A once días de las elecciones, ocho candidatos a diputados nacionales por la Ciudad se encontraron ayer en un debate: algunos apostaron a mostrarse como una alternativa de poder, otros como una fuerza parlamentaria y otros como un espacio distinto al resto de los partidos. Durante dos horas que transcurrieron sin peleas ni cruces, los candidatos expresaron ante el auditorio del Colegio Público de Abogados sus opiniones acerca de distintos temas de actualidad. Sin embargo, sus posicionamientos políticos más fuertes de cara al 23 de octubre se mostraron en el cierre, cuando cada uno argumentó por qué deberían votar a su partido.

Cada candidato tuvo dos minutos para presentarse, tres minutos por tema y dos minutos para cerrar. Cada uno habló acerca de qué hacer con la educación universitaria y cómo debe ser la relación entre el gobierno porteño y el nacional, sobre todo para resolver problemas de transporte y seguridad. Moderaron el debate las autoridades de la Coordinadora de Entidades Profesionales Universitarias de la Ciudad de Buenos Aires (Cepuc).

Entre los que apostaron al peso de la figura del candidato a presidente de su fuerza estuvo el diputado del Frente Amplio Progresista (FAP) Claudio Lozano, quien hizo hincapié en la opción de gobierno que podría representar el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner: “Nosotros no ocultamos a nuestro candidato a presidente ni llamamos a cortar boleta”, afirmó, y explicó que la prioridad del FAP será ampliar la Asignación Universal por Hijo. En la misma sintonía estuvo Carlos Campolongo, al frente de la lista de Compromiso Federal: “Nosotros –aseguró– tampoco escondemos a nuestro candidato. Se llama Alberto Rodríguez Saá y hace días acaba de presentar un balance de los 28 años de gestión en San Luis”.

En una estrategia opuesta, el fiscal anticorrupción y primer candidato de la Udeso, Manuel Garrido, se refirió al rol de control del Congreso: “A este Gobierno, si algo le sobra, es poder”, dijo. Esa línea siguió la diputada Patricia Bullrich, al frente de la lista de la Coalición Cívica, quien enfatizó el rol y la trayectoria parlamentaria de su espacio político. “La diferencia –aseguró– entre un Congreso clausurado y un Congreso que discute es fundamental.” El ex procurador porteño y tercer candidato del PRO, Pablo Tonelli, desde una lista que no lleva candidato a presidente para el 23 de octubre, prometió que su trabajo en el Congreso apuntará al diálogo y el consenso con el oficialismo: “Queremos integrar el Congreso para dialogar, y no para pelear; para construir, y no para destruir; para ayudar, y no para obstruir”, sintetizó.

Por su parte, el ingeniero Félix Herrero, primer candidato de Proyecto Sur, se quejó del funcionamiento de la Cámara baja y llamó a los diputados “a trabajar”. El joven Gabriel Solano, que aspira a entrar al Congreso en representación del Frente de Izquierda y los Trabajadores, buscó presentar a su espacio como el único bloque verdaderamente de izquierda en el Parlamento. “La oposición ganó en el 2009 pero nada cambió porque defiende los mismos intereses que el oficialismo”, dijo, provocando el enojo de Lozano. Minutos después, el diputado del FAP le contestó: “Hay algunos que piensan que la historia empieza cuando llegan y termina cuando se van”. Quien dio la nota fue Jorge Vanossi, del Partido Autonomista: dijo que su primer proyecto, en caso de entrar a la Cámara, será pedir “examen físico y psicológico” a todos los que obtengan un cargo electivo. “A Mitterrand le perdonaron casi todos los errores; lo único que no le perdonaron fue haber ocultado el cáncer”, explicó, ante la mirada atónita del auditorio y el resto de los candidatos.

Si bien estaba previsto que acudiera al debate, por motivos personales no pudo ir el candidato a diputado por el Frente para la Victoria, Roberto Feletti. Tampoco fue de la partida el duhaldista Martín Redrado.

Informe: Sol Prieto.