Los dos potenciales presidenciables que se unieron para sumar fuerzas y terminaron a 38 puntos de Cristina Fernández brindaron ayer conferencias de prensa por separado. Eduardo Duhalde enfatizó que no se baja de la elección y que peleará por “representar a más de la mitad de los argentinos que no están de acuerdo con este gobierno”, incluyendo en el cálculo a quienes votaron en blanco. Mario Das Neves, desde Rawson, felicitó a la fórmula ganadora, agradeció “la altísima concurrencia” a votar y admitió que “evidentemente el país ha votado en dirección a un modelo”.

El candidato a presidente por Frente Popular admitió por la mañana que “hicimos una elección muy pobre”, que las primarias “son fuertemente indicativas de lo que puede pasar en octubre”, y se permitió dudar “si esta situación se revertirá” porque “es una elección muy especial”. Lamentó en particular “lo del campo”, por el voto chacarero que respaldó al Gobierno. “Fue un voto vergonzante, por eso no se notaba. No querían decir ‘yo voy a votar al Gobierno’ porque les parecía mal, pero terminaron votándolo”, reflexionó.

Ante el pesimismo y las versiones de un cambio de estrategia para priorizar la pelea por cargos legislativos y municipales, el ex presidente interino se vio obligado a convocar a una conferencia de urgencia, que duró cinco minutos y en la que no respondió preguntas. Acompañado por Graciela Camaño, Eduardo Amadeo, Claudia Rucci, Martín Redrado, Carlos Brown y Carlos Ruckauf, agradeció a los fiscales porteños y del conurbano presentes en el auditorio del Movimiento Productivo Argentino, y lamentó no haber tenido fiscales “en varias mesas del interior”. “Hicimos varias denuncias, que son serias –aseguró Duhalde–, pero no voy a hablar ahora porque mañana (por hoy) comienza el recuento de votos”, y encomendó concentrarse en esa tarea.

“Lo que vengo a decirles es que voy por la segunda vuelta”, dijo y se ganó un tibio aplauso. Repitió que las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias eran “un escrutinio provisorio” y enfatizó que “mi intención es representar a más de la mitad de los argentinos que no están de acuerdo con este gobierno”, incluyendo a los 776.880 que votaron en blanco.

Luego reclamó por la supuesta falta de boletas. “No pudimos hacer un acto de cierre porque no teníamos boletas, entonces le pido a la Dirección Electoral que nos manden boletas con tiempo, para poder repartir”, pidió. “No es casual el millón de votos en blanco que hubo en la provincia de Buenos Aires”, exageró. Según los datos oficiales, fueron 457 mil, léase menos de la mitad.

Duhalde repasó algunas propuestas de campaña y volvió al grano. “Quiero enfatizar, porque los medios a veces interpretan mal, que voy a competir”, en octubre, una obviedad si no fuera por la diferencia que lo separó de la Presidenta, “un compromiso ético” en palabras del ex gobernador. “Voy a trabajar por el 50 por ciento de los argentinos que no tienen representación y por los votos en blanco, que merecen la posibilidad de expresarse”, repitió. Agradeció rápido y se escabulló.

Das Neves, gobernador de Chubut, aclaró que volvió a sus pagos porque “la gente nos votó para que gobernemos hasta el 10 de diciembre”. Sobre posibles acuerdos, afirmó que “no puede haber alianzas”, aunque “puede haber alguno que se baje”. “Evidentemente el país ha votado en dirección a un modelo”, razonó. “Respetamos y felicitamos a los que ganaron”, dijo, y agradeció “a la ciudadanía” por la “altísima concurrencia”.

“Tenemos que mejorar la comunicación”, sugirió Camaño en el MPA. Aseguró que “no vamos a especular” reclamando sólo el voto para los legisladores porque “queremos elegir presidente y haremos una elección presidencial”. “Dos meses en política son una eternidad y los argentinos pueden pensar que no le van a dar tanto poder al oficialismo”, se esperanzó.