“Liderazgo, condiciones objetivas y base territorial”: sobre estas tres columnas se basó el triunfo de Cristina Kirchner en las PASO, según el análisis del gobernador chaqueño, Jorge Capitanich, quien –en diálogo con Página/12– también destacó que “el oficialismo tiene los atributos esenciales de gobernabilidad y la oposición carece totalmente de ellos”. Con la mente puesta en el 18 de septiembre, cuando se llevarán a cabo las elecciones provinciales en el Chaco, donde es amplio favorito, Capitanich destaca la “madurez política del kirchnerismo” y advierte que “sería un gran error generar una lucha anticipada por la sucesión”.

–¿Lo sorprendió la magnitud y la extensión territorial de la victoria de Cristina Kirchner en las PASO?

–Desde un primer momento mi visión era que Cristina no podía sacar menos votos que en 2007. Por una razón política: la gestión se ha solidificado en distintos lugares del país, incluso en lugares como Córdoba, Santa Fe y Capital, donde hace cuatro años no había hecho elecciones destacadas. En el norte de la Argentina, la obra pública y la generación de empleo tienden a generar más votos. Desde esa perspectiva era algo que consideraba posible, aunque naturalmente uno no puede saber cuál es la magnitud de esas expectativas. Esto pone de manifiesto que el resultado no es obra de la casualidad, sino de causalidad, por su buena gestión, los números de la economía y tres atributos que son esenciales: el liderazgo de Cristina, las condiciones objetivas y la base territorial.

–¿Qué escenario avizora para octubre?

–Hay una posibilidad de que haya un reacomodamiento de piezas de la oposición. Pero como dijo Cristina, más allá de lo que hagan ellos hay que tener mucha humildad y seguir trabajando con mucho esfuerzo para conseguir una victoria el 23 de octubre. El resultado del domingo nos exige mayor humildad y más esfuerzo para cumplir las expectativas populares.

–En la provincia del Chaco, así como en gran parte del norte argentino, se dieron resultados históricos, con grandes diferencias entre el Frente para la Victoria y sus rivales. ¿Por qué se dio así?

–En Chaco hay razones importantes para que esto haya sido así: la Presidenta vino siete veces; hay inversión y obra pública a niveles inéditos históricamente; y en los cuatro años de mi gestión el PBI de la provincia creció un 47,7 por ciento, mientras que durante los 57 años anteriores el acumulado era de 50,8 por ciento. Si a eso se le suma generación de empleo y compromiso militante, esos factores terminan por determinar el respaldo popular.

–¿Cómo imagina el mapa político de los próximos años luego del resultado que se dio el domingo?

–El diseño político es clave y el oficialismo cubre los tres atributos: liderazgo claro, base territorial y capacidad de construcción y crecimiento político. La oposición no, por lo que son meros instrumentos de los grupos económicos concentrados. Hay un riesgo muy marcado de que el radicalismo desaparezca como expresión popular para transformarse en una herramienta del centroderecha, que hoy en día carece de un líder a nivel nacional, no tiene base territorial y hasta parece que no tiene voluntad política para construir.

–¿Y dónde entran Hermes Binner y Mauricio Macri en este escenario?

–Yo creo que Hermes Binner es un líder político que expresa un espacio, pero no tiene edad para construir futuro. Macri tiene que demostrar esfuerzo y capacidad de construcción política más allá de su distrito.

–¿La disputa por el poder, entonces, podría darse en el seno del PJ?

–Hoy no se advierte siquiera una disputa en ese sentido, porque hay un liderazgo nacional indiscutido y liderazgos territoriales dedicados a la gestión. Creo que nadie discute hoy poder dentro del PJ. Y quienes osen hacerlo cometerían un gran error. Hoy el compromiso es ayudar a la Presidenta a seguir gobernando bien. Hay una predominancia del espacio kirchnerista, que es hoy indiscutible.

–¿El hecho de que Cristina Kirchner no pueda ser reelecta en 2015 no va a acelerar la lucha por la sucesión?

–No, y sería un gran error. Quienes lo intenten no sólo cometerían un error político, sino que generarían inmadurez en la construcción.

–¿Cuáles son los principales desafíos para el próximo período?

–El gran desafío ahora es transformar la inclusión social en excelencia. Inclusión social educativa en excelencia educativa. Inclusión social sanitaria en excelencia sanitaria. Inclusión laboral en mejores condiciones de trabajo. Y sobre todo ser muy eficientes en resolver el tema de la tierra, de la vivienda, agua potable, cloacas, pavimento urbano. Mayor agregación de valor e industrialización. Capacitación y empleo. Estamos en un sendero extraordinario y tenemos que mantenernos.