EL PAíS
“Lourdes vivía siempre con terror, estaba con custodia permanente”
Lucía y José Di Natale dudan de que su hermana Lourdes se haya matado en un accidente. La ex secretaria de Emir Yoma no les dejó documentación. Sólo esperan que la Justicia investigue qué pasó.
› Por Adriana Meyer
“Queremos saber qué pasó, nada más. Esto es lo peor que nos pudo haber sucedido”, dice ella. “Acá con la justicia de los hombres no va a pasar nunca nada, sólo lo esclarecerá la justicia divina”, corrige escéptico él. Lucía y José Di Natale se sienten incómodos con la súbita e indeseada notoriedad que adquirieron a partir de la muerte de su hermana. Tuvieron que dejar la tranquilidad de la provincia para hacerse cargo no sólo de los dolorosos trámites vinculados al fallecimiento. Se encontraron con la opción de lidiar con la maquinaria judicial para tratar de esclarecer qué pasó el sábado 1º en el departamento de la calle Mansilla. Y decidieron que sí, que recorrerán ese camino porque están convencidos de que Lourdes Di Natale no se suicidó y dudan de que haya sido un accidente, aunque afirman no tener recursos para pagar la representación legal. “Ni siquiera tenemos suficiente para trasladar el cuerpo a Mendoza”, se lamentaron los hermanos Di Natale.
Lucía es docente en Neuquén y tiene 41 años. José es empleado en una compañía de electricidad, tiene 38 y vive en San Rafael. Lourdes, que era la mayor de cuatro hermanos, había pasado en enero tres semanas con la familia en esa ciudad, donde nació. “Había aumentado de peso y mi papá la trajo para que descansara un poco. Estaba bien aunque muy ansiosa porque quería que se terminara la feria judicial para poder ver a la nena, en esa entrevista que acordaron con las Abuelas de Plaza de Mayo”, comentó José. “Pensaba todo el tiempo en esa criatura, estaba mortificada porque no la habían dejado entrar a la comunión, pusieron policías en la puerta de la iglesia y luego le dieron un video que miraba siempre y lloraba...”, agregó con bronca. Sin embargo, ambos descartan de plano que se haya suicidado. “Sólo se bajoneaba por el tema de la nena. Tampoco pasaba hambre como dijeron, tenía las expensas y los servicios pagos, el resumen de la prepaga de casi 300 pesos estaba al día”, afirmó José.
“No sé si sabés que los abuelos vivieron con Agustina (la hija que Lourdes tuvo con el abogado Mariano Cúneo Libarona) entre los 2 y los 8 años... nuestros padres están destruidos”, dice Lucía casi sollozando. José interviene y cuenta que “Lourdes vivía con terror, siempre con custodia, por eso nos llevamos a nuestros padres, no podían vivir así.
–¿Qué piensan que pasó?
Lucía: –Después del allanamiento al departamento nos quedaron dudas porque hay muchas cosas de ella que no están como el celular, la billetera, las tarjetas de crédito, el documento... La policía sólo se llevó la cédula y buscaron esas cosas con nosotros. Siempre supimos que tenía joyas de oro pero no encontramos nada.
–Los investigadores creen que se cayó al intentar cortar unos cables y afirman que estaba sola porque no encontraron ningún indicio...
José: (interrumpe) –En la cocina estaba todo tirado en el suelo, vasos, los santitos. En el living, que era donde ella dormía porque en las habitaciones había humedad, estaban los cajones abiertos y todas las fotos tiradas. Había dos valijas armadas y los cajones de la ropa abiertos.
Lucía: –Si ella tenía que trasladarse al baño, ¿cómo hacía para pasar por encima de las fotos sin pisarlas? Eso no nos cierra. La policía dice que siempre había desorden en el departamento de Lourdes.
–¿Encontraron cajas con papeles que ella guardaba?
José: –Había cédulas de citaciones, pasaportes, un contrato de alquiler del departamento de la nena, las fotocopias de las agendas que había entregado al periodismo y a la justicia. Dicen que tenía más documentación en Uruguay pero no sabemos nada de eso. Sí encontraron un acta notarial, en medio de unos perfumes, que decía que si a ella le pasaba algo había que buscar ese sobre en una escribanía de la Capital. La policía lo va a buscar. Durante el operativo hicieron un inventario y se llevaron algunas cosas, como un jarrón que parece era de cuando trabajaba en Presidencia.
–¿Les dejó un sobre con instrucciones?
Lucía: –No, no dejó cartas, nada. Nunca nos quiso involucrar porque tenía miedo por nosotros. No quería hablar por teléfono porque sabía que teníamos intervenida la línea. Nunca nos contó nada, cuando salió en la revista Noticias en 1998 nos enteramos al verla en el kiosco.
–¿Piensan que su muerte tiene que ver con los hechos que denunció?
Lucía: –No sabemos, estaba mal, temerosa después que hizo las denuncias...
José: –Imaginate, la querían hacer pasar por loca, por enferma, le sacaron a la hija, la estaban destruyendo de a poco.
–¿Confían en que la Justicia esclarecerá la muerte de Lourdes?
–Hay tantos casos que pasaron sin esclarecerse, la gente lo sabe pero la Justicia determinó otra cosa.
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