Lun 15.08.2011

EL PAíS  › LA FóRMULA ALCIRA ARGUMEDO-JORGE CARDELLI NO LLEGó AL PISO DE 1,5

Lo de Proyecto Sur quedó en proyecto

Los números le daban altas chances de competir con la lista de diputados de Capital Federal, Chubut, Mendoza y Santa Cruz. “Tal vez estemos pagando el precio de los precursores, o estemos equivocados. Esta es una fuerza en crecimiento”, dijo Argumedo.

› Por Irina Hauser

Hacía frío en el bunker de Proyecto Sur al atardecer. El salón de luces blancas y alfombra gris, preparado para una confortable conferencia de prensa, estaba casi vacío. Y así quedó, con dos gigantografías solitarias, una de la precandidata presidencial Alcira Argumedo y otra de Fernando “Pino” Solanas junto a una ventana. Cerca de las nueve llegó el primer anuncio cargado de abatimiento. “No estamos haciendo una buena elección”, informó Mario Cafiero, quien aspiraba a pelear por la gobernación bonaerense. “Estamos por debajo de las expectativas que teníamos”, reforzó Jorge Cardelli, compañero de fórmula de Argumedo. Entrada la noche un bullicio juvenil inundó el local partidario y crecía a medida que iban llegando fiscales y militantes veinteañeros. La buena onda, sin embargo, no hablaba de un cambio de tendencia. Al cierre de esta edición Argumedo no superaba el piso del 1,5 por ciento necesario para presentar su candidatura en octubre. La precandidata por fin habló cerca de las once y media de la noche: “Ya dijimos que éramos conscientes de que estábamos en una lucha desigual. Esta es una fuerza en crecimiento”.

Cerca de la medianoche, la fórmula Argumedo-Cardelli se anotaba 0,84 por ciento de los votos, con el 40,75 por ciento de las mesas escrutadas en todo el país. En la provincia de Buenos Aires, la fórmula de precandidatos a la gobernación encabezada por Cafiero –acompañado por Alberto Aramouni– alcanzaba un 0,95 por ciento con el 17 por ciento de mesas escrutadas. Otros dos precandidatos presidenciales quedaron en carrera: José Bonacci, Del Campo Popular y Sergio Pastore, del Movimiento de Acción Vecinal.

Como premio consuelo, los números le daban a Proyecto Sur altas chances de competir con la lista de diputados de Capital Federal, que encabezan Félix Herrero y Patricia Walsh, y otras tres provincias: en el bunker céntrico de Proyecto Sur celebraban con discreción -y recaudo- que sus listas y alianzas de diputados en principio podrían participar en las elecciones de octubre en Capital Federal, Chubut, Mendoza y Santa Cruz.

Pasada ya una hora después del cierre de la votación, no había un alma en el local de campaña de Proyecto Sur, en Hipólito Yrigoyen 840. Los candidatos estaban atrincherados esperando datos en una oficina, de donde un señor rubio-canoso y sonriente retiraba de a ratos pilas de tazas de té y café. En la sala montada para la prensa se veían más sillas vacías que periodistas. En dos escritorios arrinconados había galletitas surtidas y gaseosas de pomelo y naranja. Al rato, trajeron sandwichitos de miga. “Parece una fiesta de cumpleaños en la que fallaron los invitados”, bromeó al llegar un movilero. Había una pared tapizada con las cien propuestas de Pino para la ciudad de Buenos Aires. Otra con afiches de campaña. “El 14 de agosto defendé grandes causas”, era uno de los lemas. El clima apesadumbrado se prolongó. No aparecía ni un referente del partido, nadie, y los cronistas fueron convidados a pasar a un subsuelo donde por lo menos había televisión.

Las primeras voces oficiales del partido fueron las de Cafiero y Cardelli, que anunciaron con resignación, de parados y sin micrófono, que estaban arañando el piso, pero todo parecía indicar que no llegaban. Cardelli evaluó que “sin duda cuando Pino decidió bajar como candidato a la ciudad, eso creó un vacío. Eso lo estamos pagando”, se lamentó. También se quejó de que “en algunos medios directamente nos borraron”, a lo que sumó que hubo ciudades “a las que no llegaron boletas de Proyecto Sur porque el correo no las distribuyó”. Mencionó Mar del Plata, San Juan, Necochea y Miramar. “No queremos hacer del resultado una tragedia. Proyecto Sur es un movimiento nacional. Si no llegamos al piso, seguiremos peleando. Las elecciones son una oportunidad para transmitir ideas”, añadió Cafiero.

En los cafés que mantuvieron a puertas cerradas tanto los candidatos como los jóvenes militantes concluyeron que la dificultad para capitalizar los votos “de izquierda” estuvieron dadas por lo que llamaron el “marketing twittero” en busca de un “voto piadoso” para el dirigente del Partido Obrero Jorge Altamira, para que la izquierda no quedara afuera de las elecciones nacionales”. “Nosotros preferimos ratificar nuestro programa y no apelar a ese tipo de estrategias”, dijo Cardelli.

Durante la tarde, Argumedo sólo apareció un instante cuando salió a la calle a fumar un cigarrillo. “No estoy llorando”, dijo entre risas graves, mientras se secaba los ojos maquillados, levantando sus anteojos. “Es el frío”, justificó, y dijo que hablaría más tarde. Pino Solanas no habló, y se retiró antes que nadie. Cuando se decidió hablar, apoyada en una mesa, Argumedo advirtió: “La historia no termina acá, este país necesita un proyecto nacional frente a la turbulencia internacional. Tal vez estemos pagando el precio de los precursores, o estemos equivocados. Esta es una fuerza en crecimiento y seguiremos poniendo nuestros temas en el debate político”.

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