La turbulencia internacional se va a profundizar y América latina entrará en el radar de las presiones internacionales y amenazas de represalias si la región avanza en el diseño de medidas de protección comercial y financiera. Puede ralentizarse el crecimiento en China o surgir problemas financieros y comerciales en Brasil. Estamos frente a un escenario muy complejo, aunque Argentina no esté tan ligada a lo que ocurre en los países centrales. Entramos en un período de turbulencias de largo plazo. No es solamente salir de la crisis sino que estamos frente a un reposicionamiento de los bloques regionales. El trabajo dentro de Unasur es importante pero también es necesario acelerar el proceso sustitutivo de importaciones. El Estado hoy no tiene capacidad suficiente para liderar ese proceso. Es necesario definir los sectores industriales donde avanzar con mayor precisión para direccionar hacia ellos las políticas de financiamiento productivo, de capacitación. Para eso se debe tener en cuenta el impacto productivo, en el empleo y los eslabonamientos que genera cada actividad.

Un resultado electoral favorable en octubre va a permitir que el Gobierno lleve adelante políticas enfocadas en distintos sectores. Por ejemplo, en materia de subsidios. Ya no estamos en emergencia económica y social, por eso puede revisar qué corresponde subsidiar y mejorar la herramienta para ahorrar recursos en actividades donde no haga falta. En el frente impositivo hubo mejoras importantes, se recauda más por Ganancias que por IVA. Pero sigue existiendo evasión y gran parte va a la fuga. En materia de inflación, el Estado tiene que hacer sentir todo el peso de los instrumentos que posee para regular y controlar a los formadores de precios, no hay que seguir tolerando prácticas monopólicas abusivas. Otro punto relevante es avanzar con el blanqueo de la actividad económica. Esos son aspectos que tienen mucha resistencia social.

* Economista-UNGS.