EL PAíS
› LA MUERTE DE LA EX SECRETARIA DE EMIR YOMA
Las sospechas sobre el caso Lourdes
“Esto es absurdo, lejos de aclararse la situación empeora”, se quejó el abogado Rodolfo Chimeri Sorrentino en alusión a la investigación de la muerte de Lourdes Di Natale. Le preocupa que la Justicia atribuya su caída por la ventana al alto grado de alcohol y los tranquilizantes que fueron hallados en su cuerpo. Si bien trascendieron opiniones de médicos legistas que refuerzan sus sospechas, Página/12 consultó con dos forenses que las desmienten y relativizan, entre ellos el que realizó la autopsia de Di Natale.
Osvaldo Curci aseguró a este diario que lo que pueda hacer o no una persona con determinado grado de alcoholemia depende de varios factores y no se puede sacar una conclusión con ese solo dato. Si bien admitió que 4,5 gramos de alcohol en un litro de sangre constituye un coma alcohólico, explicó que personas con 5 gramos han podido caminar. El forense Julio Ravioli recordó casos en los que personas con esa cantidad en su sangre cometieron un delito y huyeron. Al conocerse el resultado del análisis de las vísceras de Di Natale, otros legistas habían opinado que con los 3,15 gramos y los restos de Tranquilan que fueron encontrados la mujer debió estar inconsciente y, por lo tanto, no podía asomarse a la ventana para cortar el cable de televisión, tal como sostienen los investigadores judiciales. Sin embargo, Curci fue categórico al afirmar que ese medicamento produce una “inducción enzimática metabolizante del alcohol que aumenta su tolerancia”. Aunque reconoció que el hígado de la ex secretaria no mostraba signos de ingesta masiva de alcohol indicó que “no es una norma” que tengan que aparecer si la persona no sufre de cirrosis o es alcohólica.
Chimeri Sorrentino aún no pudo acceder al expediente pero obtuvo cierta información de manera extraoficial. El abogado supo que el hígado de la mujer estaba intacto y apuntó que no se encontraron envases ni vasos con alcohol en el departamento. Además, se lamentó de que la Justicia no le haya pedido el libro con el que fue amenazada su clienta. E insistió en que “cada vez aparecen más elementos que demuestran que no fue un accidente”.