Mié 21.09.2011

EL PAíS  › TRABAJO DICTO LA CONCILIACION OBLIGATORIA EN EL CONFLICTO DE LA LINEA 60

Para que arranquen los bondis

El Ministerio de Trabajo dispuso anoche que la empresa Monsa le pague a cada empleado 600 pesos a cuenta de una deuda aún por determinar y también realizar una auditoría sobre las liquidaciones salariales. Recién a la tarde podría volver el servicio.

› Por Ailín Bullentini

El Ministerio de Trabajo llamó anoche a conciliación obligatoria por 15 días en el conflicto entre los trabajadores de la línea 60 de colectivos y la empresa Monsa SA, que ayer mantuvo paralizado el servicio. También dispuso, junto a la Secretaría de Transporte, que la compañía le abone a cada empleado 600 pesos a cuenta de deudas salariales aún por determinar, así como realizar una auditoría para revisar todas las liquidaciones de sueldos, caso por caso. La decisión fue tomada a última hora, luego de que no produjera resultados una negociación de varias horas entre las partes y de que los choferes ratificaran la continuidad del paro “por tiempo indeterminado”.

Los trabajadores le exigen a la empresa Monsa SA, gerenciadora del servicio de la línea 60, el pago de haberes que consideran adeudados y el reconocimiento de los delegados gremiales. El paro comenzó el lunes por la noche, tras una serie de incidentes que dejaron un saldo de seis empleados heridos y, según Monsa, destrozos en la empresa. Ayer, durante varias horas, se realizó un encuentro entre las autoridades empresariales, delegados, la UTA y funcionarios de la cartera laboral. “No se llegó a ningún acuerdo. Nosotros decimos que sí nos deben dinero y ellos (la empresa) lo niegan”, aseguró entonces a este diario Daniel Farella, uno de los delegados gremiales.

En ese contexto, el Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria y, según la información que manejaba la cartera, recién por la tarde de hoy podría normalizarse el servicio. “Estamos llamando a las partes a deponer toda actitud perjudicial para resolver el conflicto”, dijo anoche a Página/12 Noemí Rial, titular de la Secretaría de Trabajo. “Es un conflicto muy complejo y lo primero que necesitamos es pacificar la situación.” La funcionaria detalló que se dispuso que Monsa pague a cada trabajador, en los próximos cinco días, un adelanto de 600 pesos. También se resolvió que una comisión conformada por la CNRT y la cartera laboral “realice una auditoría trabajador por trabajador para determinar cuáles son las diferencias salariales”. Según explicó Rial, “la empresa dijo que (hoy) por la mañana no estaría en condiciones de reanudar el servicio, pero sí podría hacerlo por la tarde”.

Poco antes de conocerse las resoluciones de Trabajo, el delegado de los choferes Angel Perticaro advertía que los trabajadores mantendrían la medida de fuerza “hasta tener soluciones concretas. La empresa tiene que pagar lo que nos debe”, remarcó.

El enfrentamiento es la continuación de un conflicto que tuvo su primer capítulo en marzo pasado. Entonces, el Gobierno debió intervenir entre el cuerpo de trabajadores y la cúpula empresarial, luego de que los empleados realizaran un paro y una concentración en la Panamericana por reclamos salariales. Las medidas de fuerza se levantaron cuando Trabajo reconoció, dictamen mediante, errores en el método empleado por Monsa SA para liquidar vacaciones, la intimó a pagar 300 pesos a cada empleado a cuenta de la equivocación y a corregir los métodos de cálculo.

Los trabajadores aseguran que, luego, la empresa no sólo no cumplió, sino que “sumó más deudas y sigue amedrentándonos”, apuntó Farella, delegado de la cabecera Constitución de la línea. Hace poco más de diez días, los trabajadores retomaron los reclamos argumentando que Monsa “nunca recalculó las vacaciones”, deuda a la que se le suman diferencias por “mala liquidación en las horas extra, días de enfermedad justificados incluso por médicos de la clínica impuesta por la empresa”, enumeró. Además, los empleados exigen que la empresa reconozca al cuerpo de delegados “elegido por 1032 trabajadores de una planta total de 1500”, a fines de agosto.

Después de que la negociación de ayer pasara a cuarto intermedio, el presidente de Monsa, Marcelo Pasciuto, denunció que “los trabajadores rompieron la empresa”, negó que la compañía les adeude dinero y resaltó que “la medida de fuerza no fue consultada con la UTA”. Además, se definió como “rehén de un reclamo que no se entiende”. Pasciuto aseguró que, tras ocho horas de reunión en el ministerio, “no quedó nada claro” e insistió en que, tras el reclamo realizado por los trabajadores en marzo, “se realizó una auditoría sobre los recibos de sueldo de los últimos seis años, sin llegarse a ninguna conclusión” contra la empresa.

Hasta el lunes, los trabajadores mantenían la protesta en estado de “alerta y movilización”. Decidieron el paro luego de que “una patota armada de la patronal interrumpiera una asamblea pacífica que estábamos haciendo adentro de la empresa (en la sede de Ingeniero Maschwitz) a los golpes y amenazas”, denunció Farella. Los enfrentamientos se replicaron en la terminal de Plaza Constitución. Seis trabajadores resultaron heridos. El paro se mantuvo todo el día de ayer, acompañado de una manifestación sobre una colectora de la Panamericana.

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