Por Guillermo Zysman
Desde Rosario

Con “expectativas ciertas” de ganar las elecciones, ya que “ninguno de los candidatos oficializados supera el 15 por ciento de los votos”, la fórmula presidencial del socialismo integrada por Alfredo Bravo y Rubén Giustiniani recorrió ayer las dos ciudades más importantes de Santa Fe, distrito que la centroizquierda pretende convertir en su trampolín hacia la Casa Rosada. “Ninguno de los tres candidatos del justicialismo tiene derecho a hablar en este país, porque cada uno de ellos ya ha demostrado lo que puede hacer”, dijo Bravo. Durante la recorrida, que terminó anoche (al cierre de esta edición) con un gran acto en la Sociedad Rural de esta ciudad, los candidatos anticiparon parte de la propuesta de gobierno que presentarán el viernes próximo en Capital Federal.
Después de recorrer por la mañana la capital provincial, Bravo y Giustiniani desembarcaron en Rosario, segunda ciudad del país que el socialismo gobierna ininterrumpidamente desde 1989. Previo al acto que realizaron por la noche en la Sociedad Rural “con militantes en serio, con gente que viene porque se le paga una vianda”, los integrantes de la fórmula socialista brindaron una conferencia de prensa en la cual adelantaron parte de su futuro plan de gobierno.
Conscientes de estar jugando de local, Bravo y Giustiniani llamaron a traspolar la experiencia de gobierno del socialismo en Rosario hacia la Nación. “¿Cuándo nos vamos a dar cuenta de que es necesario un cambio en serio?”, se preguntó Bravo para después recordar que “Rosario siempre fue cuna y capital del peronismo hasta que llegó un hombre (por Binner) que no habla mucho, con un equipo, y empezó a estructurar una realidad distinta. Tenemos que reaccionar, así como Rosario otorgó en su momento el voto el socialismo, nosotros ahora pedimos lo mismo”.
El candidato a presidente destacó que el socialismo tiene para ofrecerle al electorado “un programa, equipos de trabajo y algo que no muchos pueden exhibir: antecedentes no sólo como funcionarios sino también como hombres en la vida de la historia de la Argentina. El socialismo tiene 107 años de vida institucional, (y en ese lapso) ninguno de sus hombres ni de sus mujeres fue sentado en el banquillo de los acusados por quedarse con dinero del erario. Ese solo antecedente serviría para cerrar los ojos y volcar el voto para el socialismo”.
Antes de los elogios de Bravo, el jefe comunal rosarino había ponderado a la fórmula del partido “porque representa la moral, las propuestas sociales y las soluciones a los problemas económicos”, tras lo cual sentenció: “Los causantes de la crisis económica y social del país no pueden ser los posibles solucionadores”.
Giustiniani buscó “transparentar” el escenario político a sólo 50 días de las elecciones. “Estamos en el medio de una trampa electoral, donde para la mayoría de los medios hay sólo cinco candidatos oficiales. Sin embargo ninguno de ellos supera el 15 por ciento de los votos. Por esa razón tenemos expectativas ciertas de que podemos ganar la elección y de que podemos ser nosotros quienes estemos en la segunda vuelta”.
Sin distinción de partido e ideología, Bravo y Giustiniani criticaron por derecha e izquierda al resto de los candidatos. “No nos sorprendió que Carrió completara la fórmula con un conservador como Gutiérrez. El nuestro es un proyecto claro de centroizquierda, no buscamos a través del marketing electoral ver cómo cierra mejor la fórmula para poder posicionarnos mejor en el electorado”, disparó Giustiniani contra Lilita.
“Ninguno de los tres candidatos del justicialismo tiene derecho a hablar en este país, porque cada uno de ellos ya ha demostrado lo que puede hacer. Tampoco nos olvidemos de López Murphy, ese chanchito ideal de la burguesía argentina que está en la Universidad de la Empresa, que dijo quehabía que bajar los sueldos y que duró 5 días en Economía porque su plan era furibundamente tremendo y no dejaba a un solo argentino en pie”, bramó Bravo.