EL PAíS
La discreta y silenciosa carrera en el Congreso del “Rata” Rattín
Se hizo elegir vociferando contra los diputados “que no hacen nada”. Sin embargo, cuesta encontrar rastros de su presencia en una Cámara de Diputados donde sólo se dedica a declarar “de interés” eventos deportivos y a preguntar “por los guerrilleros”.
› Por Eduardo Tagliaferro
Los que jugaron al lado suyo recuerdan que su voz solía perseguirlos por todos los rincones del campo. No por casualidad uno de sus ídolos futbolísticos era Néstor “Pipo” Rossi, aquel monumental número 5 de River Plate al que apodaban “el gritón”. Lejos de aquellos gritos y de aquellas glorias, la mayoría de los que hoy comparten con él una banca en la Cámara de Diputados cuentan que nunca lo escucharon hablar en el recinto para defender o criticar alguna iniciativa parlamentaria. “Si hubiera un curso para ser diputado, yo ya lo hubiese hecho”, le había dicho a este diario cuando se encontraba en plena campaña electoral para conseguir un escaño por el Partido Unidad Federalista (Paufe) que lidera el ex policía Luis Patti. A casi 15 meses de haber sido electo, el repaso de los principales proyectos presentados por Antonio Ubaldo Rattín, casi sin proponérselo, demuestra, como pocos, que “con la Universidad de la calle” no siempre alcanza.
Rattín, o “El Rata”, como popularmente se lo conoce, preside la Comisión de Deportes de la cámara baja y también es vocal en la de Turismo. Entre sus últimos proyectos presentados se destaca una modificación a la ley que prohíbe en todo el territorio nacional el expendio de bebidas alcohólicas a los menores de 18 años de edad. En esa ocasión propuso modificaciones en la legislación y también nuevas sanciones y cambios en los contratos relacionados con la publicidad de esas bebidas. Su anterior proyecto vinculado con este tema fue una declaración en la que se manifestó partidario de la prevención de enfermedades vinculadas al alcoholismo.
A la hora de las declaraciones “El Rata” no peca de mezquino. Así fue que expresó su beneplácito por “la tarea del equipo argentino de tenis en la Copa Davis”, felicitó “a los nadadores argentinos José Meolans y Georgina Bardach por su actuación en el mundial de natación realizado en Moscú” y saludó “la participación del atleta especial argentino, Carlos Alberto Rodríguez, al obtener la medalla de oro en la corrida internacional de San Silvestre, Brasil. En el listado de proyectos de declaración presentados por Rattín se destaca el nombramiento del juego de Pato como deporte nacional.
Su silencio en el recinto contrasta con el largo listado de emprendimientos a los que propuso declarar de interés parlamentario. Lo hizo, entre muchos otros, con el 38º campeonato argentino de paracaidismo que se realizó en octubre el año pasado en San Nicolás, provincia de Buenos Aires; con la revista Fuego Paraolímpico; con el Torneo Internacional de Patín Carrera Copa Buenos Aires 2002, realizado en la Ciudad Autónoma; con las Primeras Jornadas Nacionales de Deporte y Turismo que se realizaron en setiembre del año pasado en Villa Constitución, Santa Fe y con el campeonato de Tiro realizado en diciembre del 2002 en Tandil. Lejos del demérito, sus proyectos muestran una obsesión excluyente por los deportistas. Cuando hace poco, se cruzó con Daniel Scioli, en el relanzamiento del Prode, los cronistas que cubrieron el acto recuerdan que “El Rata” se acercó al responsable del área de Turismo y Deportes para pedirle que “no se olvidara de la Federación de Atletismo”. Igualmente, en tiempos de crisis descomunal, como la que padecen los argentinos, su performance legislativa no deja de ser una copia casi calcada de muchas de las trayectorias que los seguidores de Patti critican.
“¿Y Leopoldo Moreau cuántos años hace que está? ¿Qué hizo Moreau? ¿Cuándo hizo algo? Cada vez que hablan él o Raúl Alfonsín el riesgo país se pianta”, supo comentar Rattín ante Página/12 en aquellos días en los que catastróficamente las consultoras tan ligadas al menemismo y su cría televisiva le ponían cifras al derrumbe argentino. El buen diagnóstico, no siempre es garantía de que se superará a quienes se critica. El paso de Rattín por Diputados lo muestra claramente. “Te voy a ser sincero: sinosotros estamos en política es porque los que nos han gobernado en los últimos 18 años lo han hecho muy mal”, supo señalar el ex jugador de Boca. Claro que detrás de esta frase no abunda el aire nuevo sino más bien la nostalgia por un “orden” que quedó en el pasado.
Exponente como pocos de la mano dura, el partido del eléctrico subcomisario tiene en Rattín a un incondicional. “El Rata” dejó su sello en un proyecto en el que se “dispone la restricción de la difusión por parte de los medios de comunicación de entrevistas a delincuentes que relaten los delitos cometidos o hechos relacionados con su actividad criminal”. Igualmente no son muchos los proyectos de su autoría en el tema seguridad. Sin embargo supo acompañar con su firma más de una iniciativa propuesta por su compañero de bancada, Miguel Antonio Jobe, quien como un viejo inside derecho, suele estar a su lado. Claro que sin la magia del Beto Menéndez, en los ‘60, y sin la creatividad del wing ventilador por izquierda que supo ser Gonzalito, Jobe, el ladero que hoy acompaña a Rattín, propuso junto con el ex 5 de los xeneizes “invitar al señor ministro del Interior para que brinde explicaciones sobre la versión por la cual guerrilleros de Sendero Luminoso ingresaron al país”. La dupla también mostró su interés por el funcionamiento de la reserva de la defensa nacional.
Como no podía ser de otro modo y en concordancia con las ideas de Patti, que si fuera fiel a esa idea debería comenzar a llamarse Hamburguesa, Rattín y Jobe propusieron que “los nombres de los comercios que estuvieran en idioma extranjero, tuvieran debajo su correspondiente traducción al castellano”.
Cuando se decide a hablar, Rattín, fiel a su estilo, juega fuerte. Pueden decirlo, entre otros, el ex coronel e intendente de San Miguel, Aldo Rico. Todavía suena en el aire la estocada que le dirigió “El Rata” cuando dijo que “el municipio de Escobar (que gobierna Patti) no tiene los grandes desarmaderos de autos robados que tiene San Miguel”. El ex subco no tendrá desarmaderos, pero sí tiene sus propias vaquitas en la estancia El Mate, ubicada en Villa Flandria, aquí nomás en plena pampa húmeda, esa zona privilegiada donde habitan tantos hacendados y los restos de una oligarquía que se hizo famosa por “tirar manteca al techo”. Claro que no a todos los empleados públicos les va tan bien como a Patti. Sobre este punto Rattín no dijo ni mú. Por cierto no es el único tema sobre el que eligió no decir nada.