EL PAíS
› EL SENADOR POR CATAMARCA SE JUSTIFICO POR ESCRITO
Fuenteovejuna barrionuevista
Buscando moderar su perfil de “patotero”, el senador Barrionuevo siguió el consejo de sus asesores y se defendió por escrito en la Comisión del Senado que analiza su expulsión por el escándalo en Catamarca.
› Por Felipe Yapur
“Estos actos que llevaron a la proscripción del Frente Justicialista los podemos encuadrar dentro de lo que se califica como actos en contra del sistema democrático y cualquier ciudadano tiene derecho de resistencia contra quienes los ejecutaren, según lo estipula la Constitución nacional en su artículo 36.” Así reza la justificación que Luis Barrionuevo hizo por escrito de los hechos de violencia que provocaron la suspensión de las elecciones en su provincia el 2 de marzo pasado y que remitió a la Comisión de Asuntos Constitucionales. El senador optó por no participar de la extensa y debatida reunión en la que se decidió convocar para hoy, a las 19.30, al ministro del Interior, Jorge Matzkin, quien deberá explicar cuál fue el rol del gobierno nacional durante los accidentados comicios de esa provincia.
El gastronómico negó toda responsabilidad con lo sucedido en Catamarca. La defensa giró alrededor de un solo argumento que dice que lo que allí ocurrió fue “una reacción popular” que se tradujo en “actos legítimos” ante la supuesta proscripción del PJ local. Para justificar esa “proscripción”, el senador transcribió dichos del propio gobernador Oscar Castillo, quien –según el escrito– reconoció poco después de la suspensión de los comicios que “la Justicia debió habilitar a los candidatos del peronismo”.
No hay en ninguna parte del descargo algo que se le parezca a una autocrítica, en todo caso sostiene que las causas de la violencia hay que buscarlas en las decisiones políticas del gobierno del Frente Cívico. Por otra parte, en el escrito el senador sostiene que los legisladores –tal como prevé el reglamento de la comisión– no unificaron los cargos en su contra pero al mismo tiempo los rechaza uno a uno. “Niego haber convocado a cometer actos de violencia”, dijo primero. Luego aseguró que no quemó ni ordenó destruir urnas, para después descartar la posibilidad de haber contratado a “personajes violentos o marginales”. También rechazó cualquier responsabilidad política por “el clima de violencia que se generó por la decisión de la justicia electoral” para finalmente emprenderla contra los senadores del Frente Cívico y Social, a quienes calificó de “cínicos” por introducir el debate de “mi supuesta indignidad para esconder el atropello político que cometieron contra la democracia catamarqueña”.
Más allá del escrito presentado –que consta de 16 carpetas y un video que no fue proyectado–, tal vez lo más importante de la reunión de ayer fue el modo en que el bloque del PJ se está realineando detrás de la defensa del cuestionado senador. El menemismo, representado por Eduardo Menem, se encargó de proteger a Barrionuevo. Si bien no justificó los sucesos, el riojano cuestionó la manifiesta decisión de los radicales de “ajusticiar y ejecutar” a su compañero de bancada sin siquiera haber leído su descargo. La reacción de Menem fue un claro ejemplo del cambio en el oficialismo. Tanto es así que los principales defensores de Barrionuevo, Jorge Yoma y Miguel Pichetto, decidieron desactivar su intención de suspender la sesión del 26 donde debe decidirse la suerte del catamarqueño. “Tenemos prácticamente asegurados los votos para rechazar la expulsión”, aseguró a Página/12 uno de los hombres de más confianza del catamarqueño.
Sin Barrionuevo presente, el menemismo redobló su apuesta al proponer la participación del ministro Matzkin para que explique qué gestiones realizó para evitar el conflicto en Catamarca y, sobre todo, cuál fue la respuesta del gobierno de aquella provincia. El objetivo es claro y apunta a demostrar la responsabilidad del Frente Cívico en lo que consideran la provocación de la violencia. La solicitud fue considerada por varios de los senadores radicales como un intento de dilatar el tratamiento deltema. Sin embargo, a la hora de votar, la oposición fue derrotada por ocho votos contra siete.
La reunión de ayer de la comisión que preside Cristina Kirchner era crucial. Fue esperada con tensión tanto entre los que acusan a Barrionuevo como aquellos que pretenden salvarlo de esta encrucijada, y el protagonista principal era el sindicalista. Sin embargo, el lunes por la noche el polémico legislador cambió de opinión luego de escuchar el consejo de sus asesores y de varios senadores entre los que se encontraba la menemista Sonia Escudero. “En principio, la idea era que Luis se comportara como un caballero inglés y respondiera a todas las preguntas. Pero después nos dimos cuenta de que él no resistiría el ataque de los radicales y se defendería según su estilo. Hoy lo que menos necesitamos es a un Barrionuevo a los gritos y enfurecido”, confesó a este diario uno de los más estrechos colaboradores del frustrado candidato a gobernador.
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