el radicalismo baja al recinto para votar la intervención en Catamarca”, confió a este diario un destacado legislador del peronismo.
Los hombres del oficialismo están sumamente enojados con los diputados del radicalismo por un proyecto impulsado por las autoridades del bloque radical en el que reclaman que la Cámara baja discuta la expulsión de Barrionuevo. Más allá de la iniciativa legislativa, la ira de los legisladores del Gobierno se explica por el impacto que puede producir esa discusión en el recinto de Diputados. Junto con el proyecto radical, ayer ingresó a la mesa de entradas una iniciativa del hasta ayer ignoto diputado catamarqueño por el justicialismo, Néstor Cerezo. El legislador pidió la intervención federal de Catamarca. La iniciativa ya tiene día y hora de tratamiento, será el próximo miércoles después de las 13 horas. Las principales espadas del justicialismo en la Cámara baja se muestran entusiasmados en avanzar con la discusión y recuerdan que basta “una mayoría simple” para que se apruebe la intervención.
Los legisladores afines al Gobierno no dudan en criticar a los radicales y repetir que “lo único que quieren es dañar al peronismo lo más que puedan”. Para los diputados con mayores responsabilidades, las culpas parecen estar repartidas en partes iguales. “Estamos en manos de dos suicidas”, confía a Página/12 un importante legislador del peronismo, hablando de Barrionuevo y del actual gobernador catamarqueño, Oscar Castillo.
Fracasado el intento del Gobierno de que el tema tuviera la menor repercusión posible, ahora pretenden repartir equitativamente las cargas. Se enojan con Castillo por haber tenido oídos sordos ante los repetidos reclamos del ministro del Interior Jorge Matzkin, de postergar las elecciones. “Aquí hay dos ocasiones en las que se proscribió al peronismo: una con Arturo Illia y otra con Castillo”, continúa con rigurosa reserva de su nombre el legislador oficialista. Aunque los radicales se empeñan en destacar que en Catamarca “el peronismo no fue proscripto”, para los diputados del PJ “el gobernador proscribió hasta el último consejero vecinal del justicialismo”.
El debate está llamado a concretarse en el Congreso ya que los propios hombres del oficialismo reconocen la debilidad de su gobierno para avanzar sobre un tema como una intervención provincial. “Decisión del Gobierno, ni por casualidad”, sostiene un legislador con llegada directa a la Rosada. Ya en intimidad y luego de repudiar los hechos de violencia, este diputado admite que “hay motivos para expulsar a Barrionuevo”. Pensando más fríamente también reconoce que “lo de Catamarca les da la razón a los que pedían que nos vayamos todos a la mierda”. Tanta sinceridad se asemeja más a un sincericidio que a un mérito.